La noticia en España ha sido estos días la remodelación del gobierno; y más concretamente el abandono de las reminiscencias que en los discursos quedaban dentro del PSOE. Una de estas medidas es la desaparición del ministerio de vivienda, creado en 2004 para luchar contra una burbuja inmobiliaria, que ya era un problema evidente cuando Cascos tuvo que negarla con aquella frase lapidaria: “Los pisos suben porque los españoles pueden pagarlos”.
Pues resulta que ni la mejoría era real, los españoles no los podían pagar y los pisos subían por cierta burbuja que en teoría iba a solucionar una tal Trujillo y luego una tal Corredor. ¿Qué se consiguió con el ministerio de vivienda?. Pues el trabajo de Corredor ha sido salir a decir cada mes que “es buen momento para comprar vivienda”, (Ya es uno de los titulares elegidos en la declaración de intenciones de este blog).
El resultado va a ser que sin solucionar el problema que Cascos negaba, nos encontramos con que no siendo cierta hasta ahora la recomendación de Corredor, nos vamos a tener que dar con un canto en los dientes si conseguimos lograr un minipiso de 30 metros cuadrados, como proponía la Trujillo. Quizás si no estuviese todo el mundo interesado en montar burbujas, el ministerio hubiese sido para algo, pero la realidad es que ya sólo quedaba recomendar a todos los que no tuviesen acceso a la vivienda, que debajo de los puentes no se está tan mal, para a continuación imponer una tasa por dormir al raso, para cubrir las maltrechas finanzas públicas.
Por otra parte, nos encontramos con la eliminación del ministerio de Igualdad, y con el la famosa paridad que nos decía que el gobierno tenía que tener los mismos miembros que miembras. En todo caso, ahora resulta que hay más miembros que miembras, lo cual puede parecer a simple vista un caso de discriminación machista, (hasta no hace mucho perseguible), pero si lo pensamos bien, a lo mejor dice bastante a favor de la inteligencia de las féminas. Todo depende de si la menor cantidad de mujeres responde a que no hay demasiadas interesadas en formar parte de un gobierno cuyo objetivo parece ser la inmolación, (propia y de los ciudadanos); o bien si ha resultado de una selección. Pero en definitiva el resultado no depende del sexo de los integrantes, sino de la inteligencia, (usada por cierto al servicio y no para engañar a los ciudadanos).
En el gobierno, sigue lo mejor de la casa y simplemente pasan a segundo plano las encargadas de los discursitos. Y por supuesto hay incorporaciones y ascensos, con un claro objetivo reconocido por el presidente de “fortalecer el discurso político”. Lo que no se contempla ni como opción es que tengamos la grandísima suerte de que cambie otra cosa que no sea el discurso político, lo cual a nivel particular me genera dos grandes problemas. Por un lado, las cosas no se solucionan intentando convencernos de que el sol gira en torno a la tierra; y por otra parte fortalecer el discurso completamente irreal, me va a ocasionar unos cuantos cabreos. Mención aparte el caso de la Pajín, que simplemente me saca de quicio, (sin tener una razón objetiva; ¡simplemente es química!), pero que es un problema exclusivamente mío, (aunque el hecho de que no tenga claro que utilidad nos ha dado a la sociedad ya no es tan exclusivo).
En conclusión, lo que se ha tratado es de poner a unos cuantos que nos “expliquen mejor” lo que ocurre y porque está ocurriendo; lo que nos va a poner por los nervios, porque resulta que en lugar de esforzarse en cambiar la situación, nos van a exagerar el cuento.
Y este es el cambio de gobierno. Claro que el problema no es sólo el gobierno, sino que “paridas” tenemos todos los días y en todos los ámbitos. He escogido la palabra “parida”, para hacer el juego de palabras obvio, para ilustrar lo que son ocurrencias inútiles y absurdas, lanzadas y presumidas a los cuatro vientos.
¿Qué nos encontramos por España?. Pues nos encontramos con unos debates de los presupuestos públicos, acordados a golpe de oferta; de tal forma que se negocian los presupuestos pactando precios en virtud de una cesión de competencias en una especie de mercado persa en el que todo se compra y todo se vende. Desde luego no es algo nuevo, ya que lo de la geometría variable, no era más que ir comprando pequeños acuerdos por aquí, y pequeños acuerdos por allá; y ahora lo que se ha hecho es pagar un poco más, en la idea de obtener un acuerdo más amplio.
En este sentido el debate de los presupuestos públicos es lo de siempre, ¡varios monólogos en los cuales cada cual suelta la parida que estima oportuna!. Conste que la mejor de ellas son las propuestas que hace CIU, innovadoras donde las haya. ¡Fiscalidad más amable para las empresas!, ¡Infraestructuras, sobre todo en Cataluña!. Recuperar aquella norma que permitía que las empresas usasen el desempleo de los trabajadores que contrataban para pagar las cotizaciones, Y una nueva que es subvencionar la contratación de indefinidos con 5.000 euros por contrato indefinido.
Durán y Lleida nos habla entonces de unas cuentas que mezclando churras con merinas y ahorros con pagos y en diversos tiempos ¡parece que ganamos!. El esquema es que se gastarán 5.000 por 150.000 contratos y luego por otros 150.000 contratos, lo cual según el dirigente de CiU son 750 millones de euros. Lo que no nos cuenta es que 5.000 por 300.000 suponen unos pagos de 1.500 millones de euros; por supuesto, parece un poco raro que eche las cuentas con el coste del primer paquete.
Por el lado de los ingresos, resulta que nos cuenta que teniendo en cuenta el sueldo de un mileurista, el estado recaudaría a través de la seguridad social 924 millones de euros. No nos dice en cuanto tiempo, no ha sido muy explicito con la nómina y desde luego no sabemos si se refiere a la primera fase de su plan o a la segunda, pero se correspondería aproximadamente con el 35% del sueldo de 18.000 euros anuales de 150.000 trabajadores.
Dice que el estado recaudaría 514 millones en concepto de I.R.P.F e IVA; sin que diga de donde sale ni que presupuestos supone para los cálculos. Y nos dice que además el estado ahorraría 1.430 millones en prestaciones de desempleo, (que nadie pregunte de donde sale el cálculo que correspondería a 9.500 euros por cada uno de los desempleados, ni como asegura que sólo se contratarán a los perceptores de desempleo).
En total tenemos una idea que genera un beneficio directo e inmediato para las cuentas públicas, según unas cuentas que olvidan una larga serie de costes. Por ejemplo, mezcla ingresos de la seguridad social con ingresos del estado, computa los ingresos de IVA que se supone vienen derivados del consumo de los sueldos, pero no quita los ingresos de IVA que se supone vienen derivados de las prestaciones de desempleo. No tiene en cuenta que sin un adecuado futuro, gran parte de las cotizaciones de la seguridad social se van a destinar a pagar las prestaciones de desempleo cuando se acabé el plan, y por supuesto, no soluciona el grave problema de poder adquisitivo que tenemos en España que es lo que ha de mover la economía.
Queramos o no, se necesita que la sociedad tenga renta disponible para ser clientes, o lo que es lo mismo, la gente adquirirá productos con el sobrante de sus ingresos después de pagar aquello que necesita. Con sueldos mileuristas y una especulación desbocada y financiada sin límites por los distintos bancos centrales, simplemente no hay nada que hacer.
Esta es la diferencia entre el planteamiento que hace Duran i Lleida, (que por cierto es el mismo que se ha planteado en numerosas ocasiones sin éxito) y el que he hecho yo, al respecto de inyectar dinero en base a las subidas de sueldos.
Respecto a los números, lo que tenemos que tener claro es que, nos guste o no, queramos o no queramos, nos va a costar dinero. Vamos a tener que pagar todos para recuperar este sistema. Cualquiera que nos diga que cualquier medida no nos va a costar nada y va a solucionar los problemas, o bien miente o bien no tiene en cuenta los gastos. Es así de simple.
Y eso me lleva a lo de la fiscalidad amable, que con mucha originalidad nos cuela también Durán y Lleida, de forma que yo lo sustituiría por fiscalidad “equilibrada”, (lo que no es más que un eufemismo para decir que cada cual ha de pagar de acuerdo a sus posibilidades, como está en la constitución). En todo caso, lo de amabilizar la fiscalidad ya se ha probado y ¿adivinamos a donde nos ha traído?.
El caso es que la prensa, que convendría recordar tiene como función analizar, comprobar y luego informar, coge todos los datos y los escribe literalmente. Y el caso es que esta semana no se ha limitado a esto, sino que lo que ha hecho es repartir los premios de la Asociación de Periodistas de Información Económica, en la que se ha premiado a Emilio Botín, por facilitar el trabajo a la prensa y por su transparencia, en un ejercicio de ironía digno de todo elogio. El caso es que transparencia y sector financiero es un cocktail realmente extraño, y Banco Santander es quizás el ejemplo más exagerado.
Pero si creemos que la parida no podía ser superada, la realidad es que Botín en el discurso, agradece el premio, y afirma ““Creo que, con la información de calidad que elabora la prensa española, saldréis airosos de esta crisis” (dedicado a la prensa).
En el fondo la realidad es mucho más prosaica, la colaboración de la entidad y la banca, es en realidad que las entidades pagan unas tarifas por publicidad y a cambio la prensa coloca sin cuestionar ni una coma todo cuando comunicado de prensa envíen las entidades, (vendidos como noticias). Y desde luego los periódicos y los periodistas económicos saldrán de la crisis, cuando dejen de dedicarse a hacer publirreportajes y se pongan a ejercer la función de periodismo, o bien se dediquen al digno trabajo de publicista.
Está claro que la prensa tiene su función que es ejercer de periodistas, y no precisamente lo que están haciendo que es venderse (y bastante barato) para el proceso de formación de opinión.