La semana pasada comenzó con la publicación de una encuesta de voto en la que el Partido Popular bajaba del 30% en intención de voto, mientras que la valoración de Mariano Rajoy descendía por debajo de la peor valoración que nos hemos encontrado de Zapatero, (quien por cierto tenía el reto). Sin embargo la semana fue devastadora.
El indulto de un conductor que circulando en sentido contrario ocasionó un accidente con víctimas mortales, que además era un ejecutivo que había contratado al bufete de familiares de exaltos cargos del Partido Popular y en el que el hijo de Gallardón presta servicios, fue contestado con el argumento soterrado de que el hijo de Gallardón estaba en Brasil, (como si no hubiese favores que pagar, por mucho que el hijo no estuviese directamente implicado), y la explicación de Soraya Saez de Santamaría en la rueda de prensa del consejo de ministros de que no se explicaban las deliberaciones del consejo de ministro.
Tenemos a Margallo, cuya mujer ficha por una farmacéutica que a su vez gana por primera vez un concurso, y la explicación de que estamos ante un “caso de familia”; tenemos a Ignacio González, con un curioso caso de un ático que no era suyo, pero que el mismo día que un juez pregunta por los dueños, nos encontramos que ahora es suyo, pero que aún no está inscrita la operación. En este caso, resulta que la abogacía de la comunidad de Madrid, (para que nos entendamos, el abogado público de la comunidad encargado de proteger los intereses de los intereses de la comunidad), ha enviado dos correos a Idealista para pedir que retiren las fotos de un ático similar y el nombre del presidente de la comunidad de Madrid, en virtud de la ley de protección de la intimidad, advirtiendo de la presentación de una demanda inmediata. No deja de ser curioso esto de que el abogado de la comunidad de Madrid mantenga esta diligencia para defender la intimidad de una persona, (que casualmente es presidente de la comunidad de Madrid, pero que supongo que para defender derechos personales tendrá que pagarse sus abogados).
Pero desde luego el colmo ha llegado hacía el fin de semana, cuando se conocen las informaciones de la existencia de una cuenta con saldo multimillonario de Luis Barcenas en Suiza, acompañado de la noticia de que una parte del dinero ha sido regularizada por el proceso de amnistía fiscal, (regularización de activos según Montoro), con la reacción espectacular de la agencia tributaria, negando la citada regularización, desmentido después porque según parece se regularizó una sociedad y la agencia tributaria resulta que aún no sabe quien regularizó.
Luego se ha publicado la existencia de sobresueldos e incluso El Pais nos cuenta que tanto Rajoy como Cospedal lo han percibido. Con todo esto el Partido Popular sigue el camino del PSOE en su desintegración, de tal forma que es sencillo entender que está ocurriendo lo mismo que ha ocurrido, (está ocurriendo), en Grecia. Y lo que está claro es que a día de hoy, y con lo sabido actualmente es prácticamente imposible entender que el Partido Popular pueda recuperarse. Bien sea por la acumulación de injusticias, escándalos y mentiras o bien sea por que la imagen de los sobres no le va a abandonar jamás, (recordemos que a fecha de hoy “los hilillos de plastilina” o el “España va bien”, que son infinitamente menos traumáticas que lo de los sobres siguen persiguiéndolos).
Pero es que además el patetismo de las reacciones no ayuda. Es decir, se sigue tirando de un manual, sin tener en cuenta que la sociedad española, (entendida como la suma de los ciudadanos españoles), no traga ya con ciertos manuales que han gastado hasta pasar de rosca. Dicho de otra forma, cuando Soraya escenifica la lástima que manifiestan sentir por los deshaucios, lo que obtiene es cachondeo, porque ya todo el mundo tiene claro que aquí interesa salvar bancos, aunque esto signifique validar lo que sea injusto, lo que sea lamentable e incluso la economía.
Absolutamente nadie cree ya al Partido Popular, ni cuando se queja de que los tribunales anulen sus decisiones sanitarias (dicen que por razones técnicas, aunque en realidad todos los colectivos de técnicos están manifiestamente en contra), y esto no va a cambiar. Lo que si tiene que cambiar, e inmediatamente son las instituciones. La fiscalía anticorrupción ha manifestado que no va a investigar las noticias aparecidas en los medios de comunicación porque no es costumbre investigar noticias aparecidas en los medios de comunicación. Lo que está claro es que algunos están tardando en enterarse de que determinadas costumbres tienen los días contados. Claro que van a investigar, porque no les va a quedar más remedio, porque la tontería de negar la investigación le va a salir cara. Ciertas costumbres ya no son admitidas y sería importante que algunos se enteren, y en todo caso podrían aprender del abogado de la comunidad de Madrid que responde a publicaciones de fotos de un ático inmediatamente.
¿Y la investigación que ahora ha anunciado Cospedal en base al “no me temblará la mano” de Rajoy?. Este es otro sainete, que en el fondo da igual. El partido popular dijo que no iba a investigar porque ya había investigado y no había encontrado nada. Todo el mundo sabe que aquella investigación fue para tapar las cosas, y por tanto que iba a ser imposible que se encontrase nadie. Pero lo que parece que no entienden es que ni tan siquiera para el objetivo de tapar ha servido. Pues ahora se anuncia finalmente otra investigación y que nos mostrarán los resultados para que podamos comprobar la integridad del partido. ¿Alguien se creerá ahora una investigación del partido, que se supone que va a demostrar que la cúpula del partido no ha actuado de forma irregular?.
Las mentiras, los engaños y las trampas tienen límites por mucho que se empeñen, y han desbordado.