La AEB, que no es más que una entidad que se encarga de defender los intereses de los bancos españoles, acaba el año, diagnosticando y recomendando. La diagnosis es que el ajuste en España viene derivado de la rigidez en el mercado laboral, que es lo que ha provocado el importante ajuste en el paro. Lo que no acaba de encajar es que si hay un colectivo que no ha cedido ni ha modificado en modo alguno su comportamiento, ni ha expresado el más mínimo esfuerzo por superar la situación y ajustarse a la nueva situación no han sido precisamente los empleados, sino que son los bancos los que no han cambiado absolutamente nada, y de hecho no deja de ser curioso, porque los bancos están en el centro de la diana en lo que se refiere a la gestación de esta crisis.
Por supuesto, recomienda seguir y profundizar en las reformas que se han venido haciendo, para de paso, llevar el nivel del estado de bienestar, a un nivel que considera sostenible. No puede Por supuesto, es de reconocer que a las entidades financieras les interese que se siga haciendo lo que se ha venido haciendo, ¿A quién le va a interesar?.
Por otra parte nos anticipa dos años de incertidumbres, siendo incluso más optimista que nuestro presidente que nos anticipa cinco años de penurias. Ninguno de los dos, ni de tantos y tantos expertos, nos dice en que se basa para defender que estas medidas van a suponer la recuperación.
Ni existe una mínima carga teórica para defender esto, ni existe un solo caso en la historia en la que una crisis de poder adquisitivo se haya solucionado empeorando este. Ni tan siquiera el sentido común nos muestra que sin que la banca, los gobiernos y los expertos, cambien todos estos dogmas que nos han traído a esta situación, es posible salir de esta crisis.
Respecto a nuestro presidente y sus declaraciones de lo de los cinco años de sufrimiento, es difícil entender que absolutamente nadie tenga tanta indignidad como para seguir en el cargo. Dado que no es posible que muchas de las personas que hoy lo están pasando mal puedan aguantar cinco años y dado que todas y cada una de las medidas que se le ocurren pasan por empeorar las condiciones de estas personas, es fácil entender que no es posible que su plan, (o lo que sea) tenga posibilidades de salir adelante.
Respecto a la propuesta de la asociación española de banca, supongo que puede ser mejorable, de tal forma que lo que habrá que proponer es que se elimine toda ayuda para estas entidades. Por supuesto, entendiendo ayuda como toda aquella ventaja financiera, legal, o económica que se les pueda conceder, de tal forma que los esfuerzos de todos los gobiernos se encaminen a la simetría en los mercados.
Y ya en el terreno de lo personal, tengo que reconocer que lo que me gustaría es que este señor, y todos los que opinan en este mundo tuviesen que responder de sus palabras, asumiendo las consecuencias en función de lo que proponen para los demás.
Es completamente indecente, e incluso pornográfico que estos señores nos hablen del estado del bienestar y recortes y más recortes, para conseguir negocios privados, desde una posición de ventajista teniendo la financiación pública y el BOE. Desde luego quizás las propuestas de aquellas personas que hoy tienen la capacidad para llevarlas a cabo, serían mejores, si estas personas no tuviesen una red de seguridad.
Mientras esto ocurría, un hombre se intentaba suicidar tirándose desde el parlamento rumano, porque se habían retirado las ayudas sociales que necesitaba para su hijo autista, (además de sufrir el resto de ajustes); mientras en olot un albañil que no lograba cobrar asesinó a un constructor y su hijo, y a dos empleados de una sucursal bancaria, que parece que no le quisieron pagar un cheque que los primeros habían emitido ya que no tenía fondos.
Son dos ejemplos de actos desesperados; actos que se van a ir multiplicando, y que de hecho seguro que se están produciendo en muchos hogares, aunque quizás no salgan en ningún medio de comunicación. Puede que surjan de un desequilibrio de la persona, puede que sean todo un conjunto de factores, pero lo que está claro es que cuanto más se empuje a la gente a estos temas, estos casos se van a multiplicar.
¿Creemos en serio que los millones de personas que están sin trabajo o que lo van a perder en alguna de estas decisiones pueden aguantar años?. Pues por lo menos alguien puede explicar cómo. ¿Qué a algunos no les importa?. Pues deberíamos recordar que es imposible que la sociedad avance sin que avancen sus integrantes.
Una pena que se haya olvidado que los estados no son otra cosa que la estructura que la sociedad crea para mejorar. Pero por lo menos en navidad, y aunque solo sean por los slogan que escuchamos, deberíamos acordarnos de las personas que están sufriendo las decisiones de los que todos los días van sobrados. Y pedir ¡el día sin caraduras!