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        Financiación Autonómica – III
 
       Asisto atónito en estos tiempos revueltos, con más retos y  también más oportunidades que nunca, a debates y confrontaciones de argumentos y datos con una disparidad colosal en ocasiones. Formado en la metodología científica con los matices especiales que tienen las Ciencias Sociales, así como en el espíritu y valores de la filosofía de la ciencia de la tradicional cultura judeo-cristiana, prácticamente cada día no dejan de sorprenderme  datos tan dispares sobre la mismas realidad, como es el caso por ejemplo del número de participantes en la reciente manifestación sobre la denominada “Ley Mordaza”, el  Gobierno dice que unos 20.000 y los organizadores, que pertenecen a Instituciones del Estado, hablan de unos 150.000. 
       Viendo este tipo de confrontaciones, exposiciones de datos y situaciones, no me extraña que, salvando las distancias y los equívocos, y sin pretensión alguna de ofender a nada ni a nadie,  un tema también tan espinoso y en donde tenemos presencia estelar del poderoso caballero Don Dinero como es la Financiación Autonómica lleve más de diez años aparcado en cuanto a la necesidad de una nueva revisión y  formulación del modelo. 
 
       En el presente siglo XXI ya hemos tenido dos modelos de Financiación Autonómica, el de 2001 en donde para repartir los dineros de la “tarta autonómica” la población era lo principal mientras que muy residualmente la superficie suponía el 4,2% y la dispersión de población el 1,2%. El modelo que le sucedió en 2009, todavía vigente hoy en día o a día de hoy como prefieran ustedes (sic) la población aumenta su ponderación hasta el 97%, mientras que la superficie baja al 1,8% y la dispersión también baja al 0,6%.  Con estos datos de partida y teniendo en cuenta la inmensa politización del tema, así como el permanente estado electoral y cortoplacista, el número de decisores implicados y las posibles correlaciones de fuerzas, con respecto a ponderaciones no espero grandes sorpresas y más bien más de lo mismo a nivel relativo y de tendencias. ¡Ay de los que tienen mucha superficie y dispersión, pero poca población! 
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  1. en respuesta a Fernando Arantegui
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    #2
    28/11/21 11:48
    Así es mi buen amigo Fernando. Se puede decir más alto, pero no más claro. Fuerte y cálido abrazo, Luis 
  2. #1
    28/11/21 09:26
    La desigualdad está servida y, como siempre, a favor de los poderosos.