Veo un artículo en Cinco Días, que comenta que los sindicatos temen un aluvión de ERE en los ayuntamientos españoles.
De momento sólo se han presentado 10, aunque la mitad no han salido adelante, porque no han sido aprovados por sus respectivas comunidades autónomas o porque los propios municipios han terminado desistiendo.
Todos los ERE se presentaron por causas económicas (dificultad para pagar nóminas y a proveedores).
La situación de buena parte de los ayuntamientos españoles es crítica. Una parte de su presupuesto depende de la asignación que reciben, que es proporcional a su número de habitantes. Además, recaudan varios impuestos. Uno de esos impuestos son las licencias de obra, que han estado proporcinando unos ingresos notablemente altos a la mayoría de los ayuntamientos durante los años pasados, debido a las muchas construcciones realizadas durante el boom inmobiliario. La mayoría de los alcaldes, viendo entrar semejante chorro de dinero en sus arcas municipales, no se han parado a pensar que esos ingresos eran coyunturales y, cuando el boom inmobiliario se detuviera, desaparecerían. Así que se han dedicado a hacer todo tipo de obras (algunas útiles y otras absurdas), y a incrementar las plantillas de los ayuntamientos, para ofrecer a los ciudadanos nuevos servicios (algunos útiles y otros absurdos, igual que las obras). Algunos alcaldes incluso han ido más allá y, no sólo no se han dado cuenta de que esos ingresos terminarían cualquier año, sino que han pensado que se incrementarían con el tiempo, y, por eso, no han dudado en endeudarse lo que ha hecho falta para hacer aún más obras e incrementar aún más las plantillas municipales.
Ahora, con buena parte de los ayuntamientos completamente endeudados, un gobierno central y unas comunidades autónomas que no pueden gastar dinero en ayudas (bastante tienen con lo suyo), ¿Qué será de nuestros ayuntamientos?
Yo creo que, como era previsible, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, vendrá el estallido de la burbuja municipal. Todo parece indicar que será este año, lo que no veo claro es si sacarán los escándalos antes o después de las elecciones de mayo. Imagino que será después, porque muchos alcaldes harán lo posible y lo imposible para mantener ocultas sus vergüenzas hasta que pasen los comicios. Si no salen reelegidos, le deján el marrón al nuevo, y eso que se evitan. Si ganan, otros cuatro años de vivir a costa del contribuyente y ya veremos lo que se inventan. Pero está claro que las cuentas no cuadran, así que muchos empleados de ayuntamientos se irán a la calle y muchas empresas que viven sobre todo de facturar a ayuntamientos tendrán que reducir plantilla o cerrar.
Según el artículo de Cinco Días, las plantillas de los ayuntamientos ascienden a 657.906 trabajadores.
Así que me atrevo a predecir lo que veremos en los ayuntamientos durante este año y el que viene:
1.- Reducciones de plantilla.
2.- Reducción de servicios a la población.
3.- Los ayuntamientos se inventarán nuevos impuestos locales.
4.- Venta de propiedades municipales.
5.- Salida a la luz de muchos escandalos relacionados con alcaldes y concejales, ya que, cuando no puedan esconderse más los agujeros de sus cuentas, se buscará a los responsables, y alguno que otro saldrá en los periódicos (sólo una parte, claro, pero los casos abundan).
Si los ayuntamientos españoles cotizasen en bolsa, sería un buen momento para ponerse corto sobre ellos (suponiendo que el desplome no se hubiese producido ya, porque esto se ve venir desde hace varios años) .