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En primer lugar me gustaría desear un buen año a todo el mundo. Evidentemente estos días he estado de vacaciones, y ha sido la primera vez que este blog ha estado tanto tiempo sin actualizar. Tal descanso no fue planificado. De hecho el plan era avanzar durante estos días en algunos post para tratar de tener cierta reserva para evitar los problemas que el día a día me trae y que complica y mucho el colocar un post diario.

Sin embargo, la realidad es que necesitaba desconectar un poco, y eso exactamente es lo que he hecho. Hasta el punto de que no sólo he dejado completamente de juntar letras, sino que incluso he estado tan desconectado hasta el punto de que algunos días de estos festivos ni tan siquiera encendí el ordenador para ver ni correo, ni noticias ni absolutamente nada. En definitiva desconectar completamente. Un día desconecté, otro seguí y al final decidí que hasta después de las fiestas lo dejaba todo completamente. La fecha clave era el 7 de enero, pero me he decidido a pasar el 6 de enero entero hasta volver a la realidad. ¡y aquí estamos!.

Se puede pensar que en unos tiempos como estos y en situaciones en las que todas las semanas son críticas y todos estamos esperando el enésimo rescate de la caballería, porque se ha anunciado el desastre (en los mercados financieros si el banco central de turno no hace tal cosa o si no aprobamos tal salvajada), todas las semanas. Sin embargo, han pasado dos semanas y echando un vistazo a la prensa y por ahí, pues lo que tengo es la sensación que me dejaron las telenovelas cuando era un niño. Ni me acuerdo cual era, pero un año había estado enfermo y por las mañanas lo que había era una telenovela. En la enfermedad del año siguiente resulta que el culebrón seguía más o menos en la misma. Total, en tres días un año y tres días el siguiente, resulta que ya tienes el argumento. Por el medio, nada más que tonterías para entretener al personal, con trucos cada vez más absurdos; Cambiando la palabra “telenovela” por noticia, y los nombres compuestos de los protagonistas, (bueno, esto no hace demasiada falta), se comprenderán las similitudes.

La gran diferencia es que en esta situación no estamos hablando de la calidad de unas historias, sino que estamos hablando de las vidas de los ciudadanos, y las consecuencias que todos estamos viendo. Cuando un guionista la lía con un culebrón, no pasa nada; pero en este caso mucha gente está sufriendo, temiendo, perdiéndolo todo e incluso muriendo. Esto lo debería tener en cuenta todo el mundo antes de lanzar cualquier cuento, pero sin embargo no es la tónica habitual.

Esta diferencia es por la que todos necesitamos desconectar a veces, y es la razón principal por la que la inmensa mayoría de la gente es ajena a todos estos temas. Esto no se debe confundir con ignorancia de la gente. Está claro que la inmensa mayoría de las personas no están al tanto de todas y cada una de las burradas y estafas a las que estamos siendo sometidos, y sobre todo no tienen ni idea de todo el follón que está montado; de la misma forma está claro que la gente se entera de verdad cuando le tocan el bolsillo, lo qué ha ocurrido con demasiada frecuencia.

Hoy, para bien o para mal, las cosas están cada vez más claras, lo que curiosamente supuso el fin del fenómeno del culebrón, que ya no hacían gracia absolutamente a nadie por previsibles. Con un poco de suerte este año, las cosas estarán también en este campo muchas más claras, de tal forma que todo aquel que se dedique a perfilar la realidad y los análisis para conseguir satisfacer unos intereses particulares a costa de cargarse a todo el mundo tiene los días contados.

Este año espero sinceramente que las cosas cambien de forma significativa y de hecho supongo que lo acabarán haciendo. Lo que no está tan claro es hacía donde, pero es difícil entender que este rumbo se pueda seguir manteniendo; hoy creo que no es cuestión de saber si estamos en el camino correcto o no; la duda es, cada vez más claramente, saber cuánto podremos aguantar, incluyendo en este plural por supuesto España, el euro y el sistema financiero mundial tal y como lo conocemos.

Por esto creo que este año soy muy optimista. Por supuesto esto no quiero que se entienda en relación a los mercados financieros, que no son más que una parte del sistema económico, (en lugar de la idea que parecen tener unos cuantos de que el sistema económico es una parte del sistema financiero).

A pesar del optimismo, nos quedan unos tiempos muy duros, como en definitiva lo son todos los tiempos históricos. Y sobre todo quedan muchos miedos, derivados de la situación y de los cuentos que tenemos que escuchar todos los días, lo que acaba generando un riesgo inherente para todo el mundo.

Este año va a ser apasionante, duro y espero que sea aquel en el que tengamos el “new deal” que necesitamos para dar un golpe de timón a una situación insostenible. En algún momento, (y será más cuestión de sociólogos que de economistas adivinar cuando), el cambio se producirá y estoy seguro que será rápido.

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  1. #4
    08/01/13 12:44

    Feliz año.

    Yo, a esa conclusión de que igual todo es ruido que nos pretende acojonar, llegué mientras lo iba leyendo todo. Mi desconexión veraniega vino bien para relajarme en lo tocante a las pereferenetes de mis padres, y me vino muy pero que muy bien...

    Me da en la nariz que sí, que todo esto quedará en agua (enmierdada) de borrajas, pero que mientras no escampe, hagámonos con un buen chubasquero y pongamos los bártulos a cubierto.

  2. Nuevo
    #2
    08/01/13 10:39

    Feliz 2013, Tomás, se te echaba de menos. Un saludo.

  3. #1
    07/01/13 23:57

    Feliz año, Tomás. Siempre es bueno desconectar porque la vida hay que vivirla y también ayuda a ver las cosas de forma diferente y a afrontarlas con mayor energía. En cuanto a las fechas en las que puede producirse el cambio... bueno, en el año 2001 cuando intentaba realizar un análisis a futuro de la situación económica a nivel mundial para enfocar las diferentes alternativas de inversión y su horizonte de salida, contemplé la siguiente posibilidad:

    RIESGOS: Cambio del capitalismo hacia otro sistema económico, lo que provocaría desequilibrios profundos y un nuevo planteamiento en las relaciones comerciales y personales. Este nuevo orden mundial podría tener origen en desestabilizaciones políticas y en crisis financieras, las cuales se producirían de forma lenta y gradual, siendo difícil su identificación.
    Era una predicción probable a muy largo plazo que esperaba ir vislumbrando conforme pasara el tiempo y se fueran aclarando las opciones. Pero la no consideración de la variable "juego no limpio" de mercados financieros, grandes empresarios y gobiernos hace realmente difícil la identificación de ese momento. Ahora parece que podemos estar cerca de ese punto de inflexión. No sé, sigo pensando que el cambio será lento y gradual, pero quizás tengas razón y el inicio del cambio empiece a producirse en este año 2013. Todo se andará y por lo pronto decirte que me alegra verte de nuevo por aquí. Saludos.

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