Una de las cosas más recurrentes que se ha estado escuchando en las últimas décadas en el ámbito económico es la inminente llegada de la desdolarización, pero hasta ahora, el escenario que se ha podido ver ha sido completamente diferente.
Durante las últimas décadas los principales bancos centrales se han encontrado con una problemática común, la inhabilidad para alcanzar sus objetivos de inflación.
Desde el mes de marzo, los principales bancos centrales del mundo han comenzado a tomar una serie de medidas encaminadas a contrarrestar las consecuencias negativas que el coronavirus ha tenido a nivel económico.
Desde hace ya algunos años se ha especulado bastante acerca del poco margen de maniobra con el que contaban los principales bancos centrales debido, principalmente, a su imposibilidad para acometer actuaciones de política monetaria a través de una reducción de los tipos de interés.
El pasado martes 21 de julio se dio por concluida la maratoniana reunión del Consejo Europeo en la cual se aprobó el nuevo Marco Financiero Plurianual y el plan de recuperación Europea Next Generation EU. Tras cinco intensos días de negociaciones, los Estados Miembros llegaron a un acuerdo en...
El inicio de la crisis del coronavirus puso a la eurozona en el punto de mira debido a la poca coordinación de sus actuaciones en distintos ámbitos. Estas tensiones iniciales hicieron que muchos de los estados miembros se cuestionaran el proyecto europeo.
El pasado 4 de junio, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo anunció su último paquete de medidas, 600.000 millones de euros para sostener la economía de la eurozona.
En uno de los últimos boletines económicos publicados por el Banco Central Europeo, la institución monetaria hace un análisis sobre la experiencia europea con los tipos de interés negativos en el periodo que va desde el año 2014 hasta el 2019.
El pasado día 5 de mayo el Tribunal Constitucional Alemán dio a conocer su decisión con respecto al Public Sector Purchase Programme lanzado por el Banco Central Europeo en el año 2015.
El pasado jueves 30 de marzo el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo adoptó una nueva serie de medidas destinadas a minimizar los efectos negativos sobre la economía a consecuencia del coronavirus.
Uno de los problemas recientes que se ha materializado en el sector bancario a consecuencia del coronavirus ha tenido que ver con el posible incremento de las provisiones bancarias y la disminución de crédito a la economía real que esto traería aparejado.
La actuación más evidente del Banco Central Europeo durante las últimas semanas podría decirse que ha sido la referida al Pandemic Emergency Purchase Programme dadas las cifras que esta maneja. A pesar de esto, las actuaciones sucesivas, siendo menos llamativas, son igual o más importantes.
La irrupción de los tipos de interés negativos en el panorama económico hace unos años ha sido una cuestión que ha causado opiniones dispares entre economista y analistas financieros.
El estado actual de la economía continúa causando un grandísimo nivel de incertidumbre y, a consecuencia, la demanda de dólares y los Treasuries americanos continúa aumentando.
La crisis desatada por el coronavirus está forzando a los bancos centrales a actuar haciendo uso de todos los recursos a su alcance. Hasta el momento, estas actuaciones se han articulado principalmente a partir de las bajadas de los tipos de interés y las masivas inyecciones de liquidez.