El mensaje que desde Alemania, desde la Unión Europea, desde el Banco Central Europeo y desde todos los gobiernos y resto de think tanks viene a decirnos lo que nos ha contado el jefe del Mede acerca de la crisis; que estamos siguiendo una estrategia correcta para la salida de la crisis, que ya se han hecho avances y que estos no se notan. Aunque ven un riesgo, que es el de que los países no sean capaces de imponer estas soluciones a sus ciudadanos.
¿Tiene sentido todo esto?. Lo primero que me gustaría llamar la atención a que los aspectos mejorados que no se perciben de todo, recuerdan y mucho al concepto de “brotes verdes”, del que ya hace tiempo que no se oye hablar. Antes se habló de recuperaciones en V, de luces al final del túnel y toda una serie de literaturas en las que en todo momento nos encontramos con unas perspectivas para los países que inesperadamente no se cumplen, porque siempre pasa algo, que por cierto nunca se aclara. ¿O es que es una aclaración suficiente el argumento de que los mercados financieros se han deteriorado de forma inesperada?.
Por otra parte los avances que este señor menciona, supongo que tendrá algo que ver con las variaciones de estrategia. Porque en realidad, en lo único que avanza la situación es en el deterioro de las condiciones de los ciudadanos, de la economía y del importe que necesitan los mercados financieros para mantenerse en pie. Además lo que tenemos es una situación en la que la estrategia de hoy es lo que antaño no se podía ni de lejos.
En 2008, no se podía intervenir para salvar bancos directamente, (riesgos morales y toda esta cosa), hoy nos encontramos con una estrategia en la que esto ni se cuestiona, a pesar de ser exactamente lo contrario. En 2010, los tratados impedían comprar deudas de países, ahora no hay problema ninguno, salvo que los lunes no hay problemas y los martes a alguien se le ocurre que es mala idea. El BCE no podía aceptar títulos por debajo de una determinada cantidad, (porque no era buena idea), y esta estrategia ha ido cambiando hasta el punto de que ahora acepta como colaterales los productos que sean, salvo que sean Griegos, mientras asume que el programa de Grecia funcionará a la hora de confeccionar sus cuentas.
España era demasiado grande para ser rescatada no hace mucho, (este era el mayor problema de la eurozona, unido a Italia), y ahora mismo nos encontramos presionando a España para que acepte el rescate. En fin, podemos seguir y seguir, pero en realidad lo que tenemos es todo un rosario de soluciones definitivas paridas en cumbres decisivas de semanas en las que el euro se la juega, y que al cabo de unos días se han comprobado totalmente inútiles.
Lo que está claro es que no está funcionando la estrategia, en primer lugar porque la estrategia no existe más allá de la idea general de “hacer lo que sea necesario para que los mercados financieros se recuperen y apoyar a las grandes empresas”. Sólo de esta forma se entiende que nos introduzcan ahora como reforma necesaria para mejorar la competitividad, un incremento de las tarifas eléctricas, que puede tener que ver o con la mejora de los gastos porque suben los costes y los precios para todo el mundo, o bien con la reunión de las eléctricas con la comisión. O que Grecia envíe un plan de ahorro, en el que se reduzcan los gastos militares y los gastos farmacéuticos, y sea rechazado para que se reduzcan sueldos públicos y pensiones.
Si hacemos un poco de memoria, lo que estamos haciendo, tanto en Europa, como en cada uno de los países, no es otra cosa que tratar de parchear los problemas que para las grandes empresas y los sistemas financieros ocasiona el hecho de que la economía se esté destrozando.
Pero independientemente de que sea una estrategia o no, lo que está claro es que jamás saldremos de esta crisis, sin cambiar de parámetros. Lo cual me lleva a los supuestos riesgos que ve este señor. Vale que vea un riesgo en el agotamiento social, riesgo que viene de que toda la serie de personas que componen los distintos países, (sobre todo los periféricos), estamos viendo como día tras día, nos dan un nuevo golpe que lo que hace es en definitiva profundizar en los golpes a la economía. Lo que no tiene sentido ninguno es esperar que este camino funcione, cuando ha fracasado todas las veces en la historia que se ha probado y cuando ha fracasado a lo largo de todos estos años.
Pero más allá de la deriva que llevamos y de unos fundamentos democráticos de este señor que ve un riesgo que los gobiernos no sean capaces de imponer a los ciudadanos unas medidas de dudosa utilidad, y que además no son deseadas por los ciudadanos, esta frase introduciendo este riesgo es simplemente demencial y sirve como excusa de mal pagador.
El argumento es sencillo; todas estas locuras que están haciendo, (Mede inclusive), nos llevan a un desastre del que se saldrá cuando los ciudadanos logremos, (el problema es cómo), imponer directamente nuestros criterios, (lo que viene a ser cuando exista algo parecido a democracia). Nos están llevando por un camino que va directo a la destrucción y pobreza o a la respuesta de las sociedades, (lo que primero ocurra). No nos puede llevar a ningún sitio bueno, (cada vez está más claro), pero lo curioso es que de alguna forma, cuando fracase, (o sea cuando lleve al punto al que vamos), se le echará la culpa a “no fuimos bastante lejos”.
O sea, que si me caigo de un rascacielos, voy volando en el camino correcto. Se supone que voy por buen camino, porque aprenderé a volar. El riesgo está en que me encuentre el suelo antes de que tal cosa ocurra, lo que significará que si fracasa mi salvación es porque directamente el suelo apareció antes de aprender a volar. En fin.