Hace 10 años que no nace una Niña tan grande en el Pacífico y la vez anterior trajo desastres, hambrunas y enfriamiento global. ¿Qué le espera a España este otoño e invierno? ¿Qué le pasará al calentamiento global?
1. El fenómeno de La Niña
La Niña es una fase de la "Oscilación del Sur El Niño" (ENSO), siendo las otras dos El Niño y Neutra, un fenómeno climático repetitivo que constituye la variabilidad climática que más efecto tiene sobre el tiempo meteorológico en el planeta a corto plazo.
Ya vimos lo que era El Niño en un artículo de diciembre de 2015 (¿De dónde vienen los Niños?). Recomiendo leerlo a quienes no sepan bien lo que es ENSO, porque voy a tratar de no repetir lo que dije.
En dicho artículo yo hacía una serie de predicciones que en líneas generales se han cumplido hasta ahora:
– 2016 sería el año más caliente de la serie
– 2015-2016 constituiría el pico de calor global (durante más de una década)
– Hasta 2030 la temperatura media del planeta iría descendiendo
Sin embargo esperaba que tras el Gran Niño de 2015-16 viniera una gran Niña, como había pasado las dos veces anteriores (1982-83 y 1997-98), pero no fue así. La Niña que vino en 2017 fue tan pequeña que casi no califica como Niña. En consecuencia la temperatura global ha permanecido elevada entre 2015 y 2020. Eso está a punto de cambiar.
No es algo que se comente a menudo, pero la temperatura media del océano es de tan solo 3,5 °C. Podemos imaginar el planeta como un cubo de agua muy fría con una capa de dos centímetros templada (17 °C de media) en la superficie, y una corteza de naranja flotando, sobre la que vivimos nosotros. La temperatura del aire depende de la temperatura de la superficie del agua, porque la capacidad térmica de la atmósfera es baja. Es la superficie la que calienta la atmósfera, y el 70 % de ella es océano. A igual latitud Europa Occidental es más templada que el Norte de Norteamérica porque el aire que nos llega y viaja con la Corriente del Golfo proviene del Sur. Afortunadamente el agua de nuestro cubo se mezcla muy poco, porque si lo hiciera más nos iríamos derechitos a una glaciación.
Fig. 1. Diferencia de temperatura en anomalía de la superficie del mar con respecto a la media. La Niña es esa gran lengua azul que sale de Sudamérica. Fuente: Tropical Tidbits.
Cuando se produce una Niña el agua del Pacífico se mezcla un poco más. La Circulación Walker se produce porque los vientos alisios soplan desde las altas presiones del Pacífico Oriental (Perú) hacia las bajas presiones del Pacífico Occidental (Indonesia). Al hacerlo arrastran consigo las aguas en la corriente ecuatorial del Pacífico que permitió a los españoles conquistar Filipinas, y hacen aflorar las aguas profundas frías ricas en nutrientes en las costas de Perú que permiten la abundancia de anchoas. La Niña incrementa la diferencia de presión reforzando los alisios y haciendo que surja una gran lengua de agua fría que se extiende desde las costas de Perú hasta el Pacífico Central, con una profundidad de más de 100 m.
Fig. 2. La Circulación Walker es la base de ENSO, al determinar la fuerza de los aliseos debido a la diferencia de presión atmosférica entre el Pacífico Ecuatorial Oriental y el Occidental. En La Niña los aliseos soplan con fuerza haciendo emerger más agua fría y desplazándola hacia el Oeste. Las diferencias de altitud del agua son reales pero muy exageradas en la figura. Fuente: Wikipedia.
Durante El Niño el planeta libera energía desde el océano al espacio y lo que a nosotros nos parece un calentamiento en superficie, constituye en realidad un enfriamiento planetario. Durante La Niña se produce el efecto contrario, el agua fría reduce la evaporación y las nubes sobre el Pacífico, con lo que llega más energía del sol a la superficie y el planeta gana más energía a pesar del enfriamiento que medimos en superficie. Esto tan sencillo la mayoría de la gente no lo entiende y no ayuda que el calentamiento producido por El Niño se achaque en los medios al calentamiento global, mientras que el enfriamiento producido por La Niña se despacha diciendo que se trata de La Niña más caliente hasta la fecha.
Fig. 3. Al cambiar la circulación atmosférica, las lluvias que normalmente caen sobre el Pacífico Central y África Oriental se ven desplazadas cayendo sobre el Pacífico Occidental y el Norte de Sudamérica. Fuente: National Oceanic and Atmospheric Administration.
En realidad ENSO no tiene que ver con el cambio climático y son oscilaciones que no afectan a la tendencia a largo plazo. Sin embargo en periodos alternativos de unos 25-30 años hay una mayor frecuencia de uno de los extremos. Entre 1976 y 1999 hubo una desviación de la media hacia una mayor frecuencia e intensidad del Niño, y este periodo coincide con el periodo de calentamiento más rápido de la superficie. Desde 1999 hay una desviación de la media hacia una mayor frecuencia de Las Niñas. Parte de este periodo es conocido como La Pausa (2002-2014) por la ausencia de calentamiento, y todo el calentamiento del siglo XXI se produjo durante los años 2014-2016 (ver fig. 16), coincidiendo con El Gran Niño de esos años.
Fig. 4. El índice multivariable ENSO (MEI) es una forma de seguir la intensidad del fenómeno ENSO en base a 7 variables oceánicas y atmosféricas. En azul periodos de La Niña y en rojo periodos del Niño. El fondo del mismo color indica periodos donde uno de los dos predominaba. El color azul desde 1999 es más dudoso debido al Gran Niño de 2015-16, pero expreso mi punto de vista de que el predominio de Niñas que hubo antes va a continuar. MEI-1 fue cancelado en 2017, y desde entonces se usa MEI-2, que ha sido añadido a la figura. Fuente: NOAA.
El Niño y La Niña son altamente variables no solo en su intensidad, sino que también presentan distintos tipos dependiendo de como afecten a las distintas regiones del Pacífico. En El Niño y La Niña tradicionales la anomalía de las temperaturas de la superficie del océano afecta sobre todo al Pacífico Oriental (EP), mientras que en El Niño Modoki o La Niña CP afectan sobre todo al Pacífico Central. Sus efectos sobre el tiempo atmosférico son muy distintos, lo que complica enormemente las predicciones.
2. Los efectos de La Niña a nivel mundial
ENSO tiene un fuerte efecto sobre la temperatura de superficie a nivel global a medida que los efectos del calentamiento o enfriamiento de una gran zona del Pacífico se van transmitiendo durante los meses siguientes por la atmósfera, pero aún más importante es que altera los patrones atmosféricos afectando mucho al tiempo atmosférico y a las precipitaciones. La Niña trae grandes sequías en el África Oriental, la costa Atlántica de Sudamérica y el medio Oeste de los EEUU, y grandes inundaciones en Australia, Indonesia, Filipinas, Sudáfrica y América Central. Por si fuera poco se incrementan los huracanes sobre el Atlántico si La Niña coincide con la temporada de huracanes. La Organización Mundial de Meteorología (WMO, o OMM) ha emitido una nota de prensa avisando de sus posibles efectos.
Fig. 5. Efectos mundiales estacionales más destacados de La Niña. Azul-frío, verde-húmedo, marrón-seco, rojo-cálido. Fuente: National Weather Service.
La anterior Niña de intensidad fuerte tuvo lugar en 2010-2011, hace una década, y fue seguida por una Niña de baja intensidad en 2011-12. A finales de 2010, la temporada de lluvias de otoño en África Oriental se redujo a menos de una cuarta parte de lo normal. Al fallar también las lluvias de primavera de 2011 (no provocado por La Niña), se produjo la peor sequía en 60 años, provocando una seria hambruna. Australia recibió lluvias muy superiores a lo normal dos años seguidos, y muchos lugares recibieron precipitaciones récord. La Niña de 2010-11 contribuyó a la continuación de la sequía histórica en el norte de México y el sur de los Estados Unidos en 2011. El 85 por ciento de México se vio afectado por algún nivel de sequía en junio, y el país sufrió su peor temporada de incendios forestales en la historia.
La Niña de 2010-2011 afectó a los precios de los alimentos, que ya se encontraban al alza por la recuperación de la crisis del 2008 y el aumento del precio de la energía. Las cosechas de soja, palma, maíz, colza, azúcar, café y caucho pueden verse perjudicadas, presionando los precios al alza.
Fig. 6. Índice de precios mundiales de alimentos y agricultura de la FAO. Aunque La Niña de 2010-11 contribuyó al alza el artículo manipula ocultando que el principal factor fue el aumento de los precios de la energía debido a la recuperación de la crisis de 2008. Fuente: Bloomberg.
Cuando La Niña es fuerte hace descender incluso el nivel del mar, que descendió más de 5 mm desde mediados de 2010 hasta el 2012.
Fig. 7. Cambio en la masa de agua sobre los continentes entre principios de 2010 y la primavera de 2011. En esta figura se ve muy bien donde descargó precipitación La Niña de 2010-11 y donde hubo sequía. Fuente: Boening et al., 2012.
3. Los efectos de La Niña sobre Europa
La Niña tiene un efecto mucho más moderado sobre Europa que El Niño. Tiende a producir inviernos más moderados en el Norte de Europa (particularmente UK), e inviernos más fríos en el Suroeste de Europa, incrementando la nieve en el Mediterráneo. Las precipitaciones tienden a verse disminuidas. Estos efectos son mediados por la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), que determina el tiempo en la región Atlántica, particularmente en invierno, y que se ve afectada no solo por ENSO sino por otros factores más.
Uno de los factores que afectan al tiempo en invierno es la actividad solar, que en mi opinión no está suficientemente reflejada en los modelos. La actividad solar afecta al Vórtice Polar, que cuando es alta suele estar bien formado y mantiene las masas de aire polar bien sujetas al Ártico, mientras que cuando la actividad solar es baja el Vórtice Polar tiende a desorganizarse mandando masas de aire polar a latitudes intermedias, produciendo olas de frío.
El anterior mínimo solar tuvo lugar en diciembre de 2008 y sus mayor efectos sobre el tiempo se suelen notar uno o dos años después. En el invierno de 2010-2011, al igual que pasará este invierno (mínimo solar en diciembre de 2019), coincidieron la baja actividad solar y una fuerte Niña. Dicho invierno de 2010-2011 fue uno de los más fríos del siglo en Europa. Cabe recordar la masiva tormenta de nieve del 29 de diciembre de 2010 que cubrió prácticamente toda Europa de un manto blanco, como mostraron las extraordinarias imágenes de satélite.
Fig. 8. La tormenta de nieve sobre Europa del 29 de diciembre de 2010. Fuente: NASA.
Por eso creo que las predicciones del tiempo se quedan cortas al pronosticar un otoño e invierno más cálidos y secos de lo normal. El mínimo solar tiende a desviar las borrascas del Atlántico más hacia el Sur, haciendo que afecten más a la Península Ibérica.
4. El Otoño en España
La predicción a tres meses publicada en agosto por la AEMET para el otoño meteorológico (septiembre, octubre y noviembre), indicaba una probabilidad del 50 % de que las temperaturas se encontraran en el tercil superior y fuera un otoño cálido; y una probabilidad del 50 % de que las precipitaciones se encontraran en el tercil inferior y fuera un otoño seco. Son las condiciones estándar para una situación de Niña.
Fig. 9. Previsión de la AEMET para el otoño meteorológico que indica una mayor probabilidad de que el otoño sea cálido y seco. Fuente: AEMET.
Las probabilidades de que el otoño sea cálido como predecía la AEMET se han desplomado, dado que septiembre tuvo una temperatura normal y octubre ha tenido una temperatura 0.9 °C por debajo de lo normal.
Las probabilidades de que sea seco se mantienen, pero está claro que muy seco no va a ser. En septiembre las precipitaciones fueron el 77 % de lo normal y en octubre han sido el 90 %. Noviembre ha comenzado lloviendo de lo lindo. Llama la atención que la AEMET declare octubre como seco en vez de normal con un 90 % de precipitaciones. La AEMET utiliza predicción por terciles, y como ellos mismos lo explican: "se divide el total de registros en tres grupos: uno de ellos contendrá el tercio de valores más bajos (tercil inferior), otro tercio de ellos contendrá los valores más altos (tercil superior), y los valores restantes, intermedios entre ambos, serán los considerados valores normales (tercil central)."
Ya me explicarán como un mes de octubre con un 90 % de precipitaciones se las apaña para caer en el tercil inferior. Para mí que nos están tangando para no reconocer que se equivocan en todo. Un 90 % de precipitaciones es bastante normal. De lo contrario normal es solo un 100 % y todo lo demás es anormal, lo que no tiene sentido.
Fig. 10. Resumen meteorológico de septiembre, un mes con temperaturas normales y precipitaciones inferiores a lo normal. Fuente: AEMET.
Fig. 11. Resumen meteorológico de octubre, un mes con temperaturas inferiores a lo normal y precipitaciones al 90 % de lo normal. Fuente: AEMET.
De hecho los embalses en España han empezado a llenarse con la llegada de las lluvias de otoño, y los datos indican que se ha estado llenando en octubre (semanas 41-44) más deprisa de lo que lo hicieron en las mismas fechas de 2018, 2019 y de los diez años anteriores. Ello indica que octubre de seco no ha tenido nada.
Fig. 12. Situación de los embalses en España a 3 de noviembre. Fuente: Embalses.net.
4. El Invierno en España
De cara al invierno la AEMET solo ha publicado la de Nov-Dic-Ene, mientras que el invierno meteorológico es Dic-Ene-Feb. Sin embargo para los próximos tres meses la AEMET sigue en sus trece y da una probabilidad del 50 % de que sean cálidos y secos.
Para mí que se vuelven a equivocar y será un invierno frío y húmedo. La Niña es Central (CP) y no Oriental (EP) y es muy difícil que revierta. Según la estadística (Zhang et al., 2015) una Niña CP suele ser cálida y húmeda en Europa.
Hay sin embargo dos factores que pueden hacer que el invierno sea más frío de lo esperado. Uno es el mínimo solar, que como hemos visto tiende a desorganizar el Vórtice Polar provocando incursiones de aire polar muy frío en latitudes intermedias.
El otro es el bajo nivel de hielo Ártico que hay a estas alturas del año, el menor de toda la serie histórica durante el mes de octubre. La causa es doble, la alta cantidad de agua más caliente y salada procedente del Atlántico que ha entrado en el Ártico, y el transporte de aire más cálido desde el Sur, que están retrasando la formación de la banquisa de hielo. Los meteorólogos saben que es un factor que afecta al tiempo en invierno, pero no son capaces de predecir cómo, y por ello no aparece en los modelos. La hipótesis más probable es que elevará la presión atmosférica, debilitando el Vórtice Polar y haciendo que la Corriente de Chorro forme meandros provocando de nuevo una migración de aire polar hacia el Sur y causando olas de frío sobre Eurasia y Norteamérica.
Fig. 13. Extensión de hielo marino Ártico en los últimos 10 años entre el 1 de septiembre y el 1 de diciembre. Fuente: National Snow and Ice Data Center.
Por todo ello creo que vamos a tener un invierno más húmedo y frío de lo normal, con alta probabilidad de una precipitación de nieve por encima de lo normal. Es decir lo contrario de lo que predice la AEMET. Veremos quien acierta más.
5. Predicción de La Niña
La predicción de ENSO está aún en mantillas. En la figura 14 os muestro dos fallos clamorosos donde los modelos predecían el desarrollo de fuertes Niños en el plazo de 6 meses en mayo de 2014 y febrero de 2017, y que no tuvieron lugar.
Fig. 14. Dos predicciones fallidas del European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF) de la temperatura en la región Niño 3.4. Las plumas rojas indican la distribución probabilística de la predicción, y la línea punteada azul lo que finalmente pasó. Fuente: ECMWF Nino Plumes.
El problema parece ser que los climatólogos tienen dificultades para aceptar que lo que calienta el océano es el sol y no la atmósfera, y por tanto ENSO está sujeto a control por la actividad solar, es decir por el ciclo solar, lo cual es anatema para el dogma de que el cambio climático no puede ser debido al sol sino al CO2. El análisis de la relación entre el ciclo solar y ENSO muestra que en determinados momentos del ciclo la probabilidad de que haya un Niño o una Niña presenta una gran desviación con respecto al azar, haciendose mucho más probable. Estos estudios fueron iniciados por Theodore Landscheit a finales de siglo pero fueron completamente ignorados a pesar de que fue capaz de predecir con éxito varias fases de ENSO en el cambio de siglo. Más recientemente dos físicos solares, Robert Leamon y Scott McIntosh, descubrieron la asociación entre el final del ciclo solar y el fenómeno de La Niña, comunicándolo en un congreso de 2017.
Basándome en estos precedentes yo analicé la correlación entre el ciclo solar y ENSO mediante análisis de época superpuesta utilizando binning de datos para corregir las diferencias en la duración de los ciclos solares. Un análisis de Montecarlo reveló que la fuerte asociación entre el periodo posterior al mínimo solar y La Niña tenía una probabilidad del 99,3 % de no deberse al azar.
Fig. 15. Figura que publiqué en julio de 2018 anticipando El Niño de 2018 y La Niña de 2020 en base a la ignorada relación entre ENSO y el ciclo solar, que se muestra en la figura.
Estos resultados los presenté en un artículo de julio de 2018 "El mínimo solar y la predicción de ENSO", en el que predecía lo siguiente: "Debemos esperar a La Niña cuando la actividad solar se incremente a finales de 2020 a 2021". En septiembre de 2019 publiqué un artículo en el que presentaba los datos y el análisis titulado "La predicción de ENSO basada en la actividad solar". Predecir El Niño de 2018 tuvo poco mérito, porque los modelos ya lo veían venir, pero predecir una Niña con dos años de antelación es inédito. Los climatólogos y sus modelos son incapaces de hacerlo.
Puesto que hace una década de la última Niña grande, y debido a la baja actividad del último ciclo solar pienso que hay una alta probabilidad de que esta Niña sea al menos tan intensa como la de 2010 y dure dos años, algo que ha ocurrido 7 veces desde 1900.
6. Efectos de La Niña sobre el Cambio Climático
Como hemos dicho al principio, ENSO es una oscilación de las condiciones de la atmósfera y el océano del Pacífico y no tiene relación conocida con el cambio climático. No obstante y a pesar de que la temperatura de superficie del Pacífico Ecuatorial no presenta la tendencia creciente que presenta la temperatura media global, es sorprendente el grado de correlación tan alto que muestra la temperatura de una pequeña zona del Pacífico, denominada Niño 3.4, que se considera representativa del fenómeno ENSO, con la temperatura global. Además los cambios significativos de temperatura suelen suceder unos meses antes en la zona Niño 3.4 que en el conjunto del planeta. Ello es debido al alcance global del fenómeno ENSO.
Fig. 16. Comparación de la temperatura semanal en la superficie del océano de la región Niño 3.4 (en rojo) y la temperatura mensual de la superficie del planeta (en negro), ambas expresadas como anomalía. Fuente: Australian Bureau of Meteorology y UK MetOffice.
La temperatura de la zona Niño 3.4 ya está más fría de lo que lo ha estado desde la Niña de 2010-11. Ello anticipa en unos meses el enfriamiento que va a sufrir la superficie del globo.
Recordemos que entre 2002 y 2014 esencialmente no hubo calentamiento. Fue lo que se denominó La Pausa (o hiato) del Calentamiento Global y que provocó el cambio de denominación a Cambio Climático. La temperatura del planeta alcanzó su máximo a principios de 2016. Este año probablemente sea considerado el segundo más caliente de todos los tiempos. Sin embargo el enfriamiento de superficie causado por La Niña podría muy bien devolver la temperatura global media a los niveles de La Pausa, lo que crearía la paradoja de que no habría habido calentamiento neto en todo el siglo XXI a pesar del fuerte incremento en los niveles de CO2.
Obviamente no nos lo dirían. Lo que nos dirían es que es La Niña más cálida de la historia, como hicieron con la de 2010-11.
En cualquier caso lo que es evidente, y La Niña de 2020-21 vendrá a confirmar, es que el calentamiento del planeta se está enlenteciendo en vez de acelerando. Los datos oficiales lo muestran, aunque es algo que tampoco nos van a decir. La esperanza de que el super-Niño de 2015-16 marcara el retorno del calentamiento del que vive tantísima gente se va a ir desvaneciendo lo que obligará a elevar el nivel de manipulación y las mentiras que nos cuentan.
Fig. 17. Velocidad de calentamiento del planeta (media de 15 años, en negro), y emisiones de CO2 en rojo. El porcentaje se refiere al acumulado en el periodo indicado. Desde mediados de los noventa el calentamiento global se está ralentizando. Fuente: UK MetOffice y Boden et al., 2017.
La aceleración del calentamiento global solo coincidió con el incremento de nuestras emisiones en el periodo 1970-2000. A mediados de los 80 crece el convencimiento de que el cambio climático se debe a nuestras emisiones, desarrollándose la hipótesis del calentamiento antropogénico, que pronto se convierte en un asunto político en Occidente. Sin embargo fuera de ese periodo de 1970-2000 los datos contradicen que la velocidad de calentamiento esté controlada por nuestras emisiones.
La hipótesis en la que estamos basando nuestras políticas energética y económica de que el calentamiento se debe al CO2 de origen humano no es capaz de explicar el calentamiento de principios del siglo XX, el enfriamiento de mediados del siglo XX, y la baja velocidad de calentamiento de principios del XXI. Como mínimo hay otras causas implicadas entre las que están el nivel de nubosidad, la variabilidad natural y la contribución indirecta de la actividad solar, aspectos de los que sabemos muy poco. Ello hace que la crisis climática sea imaginaria.