La semana pasada nos hemos encontrado con una carta de un empleado de Goldman Sachs que ha abandonado la entidad y ha manifestado con contundencia unas cuantas actitudes de la entidad hasta el punto de definirla en bancarrota moral.
Desde luego no hay demasiado que se pueda contar ya de esta entidad, (y de otras muchas), y desde a estas alturas del partido es difícil defender actuaciones como esta y no entender la relación entre la situación actual y estas actitudes. Sin embargo a pesar de las dificultades Daniel Lacalle en Cotizalia lo ha intentado en un post en Cotizalia que llamó curiosamente: “¿Es el lado oculto tan malo como lo pintan?”. Sin embargo en realidad creo que no ha sido un buen intento. Tanto que se ha equivocado en el titulo. En dos cosas; en primer lugar, porque realmente el lado oculto de Goldman Sachs no es tan oculto, aunque no salga demasiado en los medios de comunicación. De hecho debemos tener en cuenta que ya ha aceptado (para cerrar una investigación) una multa impuesta por la SEC por apostar contra sus clientes en relación a la crisis subprime. Fueron 500 millones de dólares los que pago para evitar demasiada publicidad por aquello de recomendar comprar subprime mientras las vendía justo antes de que estallasen.
Estas y otras tácticas, ya son suficientemente conocidas como para definirlas como lado oculto. Sin embargo, lo más curioso del artículo es que en ningún momento se niegan los echos y en realidad lo que se afirma es que no son más que “ un entorno agresivo, el mercado financiero y la banca de inversión, y un sub-universo de la misma, el de los derivados, desde los ojos de un mando intermedio cabreado.” Para seguir con un par de oraciones demoledoras:
“Un banco de inversión no es un padre o un familiar. Es una entidad que busca maximizar beneficios, igual que yo, y que ofrece una serie de servicios en los que yo, y cualquier inversor, como profesional cualificado, debo analizar, comparar, reconocer el riesgo y aceptar mi decisión. Entre tantos “escándalos mediáticos” parece que nos olvidamos que aquí todos somos mayorcitos y que la razón por la que nos pagan es para tomar decisiones calibradas, no para guiarnos ciegamente de la mano de un asesor, sea Goldman Sachs, McKinsey o el Coronel Tom Parker, el malvado manager de Elvis Presley. Para consejos familiares y altruistas ya tengo a mis padres.
¿Que algún colega ha dicho burradas sobre sus clientes? Primero, si hay un banco donde se puede denunciar esa practica anónimamente, ese es Goldman, así que el amigo Greg se pasó 12 años indignándose, y cobrando, en silencio. Pero en cualquier caso, las burradas también las decimos los demás sobre ellos. Cualquiera que trabaje en un hedge fund sabe que a las recomendaciones de analistas de “comprar” de los grandes bancos se les llama “the kiss of death” porque suelen funcionar desastrosamente al segundo día de publicación. Este negocio, el de los mercados financieros, no es una ONG ni un entorno políticamente correcto. Es un entorno donde todos recibimos presión para generar resultados. Al que no le guste, que envíe su curriculum a un ministerio que ahí puede gastar presupuesto ilimitado con mucha corrección.”
Lamentablemente todo esto es cierto, pero realmente obligaría a cambiar el titulo del post ya que realmente no está desmintiendo que Goldman Sachs sea tan malo como lo pintan. El problema es que el resto del sector está completamente podrido. ¿O es que estamos en un momento en el que el hecho de que todas y cada una de las entidades lleven a cabo una serie de tácticas significa que cada una de ellas no es censurable?. ¿Acaso si todos somos ladrones, el que roba no es ladrón?. Es más, no acabo de entender una sensación que me queda siempre que tiramos de comparaciones; Si resulta que GS fuese el único malvado de toda esta historia, estamos todos de acuerdo en que tendríamos un grave problema; pero curiosamente si estamos con todo el sector tomando el mismo camino, ¿esto no es un problema infinitamente mayor?.
Nos cuenta que GS sólo trabaja con inversores cualificados, y esto se supone que sirve para descargar el peso del engaño. Es cierto que parece un poco mejor engañar a un supuesto gestor de un fondo que a una ancianita, pero no debemos olvidar que engañar es engañar siempre. En todo caso, debemos recordar que no sólo se engañan a gestores, que por cierto en numerosas ocasiones se dejan engañar porque les interesa. Porque a lo mejor nos olvidamos de unos ciertos efectos.
Cuando Goldman Sachs, (o cualquiera) emite un informe, y marca el camino a los demás, (en el post se habla de que apenas tiene cuota de mercado de forma que parece que nos cuenta que apenas tiene poder olvidando que el poder a veces se marca más en la capacidad de mover inversiones ajenas que las propias). Ese camino suele tener efectos secundarios muy curiosos. Tras los informes de Goldman Sachs tenemos las subprime, lo que a su vez tuvieron un efecto innegable en una burbuja inmobiliaria que ha obligado a absolutamente todo el mundo a pagar más por un piso, (no solo los que lo perdieron). La montó dos veces en cinco años con el petróleo, condenando a todas las economías al desastre, y están detrás de los usos de derivados que han acabado destrozando las deudas públicas de los países, mientas apostaban contra ellos. Sí es muy cierto que tratan con gestores de fondos, pero dejando aparte el hecho de que estos fondos son de personas que depositan sus planes de pensiones, de estudios o de fondos de inversión que sufren pérdidas, nos encontramos con millones de personas que están se están dejando todo en el camino por actuaciones como estas, personas que pierden absolutamente todo y que pueden ser engañadas o no, (en el fondo da igual porque nadie nos va a preguntar, no vamos a contratar y no nos van a escuchar).
En el post habla también de que ha sido rescatado, mediante el TARP, y que ha devuelto el dinero prestado al revés que las cajas. Evidentemente todo esto es cierto, pero otra vez se echa de menos que no haya seguido un poco más el razonamiento y darse cuenta de que han sido rescatados, a pesar de que no desarrolla actividades minoristas, (aunque esto era inviable en 2008, de lo que se debe inferir para que fue el cambio normativo), y por supuesto, no debe olvidarse que si han devuelto el dinero es porque se le ha dado toda la munición y armas posibles para que ganasen dinero en un ¿entorno agresivo?. Pero ¿de donde ha salido este dinero?. Pues otra vez, el razonamiento nos lleva al mismo sitio; si antes he comentado que no se ven las victimas es fácil entender que no se ve de donde sale el dinero. En particular respecto a las cajas, la realidad es que es difícil no ver que las cajas en gran sentido son parte del rescate de los bancos.
Por supuesto, el hecho de que les demos todas las armas, la munición, la impunidad y que defendamos que todo vale cuando estas entidades decidan hacer absolutamente lo que sea para ganar dinero, lo normal es que estas entidades tengan el dinero necesario para devolver lo que les han prestado, los intereses y obtener unos beneficios impresionantes, mientras el resto del mundo queda arruinado. Es tan simple como que un ladrón podrá devolver sus deudas, pero el robado no. ¿Quién es más honrado?.
El que engañe, el que manipule, y el que estafa tiene un nombre, que podemos suavizar mediante aquello de tácticas agresivas o que esto es un negocio, pero esto no es más que dar una coartada moral que nos sirve para profundizar en la basura y en la miseria que se está extendiendo. Y esto es sencillísimo de ver: ¿A que si voy al banco con documentos falsificados y toda suerte de tácticas y les dejo un pufo, todo el mundo entenderá que merezco ser acusado de estafa?. Oiga, que no soy tampoco una ONG, ni el banco es una viejecita. Claro que la diferencia va a ser que la inmensa mayoría de los clientes no hacen esto y en consecuencia esto será claramente un delito que perjudica el negocio y el sistema. ¿Qué tenemos que hacer, engañar todos a los bancos para que estafar esté bien?.
Y por cierto, ya que estamos, me gustaría contestar a Daniel Lacalle, que a ver si pone el mismo respeto con los del ministerio, que resulta que tampoco están exentos de presión, no disponen de presupuesto ilimitado, (curiosamente, los únicos que tienen barras libres ilimitadas de los bancos centrales y apoyos totales de todo el mundo sin condiciones, no son precisamente los países), y por supuesto si unidos a fiscales, reguladores y jueces, se actuase con total corrección, ya hace tiempo que muchos de los personajes de este entorno agresivo ya estarían entre rejas en lugar de rescatados.
Y esto es totalmente necesario dada la situación actual, ya que el problema no es que Goldman Sachs haya perdido el norte y se esté cargando el sistema. El problema es que Goldman Sachs no es otra cosa que un protagonista destacado de esta historia.