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El futuro del déficit público

Algunos medios de comunicación han hecho eco esta semana de que el déficit presupuestario español alcanzaba el 6,79% del PIB en los 11 primeros meses del año.
He estado mirando los datos proporcionados por el Ministerio de Economía, para tener una idea clara sobre la naturaleza de ese déficit, y que posibilidades hay de mantenerlo controlado sin que la economía se resienta.
Para poder comparar el año 2009 con los anteriores de forma homogénea, he calculado unas previsiones aproximadas para el mes de diciembre, cuyos datos no se publicarán hasta dentro de unas semanas.
En el siguiente gráfico se ve la evolución de los ingresos y pagos de la Administración Central, y el déficit de cada año, desde 2003:

Mientras en 2007 la Administración Central ingresó casi 160.000 millones, en 2009 apenas llegará a los 105.000, es decir, los ingresos han caído un 35%. Por su parte, los pagos, que en 2007 ascendieron a casi 140.000 millones, este año se dispararán hasta los 180.000, es decir un 28,5% más que hace dos años.
Entre 2003 y 2007 se acumuló un superávit de caja de 34.000 millones. Entre 2008 y 2009 se acumula un déficit de casi 95.000 millones, es decir, en dos años malos (y eso que el 2008 apenas fue el comienzo) se ha gastado casi el triple de lo que ahorramos en cinco años de boom económico. Viendo estos datos, lo más probable es que tengamos que cargar durante mucho tiempo con el exceso de deuda que se emita para financiar este déficit.
Vamos a desglosar ingresos y pagos, para ver que componentes de cada uno de los grupos están provocando este déficit.

En éste gráfico vemos el porcentaje de ingreso que supone cada tipo de impuesto para las arcas públicas (con datos de 2009).

Y en el siguiente se ve la recaudación por tipo de impuesto (estas cifras incluyen la parte estatal y la autonómica de cada impuesto).

Podemos apreciar como, desde 2007:
Los ingresos por IRPF han caído un 12%.
Los ingresos por IVA han caído un 38%.
Los ingresos por el Impuesto de Sociedades han caído casi un 53%.

¿Y cómo están los pagos?

Vemos lo siguiente:

- Tres de las partidas (sueldos y prestaciones sociales, inversión real y compras de bienes y servicios) siguen en la misma línea de siempre. Entre las 3 suponen el 23% de los pagos de la Administración Central. En conjunto, han crecido en los últimos años a una tasa media del 6,5% anual. Salvo reformas importantes en al Administración Pública (cosa poco probable de momento) estas partidas seguirán igual en los próximos años.
- Los intereses de la deuda bajaron entre 2003 y 2007. De momento han subido poco, ya que, aunque se está emitiendo nueva deuda, los tipos de interés ahora están en mínimos históricos.
- La partida de gastos que más está aumentando, la verdaderamente responsable del aumento en los pagos, es la de transferencias corrientes. Estas transferencias se dividen en varios tipos, que se han comportado de forma bastante heterogénea. Las transferencias a las comunidades autónomas y a las corporaciones locales (debido a los servicios que ofrecen estos organismos), apenas han variado desde el año pasado. Y las transferencias para el mantenimiento de la UE sólo han subido en unos 1.400 millones de euros en el último año.
Pero hay una partida que se ha disparado: las transferencias al Servicio Público de Empleo Estatal, que han aumentado en unos 17.000 millones. Así que, ya tenemos al principal responsable por el lado del gasto, que no es otro que el aumento del paro.
- Las transferencias de capital, aunque pesan bastante menos en el total, también han aumentado notablemente en el último año. La partida responsable de este aumento son las aportaciones al Fondo Estatal de Inversión Local (parece que aquí se notan los efectos del famoso Plan E).


Conclusiones:

Sobre los ingresos:

En el último año y medio la recaudación pública se ha desplomado. Los impuestos que más se han visto afectados han sido IVA y Sociedades. El IRPF, la principal fuente de ingresos, ha caído, aunque en menor porcentaje que los otros.
La recaudación por el resto de impuestos (alcohol, tabaco, hidrocarburos, seguros, tasas, etc.) apenas ha bajado, y la mayoría siguen subiendo al ritmo que lo venían haciendo, a pesar de la crisis.
En cuanto al futuro de los ingresos, el año que viene suben el tipo del IVA. Pero no hay que hacer muchas cuentas para comprobar que, si no aumenta el consumo, una subida de 3 puntos no logrará compensar las caídas que se han producido en estos dos años.
En el IRPF, la principal reforma que se hará es el aumento del tipo impositivo sobre el ahorro. ¿Compensará este aumento la bajada sufrida en la recaudación de este impuesto? Parece más que complicado. Con los tipos de interés bajos, los depósitos y la renta fija no producirán muchos rendimientos por los que tributar, y las perspectivas inciertas que planean sobre la renta variable no parecen indicar que los mercados vayan a obtener grandes revalorizaciones en los próximos ejercicios, así que el incremento de recaudación con esa subida será pequeño, al menos en lós próximos dos o tres años. Si se sigue reduciendo el empleo, las nuevas caídas en la recaudación serán mayores que el incremento producido por las subidas en el tipo del ahorro.
El impuesto de sociedades no parece que vaya a mejorar su recaudación. En una economía con sobrecapacidad, lo lógico es que los beneficios empresariales no suban demasiado en los próximos años. Es más probable que bajen, con lo que la recaudación también lo haría.

Sobre los gastos:

Los gastos no sólo no han disminuido sino que siguen aumentando a un ritmo cada vez mayor. De momento no hay anuncios de que se vayan a recortar prestaciones a los parados y, a medida que más gente vaya agotando sus prestaciones, el gobierno tendrá que elegir entre dejar a un sector de la población desprotegido o prolongar las ayudas a los desempleados que no tengan ingresos. El actual gobierno del PSOE parece que se inclinará por la segunda opción, así que no parece probable que los gastos públicos vayan a disminuir de momento.
En cuanto a los planes de estímulo, sólo van a poder mantenerse a costa de un déficit público desorbitado, lo que planteará un serio dilema a nuestros gobernantes.

El resto de los gastos no parecen que vayan a recortarse (que político se atrevería a despedir funcionarios o reducir las prestaciones sociales).

Así que, teniendo en cuenta que los presupuestos que se han aprobado para 2010 harán muy poco para corregir el desequilibrio en estas cuentas, parece que 2010 será un año de déficit excesivo y notable aumento de la deuda pública.



En definitiva...


El gasto público esá concebido a medida de los ingresos de 2007, añó en que la economía estaba seriamente recalentada. Aunque la crisis terminase pronto, es complicado que la economía vuelva a producir a los niveles de hace dos años, al menos mientras no aparezca un nuevo sector que compense la caída en la construcción y todos sus sectores auxiliares.

Si los ingresos han caído, los gastos han aumentado, y ninguna de las dos cosas va a corregirse de momento, parece que la única solución será seguir emitiendo deuda. Eso nos salva durante unos años, porque el nivel de endeudamiento público de España es bastante más bajo que el de otros países. Por ejemplo, según los datos del Banco de España, a finales de 2008, el porcentaje de deuda pública sobre el PIB español era del 40%, mientras que el de Francia era del 67%, el de Grecia del 99% y el de Italia del 106%. Si nos endeudásemos al 7% del PIB cada año, tendríamos 4 años para llegar al nivel actual de Francia, 8 años hasta llegar a Grecia y 9 para llegar al nivel de Italia. Eso suponiendo que ellos no se endeudasen más, pero lo están haciendo, así que, a pesar de que nuestra economía lo va a pasar peor que otras, el bajo endeudamiento público con el que partimos puede servirnos de colchón durante una buena temporada.

Sin embargo, las presiones de Europa para mantener controlado el déficit obligarán al gobierno a ir equilibrando esta situación. Es más que posible que veamos más subidas de impuestos (aunque imagino serán progresivas y no muy fuertes, para no ahogar demasiado a la economía), recortes en el gasto público (especialmente en partidas que no provoquen impopularidad al gobierno) y nuevas emisiones de deuda. Será el gobierno el que vaya jugando con estas tres variables para ir procurando equilibrar las cuentas sin desequilibrar más la economía. La evolución de los datos económicos, la presión de los diferentes lobbies y las presiones de la UE serán lo que irá determinado su postura.

Aunque no parece que las finanzas públicas vayan a hundirse en los próximos años, hay dos cuestiones que resultan de lo más inquietantes:

-¿Como se reducirá la deuda que se va a acumular en esta crisis? Salvo que venga una termporada de inflación alta, mirando los datos de los países más endeudados, vemos que casi ninguno ha sido capaz de reducir su deuda en los buenos años que pasaron, ¿cómo van a ser capaces de reducirla en los malos?

-¿Qué pasará si los tipos de interés suben? No parece probable a corto plazo, pero, tal y como está de endeudado el sector privado y con lo que se va a endeudar el sector público, nuestra economía es más vulnerable que nunca. Una subida de tipos (especialmente si suben los tipos reales) podría provocar una auténtica devastación económica, porque provocaría, de forma simultánea, que los estados más endeudados se vieran obligados a recortar gastos de cualqueir sitio y que el sector privado se viera envuelto en una nueva ola de impagos.

Da miedo que nuestros políticos estén haciendo malabares para lograr equilibrios imposibles. Tal vez pasemos a la historia como una generación estúpida que, a pesar de saber que su sistema era insostenible a largo plazo, en vez de corregir los puntos débiles, siguió tensando la cuerda hasta que consiguió romperla.

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  1. #3
    Anonimo
    31/01/10 03:01

    Hola, ¿puedo preguntarte donde has encontrado o cómo has calculado previsiones de ingresos para 2009?
    Las cifras oficiales no se publicarán hasta Julio en la web de la agencia tributaria. Por otro lado, según las cifras que tengo en mente parece que tomas ingresos liquidos, y no brutos. Considerando que lo que se financia es el deficit de caja, ¿no seria mas conscuente tomar los ingresos sin tener en cuenta las devoluciones? los numeros varian mucho segun se tomen o no
    Gracias por el estupendo analisis

  2. #2
    31/12/09 16:52

    Gracias por el comentario, Precisión.
    ¿Transmitirla a los que deciden? Lo veo bastante utópico y no se me ocurre de que forma. Yo pienso que, aunque los políticos que tenemos parecen bastante empanados, en general, tienen asesores de todo tipo que ya son conscientes de lo que otros podamos ver mirando los datos. Pero una cosa es tener una visión más o menos lúcida de la realidad y otra diferente es hacer algo para cambiarla. La opinión pública critica con dureza cualquier propuesta política original, así que un político no puede gobernar mejor de lo que la masa le permite. El político profesional (que pretenta vivir de ello sin quemar su imagen), en este momento, lo único que puede hacer es ir lidiando con la situación como pueda y ver que pasa. Cuando las cosas se pongan feas, entonces la masa comprenderá que el dinero público no es ilimitado, y aceptarán las medidas que haya que tomar. Tomarlas ahora sería muy sano para la economía, pero el español medio no creo que las entendiera, y me sorprendería que el gobierno las tomase.
    Respecto a las inversiones en renta fija, las cosas podrían tomar dos rumbos diferentes, y yo no tengo claro hacia donde tirarán. Los tipos de interés dependen de dos factores: el tipo oficial fijado por el BCE (que depende sobre todo de la inflación y también del crecimiento económico) y el que fijan la oferta y la demanda en el mercado de bonos. Si los estados emiten mucha deuda, eso debería tirar de los tipos de interés hacia arriba, pero, por otra parte, si la economía no se recupera o la inflación no sube, los tipos oficiales podrían permanecer bajos una temporada larga. Como la tasa de ahorro, en este momento, es elevada, tal vez haya suficiente dinero de ahorradores que compren toda la deuda emitida, sin presionar los tipos al alza.
    Pero, si no hay dienero en el mercado para comprar toda la deuda emitida, y el mercado presiona al alza, el BCE no podrá mantener los tipos bajos mucho tiempo (salvo que compre deuda en el mercado secundario, como ha hecho últimamente, pero eso no es sostenible durante demasiado tiempo).
    En resumen:
    -Si la inflación da muestras de comenzar a dispararse, será buena oportunidad de vender futuros del Euribor y de bonos (o los propios bonos, si se tienen en cartera).
    -Si la inflación se mantiene baja, la economía no mejora y la tasa de ahorro sigue alta, los tipos seguirán bajos un tiempo más (difícil de saber cuanto, en Japón llevan 20 años bajos y no tienen pinta de que vayan a subir). En ese caso, mejor no hacer nada o, si se tiene liquidez y paciencia, elegir algún futuro de bono a no muy largo plazo (BOBL iría bien) y aprovechar oscilaciones en el precio para ir vendiendo y recomparando una y otra vez, mientras las coas lo permitan. De los bonos a más largo plazo (BUND y BUXL, por ejemplo), mejor me olvidaría en ese escenario, porque podrían subir bastante y arruinar nuestr intento de vender volatidad.
    -Si los chinos, japoneses o árabes dejan de comprar deuda americana, los tipos subirán (primero en USA y más tarde en Europa), pero eso no es fácil de predecir, porque imagino que los EEUU estarán presionando fuerte para que esos países sigan comprando bonos del Tío Sam, y esas presiones diplomáticas no suelen aparecer en los periódicos, así que no nos enteraremos.
    -Si el dólar y/o el euro bajasen bastante, eso provocaría inflación, así que sería buena ocasión de ponerse cortos en bonos y en Euribor.

    La renta fija corporativa pienso que, aparte de por la evolución de los tipos de la deuda pública, se verá bastante afectada por la prima de riesgo, que subirá si la bolsa cae o aparecen malas noticias.

    En definitiva, explicar esto en detalle da casi para un libro. Si veo una oportunidad clara de tomar posiciones con poco riesgo, escribiré algún post sobre ello. De momento, apostar en uno u otro sentido puede hacernos dar algún patinazo. Hay mucha incertidumbre.

  3. #1
    Anonimo
    31/12/09 00:54

    Gracias Havel, por tu impresionante artículo, que hasta yo entiendo.

    Dos reflexiones, una filosófica, otra práctica:

    a) La propia lucidez con la que algunos veis la situación creo que os obliga a hacer algo para transmitirla hacia los que deciden, hacia los políticos.
    Decirnos como podemos ayudar. Quizás habría que montar una plataforma para exigir una "regeneración" económica de nuestros dirigentes, de nuestra clase política. Hoy por hoy, parece que siguen “en otra”. Que aterricen, de una vez, aunque pierdan las elecciones.

    b) Como piensas que va a afectar a las inversiones en renta fija soberana o corporativa? Alguna sugerencia?

    Salu2.

    PRECISION