Dentro de poco se van a cumplir cinco años desde que comencé a publicar el blog en enero de 2009. Desde entonces he recibido en mi correo consultas de más de tres mil personas que necesitaban consejo profesional porque tenían dudas y/o problemas. Unas veces eran potenciales postores y en otras ocasiones la consulta procedía desde el otro lado de la trinchera, desde el de los inminentes subastados. He procurado atender a todos lo mejor posible, lamentando no disponer de más tiempo que unos pocos minutillos para cada uno. Aunque, eso si, con alguno he cruzado más de veinte o treinta emails, o sea, que la suma de muchos minutillos ha sido considerable.
Es muy posible que si habéis contactado conmigo a través del mail estos días os haya llegado uno mío con el siguiente texto:
CORREO DE TRISTÁN EL SUBASTERO
Este es un correo que estoy enviando a todos los que alguna vez habéis contactado conmigo. Lo cierto es que no he discriminado entre las direcciones, de manera que lo estoy enviando a todos mis contactos. Así que es bastante probable que lo consideres una intromisión inadmisible en tu intimidad.
Si es así no sigas leyendo. Simplemente bórralo.
Pero si sigues leyendo, lo que te quiero decir es que estoy desarrollando una web y que en ella va a haber un apartado donde van a ir pasando algunos comentarios de las personas a las que he ayudado con mis consejos en estos últimos cinco años a través de mail o en sus compras en subasta.
Si eres una de esas personas a las que he ayudado y ahora quieres ayudarme tú, te lo agradeceré un montón.
Responde en este mismo correo escribiendo tu nombre con al menos un apellido y un comentario de unas pocas frases que no sobrepase un párrafo acerca de si te resulté de ayuda y de si estás o no satisfecho con mi actuación contigo.
Ah y muchísimas gracias, Tristán
Desde aquí quiero agradecer a todos los que me habéis respondido. Alguno incluso sin que yo haya hecho realmente nada digno de valor por ellos, sino solo porque son lectores del blog y sienten cierta simpatía. Y también quiero pedir disculpas por la imperdonable metedura de pata de la primera remesa de quinientos emails, cuando junté todas las direcciones en el "destinatario" en lugar de incluirlas en la "copia oculta". Lo cierto es que lo tuve en la mente hasta un minuto antes de llevarlo a cabo, en que se me olvidó y la cagué.
Os extrañará que me haya atrevido a semejante osadía como es irrumpir en la intimidad de tanta gente con el email marketing, pero resulta que quien me está asesorando con lo de mi nueva web me ha dicho que si quiero hacerlo bien y vender mucho tengo que echarle cara.
Y en esas estamos.