Ya tenemos ministro de economía en España, y el honor ha recaído en Luis de Guindos, que entre otras cosas es conocido por sus posturas muy cercanas a la escuela austriaca, (liberalismo llevado al extremo), y por ser la persona que encabezaba Lehman Brothers en España y Portugal cuando esta entidad se derrumbó.
En definitiva, estamos hablando ante una persona de, y con perfil, claramente de la banca de inversión, lo cual es un grave problema porque no es lo mismo un banco que un gobierno. Un banco tiene unos objetivos que en definitiva se dirigen hacía maximizar el beneficio o el valor de la empresa para sus accionistas, mientras que los gobiernos deben maximizar el beneficio o valor para los ciudadanos. Siempre damos por supuesto que ambos supuestos coinciden, pero cada vez está más claro que este es otro dogma impuesto para justificar toda una serie de barbaridades económicas, pero que se está derrumbando de forma estrepitosa.
Este es otro gran error que estamos encontrando en Europa, (y en Estados Unidos), donde el poder se está concentrando de forma muy llamativa en personas de la banca de inversión; En realidad estamos ante una exageración del anterior caso Español, donde se había nombrado a José Manuel Campa, con un perfil muy similar, (no tan exagerado) y que recordemos tenía el grave problema de que la macroeconomía era su punto débil.
En el caso de nuestro flamante ministro de economía además nos encontramos con una peculiaridad muy llamativa que ha sido el hecho de que estuviese al frente de Lehman cuando cayó; Esto tampoco es un grave problema ya que debemos recordar que Trichet ya había estado implicado en la quiebra de Credit Agricole, y esto no significó problema alguno para ser nombrado para dirigir el BCE, (que algo ha tenido que ver en toda la situación que se ha generado). De hecho, habrá que reconocer que los fracasos tienen un punto positivo. En la medida en que una persona ha fracasado, lo normal es que reconozca sus errores y los evite. Pero debemos tener en cuenta que el hecho de reconocer los errores es condición imprescindible para que un fracaso previo se convierta en un activo para una determinada persona. Si después de un fracaso previo, una persona sigue pensando exactamente lo mismo, estaremos ante un desastre de proporciones mayúsculas.
Y lo realmente grave de Luis de Guindos es que no ha reconocido absolutamente ningún error y de hecho, incluso tras el desastre de su entidad en 2008, ha seguido recomendando exactamente las mismas medidas, ha seguido con el mismo diagnóstico y por supuesto no ha tocado ni un solo matiz de su discurso.
Hace unos meses, esta persona aparece en un programa de televisión española dialogando con Francisco Pérez, sobre como aprender lecciones sobre la crisis y sobre cómo solucionar la burbuja inmobiliaria. Me encantaría ser capaz de explicar la vergüenza que me ha dado este programa en particular, ya que nos encontramos con dos personas que no paran de decir impresiones y aplaudirse mutuamente. En definitiva, yo creía que la primera gran conclusión de esta crisis estaría en tratar de tener cierto espíritu crítico y por lo menos dudar de todos y cada uno de los dogmas que tenemos actualmente, sobre todo porque todos se han ido a tomar vientos. Si los expertos han estado siempre de acuerdo en todo, (hasta el punto de que disentir de cualquier cosa suponía el ostracismo absoluto) y ha existido un error garrafal en los análisis y diagnósticos de la situación, ¿Cómo es posible que los debates sigan siendo algo así como el guión de dos presentadores de cualquier folletín televisivo?.
En estos 30 minutos tenemos toda la colección de infinitivos y plurales, pero ni un solo comentario para el papel de la banca de inversión, (ni para el que no es banca de inversión). Se nos habla de que las empresas españolas son muy buenas, (las grandes) y se habla de que la demanda doméstica, (nosotros), va a estar débil durante bastante tiempo; incluso se dice que esto es saludable, (Supongo que porque estas dos personas no tendrán demasiados problemas para comer).
Pero lo que sorprende es que ambos expertos estaban de acuerdo en que las empresas grandes españolas lo estaban haciendo bien, y que el problema español era y es únicamente la legislación laboral, supuestamente demasiado rígida. En el caso de Luis de Guindos, el tema ya ralla la obsesión porque sea donde sea, nos metía la flexibilidad laboral como punto para solucionar todos y cada uno de los problemas.
Y estas no son lecciones que salgan de una crisis; lo que es ese programa en particular es un publirreportaje de la banca de inversión para que se tomen aquellas decisiones que le interesan en el corto plazo, aunque en definitiva lleven a la ruina a los países e incluso a la banca de inversión (como debería haber aprendido Luis de Guindos, porque repito estaba en Lehman Brothers cuando se derrumbó).
El absurdo llega a tal nivel que diagnostican con evidente acierto que el problema del empleo en España ha sido principalmente porque las empresas han ajustado por el empleo. Nos cuentan que esto es así porque las condiciones de empleo demasiado rígidas; pero lo grave del caso es que parece que no se han parado a pensar en que el problema ha sido porque el sistema laboral en España es demasiado flexible, y que eso provoca que cuando las empresas tengan que ajustar, el sitio más fácil es precisamente en el empleo.
En todo caso, para saber lo que nos espera, debemos tener en cuenta lo que opinaba sobre las posibles salidas a la crisis; dado que no se va a incrementar el crédito, (a ver cuánto tarda en justificar alguna medida que intuimos con el comodín de la reactivación del crédito sabiendo que no se va a reactivar), y dado que la demanda va a seguir estancada durante mucho tiempo, solo queda exportar. Dado que no podemos devaluar, tan solo queda devaluar los salarios.
Lo malo es que todo esto que nos venden como algo técnico, y no ideológico; en realidad es una soberana tontería que no va a funcionar, (de hecho no está funcionando) y por supuesto no es más que una elección, (suicida además), ya que la decisión de no poder devaluar es exactamente esto, y la debilidad de la demanda no es más que una consecuencia de unas decisiones tomadas. Es importante que no se caiga en la trampa de “no se puede hacer otra cosa”; porque esto es algo que sirve para justificar cualquier cosa, aunque tiene el fallo común a todos los dogmas que nos están cayendo de que es mentira. Sobre todo porque para variar estas recetas sirven para que se sigan enriqueciendo las grandes empresas con capacidad de exportación, a costa de empobrecer al conjunto de ciudadanos y empresas que dependen de estos.
Lo realmente grave es que estas recetas no han funcionado en ningún momento en la historia. Lo único triste es que tras este cambio, la esperanza que tenemos ahora es que este personaje se comporte ahora de forma distinta a como viene siendo, pensando que sus opiniones hasta ahora representaban los intereses de un grupo determinado y ahora se va a comportar con la misma fidelidad con sus nuevos representados, pero es una esperanza absurda ya que la realidad es que estas personas defienden con todas sus fuerzas un sistema donde sus decisiones destrozan a todo el mundo menos a ellos mismos que ahora se ven recompensados con poder y gloria, (aunque temo que efímera).
En este enlace les queda el link a la página de RTVE donde está el programa en cuestión.