Hoy se ha presentado la burrada del plan para acelerar la reducción del déficit del estado. El inútil integral que tenemos por presidente, nos cuenta en una presentación que no se tocan los pilares del estado de bienestar, a su vez que se lucha contra los especuladores. Y por otro lado los de la banca están satisfechos “con el camino” de la reforma, mientras que todos los “expertos”, (¡hasta los huevos de que se vendan como economistas cuando no son más que vende-humos con dos dedos de frente!), afirman que ¡Se queda corto!.
El caso es que esta pandilla que tenemos tiene una muy curiosa forma de luchar contra la especulación, y desde luego los especuladores tienen una inteligencia más que limitada porque están totalmente de acuerdo con la medida. La primera idea es que o son masoquistas y no paran de pedir ¡dame más!, o realmente aquí todo el mundo está haciendo lo posible por luchar por los especuladores.
¿Adivinan que es lo que dice la teoría económica cuando se recortan sueldos y se suben impuestos?. Pues aunque parezca increíble, lo que todo el mundo piensa y se va a desencadenar un proceso que ya he comentado mil veces.
Hoy el gobierno de España ha dado un golpe brutal a los que tienen los ingresos más estables, (funcionarios y pensionistas). Y esto va a tener consecuencias inmediatas al conjunto de la economía, junto con lo que queda pendiente, ¡la traída y manida reforma laboral y de la seguridad social!.
Si tenemos en cuenta esto el proceso será el siguiente: Los funcionarios y los pensionistas tendrán que ajustar sus gastos a la nueva situación. En un caso menores ingresos y en el otro una congelación, (¡en niveles absurdamente bajos!), para afrontar unos mayores impuestos y gastos en bienes básicos, (al igual que el resto de los trabajadores).
Esto significa que por lo de pronto un número significativo de familias va a ajustar su consumo de forma dramática. Para adaptarse a las nuevas circunstancias. Por supuesto este ajuste inicial va a impactar de forma distinta en los distintos sectores de la economía. Para la banca en primer lugar no habrá problemas ya que tiene asegurados los cobros. Para bienes básicos y con nula competencia, (electricidad, gasolinas,…), tampoco va a significar demasiado problema.
En sectores como alimentación, donde a pesar de ser básicos, existe una competencia algo mayor y una gama mayor de productos sustitutivos, (o comemos patatas o comemos arroz), el impacto será algo mayor pero limitado.
Pero en hostelería, comercio, electrónica, agencias de viajes, textil, artículos de decoración, ocio, automóvil, concesionarios,…. ¡El impacto será demencial!.
En realidad lo que ocurrirá es muy sencillo de ver; el mercado para las empresas dedicadas a vender productos de segunda necesidad, (aquellos en los que primero se ajustan) se va a reducir en un primer momento en el importe que sale de sumar los recortes de sueldos más las subidas de impuestos más las subidas en los bienes básicos más la parte que se recortará, (en caso de que sea posible) por el temor.
Esto va a impactar de golpe y se va a transmitir a través de las distintas fases del ciclo productivo, (desde la tienda de deportes, pasará a los transportistas de zapatillas de textil, hasta la fabrica en China, sin olvidar las gestorías de todos estos, los que se ocupan de la publicidad, que a su vez transmitirán a las cadenas de televisión, a las imprentas…). En definitiva como un virus que va contagiando.
Esto, es muy inútiles representantes de los intereses de los especuladores, (aunque presuman de combatirlos), la explicación simple del multiplicador de la demanda. Cierto mecanismo que están empeñados en olvidar, como todos aquellos aspectos que se refieren a enseñanzas de la crisis de 1929.
Este multiplicador funciona en los dos sentidos, pero lamentablemente cuando la economía sube funciona mucho más suavemente, (por el ahorro y por que las rentas que se modifican son las rentas altas, de tal forma que la traslación al ciclo es más lenta), que cuando se retrae, (porque las rentas que se modifican son las bajas). Este multiplicador o sí se quiere ver la transmisión de este virus va a ser mucho más rápida y globalizadora que la transmisión de la riqueza.
Si tuviésemos una mínima protección laboral efectiva, la realidad es que ese coste funcionaría como un cortafuegos, y realmente los efectos se irían frenando. Es decir, si los funcionarios tienen que ajustar el café, el de la cafetería es el que se come el marrón y trasladará una parte a sus proveedores). En todo caso, si a lo largo de esta cadena, las empresas tuviesen excesivos problemas para despedir a sus trabajadores, la realidad es que el impacto inicial se iría diluyendo. Lamentablemente, este no es el caso. Y partiendo de una situación en la que la principal fuente de flexibilidad es el empleo, (¿hace falta recordar los datos de despidos que tenemos?), ¡se pide más!.
Y está va a ser la próxima cadena de transmisión. La extrema flexibilidad laboral lo que provocará (unido a esta bajada de sueldos), es que cada vez más trabajadores tengan un sueldo menor, (¡a ver quién es el guapo que negocia ahora una subida!; ¡y entendiendo que ahora hay una referencia para bajadas del 5%!), y cada vez más se vayan directamente al paro. Entre estas dos cosas, la realidad es que la situación, en lugar de suponer un freno en el proceso de infección va a provocar que este se acelere, sin otro destino que una gran depresión.
La banca, los expertos y los mercados, tan inteligentes ellos, dirán que es muy buena noticia, porque desde luego, lo que se consigue es contener los sueldos, lo que ayudado con unas políticas económicas que buscan consolidar monopolios, (repasemos un IBEX en los que salvo INDITEX, el resto de las empresas dependen directa o indirectamente de mercados regulados o que contratan con la administración), logran incrementar los beneficios de las cotizadas lo cual es un espejismo que oculta todo lo demás. Por supuesto, la CEOE, la banca, los mercados y toda esta banda, simplemente no se paran a pensar en nada que no sea una bajada de sus gastos, ¡como han hecho a lo largo de todos estos años sin que sean capaces de ver a donde nos ha traído!.
Pero lo que esta “banda”, (Ya ni sé cómo llamarlos sin tener que poner el “no apto para menores), no se le ocurre pensar es que resulta que los funcionarios, los trabajadores que se verán afectados, las empresas que van a lo largo de toda la cadena….¡tendrán serias dificultades para pagar sus créditos!. Y tarde o temprano, en una situación de deterioro en la que estamos, esto afectará incluso a los ingresos de los “grandes”.
Por supuesto, para saber lo que va a ocurrir con el déficit ese que se intenta reducir tenemos que señalar que va a pasar una cosa similar a la que ocurre con los trabajadores y especuladores. Si se vende que se quiere crear empleo, (fomentando el despido), mejorar el poder adquisitivo, (subiendo los precios y bajando sueldos), y acabar con los especuladores, (dándoles todo lo que pidan), con este objetivo de recortar el déficit, van a conseguir exactamente lo que han conseguido todos los países; ¡lo contrario!.
Por un lado debemos recordar que los impuestos salen de los impuestos y que estos van en función de los ingresos de trabajadores y empresas, ¡Es así de sencillo!, y en consecuencia, el déficit se va a ir a tomar viento. Pero es que por otro lado, lo que ocurrirá es que este déficit nominal va a ser mucho mayor en los términos en los que se mide. A ver si logra alguien entender que el déficit en función del PIB se incrementa cuando cae el PIB, que es lo que va a ocurrir. Por supuesto, lo mismo ocurre con la deuda. Y curiosamente, cuando nos encontramos con que el déficit va a subir en términos nominales, (en euros) y el PIB va a caer en nominales, (caen los sueldos y caen las ventas de las empresas), el resultado es que los ratios empeoran.
Y esto nos lleva al incremento del déficit que están teniendo todos los países, (¿nadie se pregunta cómo es posible que hayamos subido tan rápido el déficit?), y es el riesgo que nos encontramos. Una subida de 100 puntos en el riesgo país significa que (si el país debe un 100% del PIB) un total de un 1% de déficit adicional. ¡Así de sencillo!. La formula es sencilla.
¡Es completamente imposible que un país sobreviva a la quiebra significativa de una parte que no tiene que ser importante de sus ciudadanos!. Y si un país y los ciudadanos se van a la quiebra, no hay forma posible de que los que con ellos especulan sobrevivan. Es cierto que alguno especulará “a la ruina”; pero la mayoría caerá sin remisión, por una simple y cruel aritmética. ¡Las migajas a repartir serán muy pocas!.
El resultado final es que la deflación, (oculta que ya tenemos), se va a acelerar repartiendo miserias entre trabajadores, pensionistas, funcionarios y sobre todo pequeñas empresas, estados y sólo al final cantamañanas varios, entidades financieras sobreprotegidas y sus acólitos. (Esto ya lo comenté en su día en el post sobre los efectos de la deflación).
Y aquí es donde digo que los menos perjudicados van a ser los funcionarios y los pensionistas. Porque supongo que todo el mundo se ha de dar cuenta que realmente los precios se van a fijar por el grupo con mayores posibilidades de compra, (ya sea pagando en efectivo o vía endeudamiento), y estos no son más que estos dos que tienen menos ingresos, pero más estables. En consecuencia, la competencia por vender a estos grupos va a ser salvaje en todo lo que no sean grandes empresas, (mucho más que en los años pasados donde ambos eran los patitos feos de la fiesta). Es fácil entender que el desplome total no va a venir bien ni a funcionarios, ni a pensionistas, ni a empresas, ni a bancos, ni absolutamente a nadie, pero los menos perjudicados van a ser curiosamente los que hoy parecen los grandes agraviados.
Mañana pondré la continuación pero aprovecho para repetir lo de ayer. Toca parar el país, y desde luego toca por parar los mecanismos de esta caída. La caída de los sueldos de los funcionarios se ha consumado, (y es casi imposible volver atrás), pero ahora funcionarios y empleados de la privada tenemos que parar la segunda oleada que es la reforma laboral y las de las pensiones).
Y por último dos apuntes adicionales que me gustaría no dejar para mañana; por un lado decir, que tengo pendiente un post ampliando la información sobre el coste de los funcionarios en España, (completando el que había puesto en su día). Pero hoy tenemos el coste clarito. Se ahorra un 5%, o lo que es lo mismo 1.400 millones anuales; ¿coste de los funcionarios total antes del ahorro?: ¡Fácil!: 28.000 millones.
O dicho de otra forma, si los funcionarios costasen los 100.000 millones que se dice en bastantes sitios, el ahorro de esto implicaría solo entre ellos los 15.000 millones para los tres años.
Por otro lado, que nos encontramos con un recrudecimiento salvaje de los formadores de opinión en los comentarios on line para acabar con la resistencia, en un nuevo ataque salvaje del fenómeno que llamé “la batalla de internet”. ¡acojonante!