Todo hemos visto cantidad de radares increíbles en sitios que permiten una fácil recaudación. Una limitación de velocidad que no viene a cuento en una autovía o en medio de una carretera en un tramo sin especiales características es fácil que tenga a su lado un coche camuflado, un trípode o un coche escondido de la Guardia Civil esperando “cazar”. Y la palabra “cazar” es la apropiada, porque desde luego, nadie niega que se trata de apostarse en sitios estratégicos para cobrarse una pieza.
Por supuesto, todo el mundo lo justificará como quiera, pero es raro encontrar un radar en un sitio en el que no se pueda ir por encima de los límites. En este sentido, cualquiera ha de reconocer que hay límites de velocidad que tienen sentido y límites que no lo tienen desde el punto de vista de la seguridad. Y lo curioso es que la presencia de un coche de la guardia civil, suele apoyar la tesis de que ¡en ese punto no tiene sentido ese límite particular!.
Sin embargo hay otros tramos de las carreteras, donde nos encontramos frecuentemente que las fotografías no las hacen los “hombres de verde”, sino que las hacen los periodistas que van a cubrir la noticia del accidente de turno. En esos sitios nunca encontraremos un radar, pero si miramos las fotografías o los videos de los accidentes, (o simplemente los vemos al pasar), comprobaremos que los mismos cazadores, que se tratan simplemente de aligerar nuestras carteras, se convierten misteriosamente en unas bellísimas personas que prestan un servicio impagable en las carreteras.
Jamás he oído una crítica del servicio que unos guardias civiles han prestado en un accidente. Es increíble, pero es una crítica que jamás he oído y extraña un poco el hecho de que sean exactamente las mismas personas que son calificadas de “cabrones para arriba”, cuando están en su papel de recaudadores públicos. Es así de sencillo.
La explicación es realmente sencilla y es extrapolable a la mayoría de los funcionarios públicos, aunque desde luego con aquellas personas que trabajan en situaciones límites es mucho más fácil ver el contraste; en definitiva, se trata de que entendamos que cuando los agentes están atendiendo un accidente o a los accidentados, estos agentes están siendo ellos mismos. Mientras que cuando están de caza, simplemente están dirigidos.
Lo mismo va para los médicos que cuando atienden en urgencias a cualquier persona, dándolo todo son ellos mismos, y cuando niegan cualquier tratamiento por razones de protocolos, presupuesto o lo que sea, no son más que un instrumento de alguien que les usa, y les machaca.
Recientemente he hablado con dos amigos que tengo en la Guardia Civil, un amigo de la infancia y un vecino mío, y lo que me han contado es completamente descorazonador. Por supuesto, no pretendo hacer general una anécdota, pero por supuesto, no se pueden obviar las opiniones sobre la situación dentro de las informaciones que conocemos.
Con el primero hablé de la situación tras la bajada de sueldos y la “huelga de bolis caídos que está en todos los periódicos”. La situación que me pintó este amigo es la de un colectivo tocado y hundido. Existen muchos agentes que están pasando por problemas graves, porque las bajadas de sueldos han sido muy importantes y no se han limitado sólo a la conocida por todos, (el ajuste de Mayo), que ha sido especialmente importante en el cuerpo de la guardía civil donde específicamente ha sido mayor que para el resto de los funcionarios. Por otra parte también ha habido bajadas en otros conceptos, como las horas de nocturnidad. El resultado es que existen casos de agentes que tienen problemas para atender los compromisos, sobre todo teniendo en cuenta que no es que partiesen de una situación previa de unos sueldos acordes a la realidad.
Ya sé que este amigo no estudió y que las plusvalías que genera un agente no existen, (a menos que recauden), pero la realidad es que desarrollan un trabajo impagable, en unas condiciones duras y sin derechos. Y lo triste es que el impagable se ha convertido en impagado.
Por cierto, que este amigo, negó la existencia de una huelga de bolis caídos. Pero si me dijo que existía cierta relajación en atención a cierto queme. Me contó que ese día paró a un hombre de 35 años, que llevaba el coche que no había pasado la ITV. El hombre le lloró, y le dijo que estaba en paro, que tenía una niña, este vio que llevaba la silla y simplemente le dejó seguir. Lo que me dijo es que no había huelgas, lo que había es una combinación de miserias en la gente que paraban y cabreo con el gobierno, que simplemente hacia que estos casos se reprodujesen exponencialmente, al igual que cierta relajación a la hora de ir hacia el puesto de la trampa, que ponían los coches radar más visibles… En resumen, ¡que están muy jodidos!, ¡que ven a la gente muy jodida! ¡Y que simplemente tratan de joder lo menos posible!.
El otro ya me comentó la noticia que ha aparecido acerca de las presiones a los agentes que menos multas pongan. El caso es que resulta que nos encontramos con un sistema que va a medir la productividad de los agentes, mediante un sistema de puntos que va a servir para retirar ciertos complementos. Curiosamente lo que se trata de instaurar en este esquema es un sistema muy similar al tan criticado de los bonus, pero en negativo y en el campo de la seguridad vial.
La diferencia entre los bonus, que tanto se han criticado y estos, es que los financieros percibieron ingentes cantidades de dinero, a cambio de dejar arruinadas a miles de personas, mientras que los guardias civiles, cobrarán lo mismo que ahora, si contribuyen a arruinar a los ciudadanos. Es así de sencillo.
Este guardia civil, me lo dijo muy claramente: “nos tienen pillados por los huevos porque como nuestro salario base es una bazofia y nos pueden quitar los complementos si no multamos; nos podemos poner dignos, pero cuando veamos que palmamos 300 euros, ya me dirás que podemos hacer”.
Lo paradójico de esta situación es que los agentes de la guardia civil tienen dos caras, la de los excelentes profesionales y personas, atendiendo accidentes, y la de amargados cabrones, recaudadores de algo parecido a impuestos. Pues los primeros son un valor inestimable, que desde el gobierno, mediante un sistema de malus, (que es en síntesis lo mismo que un bonus negativo), están intentando destruir, mientras por otra parte se critican los bonus en todos lados y se les pone en primera línea dentro de los culpables de esta crisis.
Alguien preguntará ¿Qué ocurre si los conductores no cometen sanciones?. La realidad es que en la noticia de cotizalia he visto un comentario muy interesante que comparaba a los agentes de tráfico con los encargados de realizar análisis clínicos. Si todo el mundo está sano, ¿Es culpa de los médicos no detectar enfermedades?. Desde luego este detalle es importante, pero olvida una pequeña diferencia de enfoque; mientras que para nosotros, un guardia civil es una persona que dirige el tráfico y atiende en carretera, para la D.G.T. es un mero recaudador. Esta pequeña diferencia, nos lleva a que para nosotros lo mejor es que vigilen y ¡no recauden!, mientras que para la D.G.T. lo importante es que recauden. ¡y que vigilen y atiendan accidentados se la trae al pairo!.
Lo triste es que entenderé a los agentes que no tendrán otra posibilidad que salir de caza, y por supuesto rezaré, porque estoy seguro que siempre podrán imponer sanciones, (de hecho en los últimos años, a pesar del espectacular incremento del cumplimiento de las normas de tráfico, la recaudación sube exponencialmente); lamentablemente estoy tan seguro de que los agentes de tráfico van a conseguir cumplir cualquier objetivo que les pongan, como de que si los médicos cobran más, (o dejan de cobrar menos), por no atender enfermos, van a lograr encontrar excusas para no atenderlos. Lo mismo que si los ejecutivos de una compañía de seguros, cobran en función por los beneficios, encontrarán la excusa para no pagar las prestaciones, (sea un seguro de hogar, un seguro médico o lo que sea).
Y lo malo es que estas dos personas, se tendrán que pelear todos los días por cubrir los gastos de su hogar, con otros como ellos, como yo y como el lector. ¡y a diferencia de los que cobran suculentos bonus, ni tendrán reconocimiento en ningún lado, ni tendrán la vida solucionada!.
La única duda que me queda, es que si resulta que ahora están convirtiendo a los agentes de tráfico en recaudadores, y dado que están atando a los inspectores de hacienda; ¿Veremos a los inspectores de hacienda atendiendo a los accidentados?.
Por cierto, mi reconocimiento a esta gente que se juega la vida por cuatro duros, aún a pesar de que he tenido la suerte de sólo conocer su lado “cabrón”. (Recordar el post que puse cuando me cazó un Radar que iba en un Mercedes C-220). Su trabajo es impagable, está impagado y ahora resulta que el gobierno les dice: “Dios te lo pague que yo no tengo suelto”.
En todo caso, esperando que con un poco de suerte, no necesite nunca a estos agentes, les doy las gracias, y que en el fondo comprenderé que me cacen.