Continuando con el tema de China, que ya he tocado en varios post, voy a comentar algunos aspectos que no debemos perder de vista antes de invertir en China.
Los post anteriores eran estos:
En éste recuerdo los principales argumentos a favor del ascenso chino, y planteo dudas sobre ellos.
En éste cuento que el ascenso de China ha sido motivado por EEUU, y parece difícil que China pueda aspirar a desbancar a norteamérica como primera potencia mundial.
En éste muestro como el consumo eléctrico no coincide con el crecimiento económico, por lo que probablemente China esté creciendo más despacio de lo que publican las autoridades.
En general, nadie duda de su enorme crecimiento, ya es la segunda economía mundial y tiene mucho futuro. Sin embargo, me sorprende tanta unanimidad al respecto. Lo que se piensa ahora de China es similar a lo que se pensaba de Japón a finales de los 80, lo que se pensaba de Internet en el 2000, lo que se pensaba sobre las inversiones inmobiliarias en el 2006,... Cuando todos están tan convencidos de que el mundo camina en una dirección, tal vez sea hora de cuestionar seriamente si están en lo cierto o no.
Me han llamado la atención un par de artículos sobre las dificultades de invertir en China, publicados por Marc Garrigasit en su blog. Son muy recomendables:
Resumo los principales puntos:
- Según la mentalidad china, un ganador es el que mejora continuamente su parte del trato, por eso tienen una fuerte tendencia a incumplir documentos firmados, patentes, normas de seguridad o lo que haga falta para ganar más dinero. Si un occidental, tras negociar y firmar un contrato con una empresa china, se relaja y no revisa los pedidos, los precios y la calidad, irá viendo como su socio chino se le va tratando de engañar cada vez más, para aumentar todo lo que pueda su beneficio.
- El gobierno chino se inventa en cierta medida los datos de crecimiento e inflacción, ya que otras variables relacionadas (consumo eléctrico, precios de alimentos, etc.) muchas veces no concuerdan con los datos publicados.
- El crecimiento monetario chino está desbocado desde 2009.
- En China, el consumo privado sólo supone un 35% de su PNB (uno de los más bajos del mundo), mientras la inversión supone un 50% (una de las más altas del mundo). La mayoría de las grandes empresas cotizadas en bolsa deciden invertir masivamente porque el gobierno lo pide, y no siguen criterios económicos para hacerlo.
- Emilio Botín nunca ha invertido en China. ¿Cuál es el motivo? Su filosofía de inversión es no hacer nunca un negocio en el que puedan engañarle.
- Las irregularidades contables son muy frecuentes en las empresas chinas. Si compras acciones de una empresa china, es difícil saber que activos estás comprando realmente. La diferencia de idioma dificulta mucho el trabajo de los auditores norteamericanos, a la hora de revisar las cuentas de las empresas chinas.
- Es muy habitual que las empreas chinas que buscan inversores cometan todo tipo de fraudes y no sólo contables. Ante la visita de analistas o posibles inversores, es habitual que cambien rótulos, pinten máquinas viejas para aparentar que son nuevas, etc.
Últimamente, he leído otras cosas sobre China que me dan mucho que pensar.
Aunque esta noticia no es nueva, merece la pena comentar este ejemplo del "buen hacer" chino.
El edificio de las fotos (un bloque de 629 pisos de Shangai) se cayó cuando sólo faltaban los últimos retoques antes de que entraran a vivir los nuevos inquilinos. Las causas de la caída parece que fueron una cimentación poco adecuada a su situación (a sólo 30 metros de un caudaloso río), mala calidad de los materiales empleados y el movimiento de tierras que se estaba haciendo para construir un aparcamiento al lado del edificio.
Copio aquí algunos extractos de un interesante artículo de Cotizalia sobre la construcción de viviendas:
...Casi todos los exámenes técnicos los hace gente a sueldo, o bajo soborno, de los propios constructores. Resultado: cada cual edifica como quiere...
...la rentabilidad del sector está basada “en las relaciones y los sobornos”. El problema “es la depuración de responsabilidades”. Si se produce un accidente y ningún medio de comunicación hace público el escándalo, “la cosa tiende a resolverse por debajo de la mesa, con compensaciones o reparaciones. Eso si hay suerte”. Y aun cuando acaba en un periódico o web de influencia “sólo se castiga a trabajadores implicados en el proyecto, o a intermediarios. Es decir, los representantes del constructor van a la cárcel, pero nunca he oído que hayan encerrado a un constructor”...
...Hay demasiados casos de edificios mal construidos, muchos escándalos. A veces se descubren los fallos con antelación, fallos peligrosos, y nadie rectifica para no asumir las culpas. Saben que aunque se agriete el edificio, al final no pasará nada”. También dice que el fraude abarca todo el proceso, desde la planificación a los cimientos, pasando por los materiales. “Se puede sobornar a alguien para que apruebe un proyecto con una serie de materiales. Después, se cambian por otros mucho más baratos y no pasa nada. Al final, la casa se vende muy cara, pero en realidad está hecha con un presupuesto mínimo...
Otros escándalos rozan el surrealismo. En julio de 2009, después de una tormenta, un enorme edificio residencial edificado en Chengdu (Sichuan) empezó a temblar y fue inclinándose a la derecha hasta acabar apoyado en la torre vecina. Aunque la investigación oficial lo achacó a unas obras que se estaban produciendo al lado, los vecinos comisionaron un estudio independiente y llegaron a la conclusión de que, en realidad, el constructor había ahorrado costes no instalando el sistema de drenaje diseñado por los arquitectos.
Aun con todo, las autoridades locales “certificaron” que la torre es segura, ya que se encuentra “establemente apoyada en el edificio de al lado”. Tampoco hubo indemnizaciones, ni se depuraron responsabilidades. Y aquellos vecinos que no pueden permitirse otra cosa, siguen viviendo ahí dentro. Pero es en el último episodio de esta historia donde se encuentra el destello más descarado y macabro de la corrupción china: dos meses después del susto, el complejo residencial donde se encuentra la “torre inclinada” recibió un premio público. “A su excelencia residencial”, según el fallo del jurado.
En resumen, China parece un destino "muy complicado" para invertir nuestro dinero.