Pero, ¿Afecta el día de la semana al comportamiento bursátil? Una buena pregunta para la que, gracias a la fabulosa capacidad de las hojas de cálculo, podremos obtener respuesta en poco tiempo.
El mercado americano es bastante más maduro que el español, y tiene una historia más larga y accesible. Por eso, comenzaremos nuestra “búsqueda de la verdad” sondeando el comportamiento del Dow Jones. El primer inconveniente con el que topamos es que la bolsa americana, antes de 1952, abría también los sábados. Por ese motivo, para no distorsionar la distribución semanal de comportamiento del mercado, omitiremos los años anteriores en la realización de nuestros cálculos.
En el siguiente gráfico se muestra el comportamiento del Dow Jones, en función del día de la semana, entre mayo de 1952 y marzo de 2008. A lo largo de esos 56 años, el comportamiento medio diario de las cotizaciones es el siguiente:
El gráfico no requiere muchos comentarios. La probabilidad de que baje en lunes es notablemente mayor al resto de la semana. El mejor día, a la vista de estos datos, es el miércoles.
Pero, ¿Se cumple una relación parecida en otros mercados?
Vamos a verlo a continuación en nuestro Ibex 35 y para un plazo de 18 años.
El lunes sigue siendo un día malo, pero el resto de los días de la semana cambian un poco respecto al comportamiento medio del Dow Jones.
Veremos lo que pasa con el Nikkei
El lunes en Japón es pésimo, pero el perfil del resto de la semana no coincide con ninguno de los gráficos anteriores.
Como las diferencias son notables entre unos mercados y otros, vamos a ver si, en un mismo mercado, la relación se mantiene constante en el tiempo o varía con el paso de los años. Para eso, repetiremos los cálculos para el Dow Jones, pero dividiendo la serie en dos partes. Primero veremos su comportamiento entre 1952 y 1980 y luego entre 1981 y 2008.
Para el primer periodo, los resultados son estos:
Aquí, el comportamiento del lunes es el peor de todos los observados: una variación media diaria del -0,149%.A ver que ocurre en el periodo siguiente.
Pero, sorprendentemente, en los últimos 28 años, el lunes ya no es un día malo, sino que pasa a ser bastante parecido al martes y miércoles.
Antes de marearnos con tantos gráficos, plantearé las conclusiones de este estudio.
Primera.- El lunes tiende, históricamente, a ser el día en que las bolsas tienen un peor comportamiento.
Segunda.- El resto de los días de la semana no siguen una pauta regular, dependiendo del mercado y del periodo, pueden tener mayor o menor tendencia a bajar o a subir.
Tercera.- La separación del Dow en dos periodos diferentes muestra algo que he visto repetido en muchos estudios sobre el comportamiento del mercado: las pautas que han sido repetitivas en un periodo, no suelen serlo en el siguiente. Es decir, la historia, al menos en el mercado, no se repite demasiado. Si miramos el comportamiento entre 1952 y 1980, las diferencias entre los días de la semana eran apreciables, mientras que, en la época más reciente, lunes, martes y miércoles tienen un comportamiento medio casi idéntico, igual que jueves y viernes entre sí. Es una relación que he comprobado en otros cálculos de este tipo: los mercados, cada año que pasa, son más perfectos en su funcionamiento a corto plazo. Es como si los operadores más avispados se dieran cuenta de que un comportamiento de mercado se repite y, en su intento de sacar partido de él, no tardasen en modificarlo, haciendo el corto plazo cada vez más impredecible y casi perfectamente aleatorio.
En un mercado “ingenuo”, tiene mucho sentido que el lunes sea el día más bajista. La bolsa se ve afectada de forma más brusca por las noticias malas que por las buenas. Una noticia catastrófica provoca caídas bruscas en las cotizaciones, mientras que una noticia magnífica tiende a provocar subidas algo más lentas. El lunes juega en desventaja, porque refleja las posibles malas noticias de tres días, por eso parece lógico que, a largo plazo, sea el día más bajista. Eso, sin olvidar de que el estado de ánimo de los integrantes del mercado también es peor los lunes.
Pero el mercado americano es cualquier cosa menos ingenuo. Los sistemas automáticos de trading, el uso de ordenadores para operar automáticamente en décimas de segundo, todo tipo de cálculos y estudios estadísticos, se usan en los mercados americanos desde antes de que aquí supiésemos lo que eran. En otros estudios que espero publicar se verá como se repite este resultado. Cuanto más retrocedemos en el tiempo, mayores relaciones estadísticas encontramos en las cotizaciones, y cuanto más nos acercamos al momento presente, más difícil resulta encontrar pautas repetitivas.