Hace un par de meses, uno de esos viernes en los que la vicepresidenta del gobierno parece que nos va a meter el miedo en el cuerpo, resulta que tuvimos la grata sorpresa de que:
1- El beneficio por la venta de las viviendas que se hubieran comprado desde aquella fecha hasta finales de año tributaría solo por la mitad en el impuesto que le tocara, Sociedades o IRPF.
2- También se anunciaron cambios legislativos en el sentido de que en los casos de venta de una vivienda con contrato de arrendamiento dicho arrendamiento solo sería respetado si había sido inscrito en el Registro de la Propiedad. En caso contrario, el inquilino perdería sus derechos y tendría que irse.
¿En qué quedaron las promesas de aquél consejo de ministros en que nos prometieron el oro y el moro? ¿Alguien lo sabe?