Está cantado y es inexorable que la subasta de mañana de un local de 42 m2 en La latina la van a suspender por incompetencia manifiesta del letrado de la parte actora, que todavía no se ha enterado de que si el embargo está caducado es imposible celebrar la subasta.
Se trata de una ejecución de títulos judiciales por unas deudas de comunidad que empezaron siendo chiquitas y que no se muy bien cómo han acabado rondando los 95.000 euros (más costas) por la acumulación de los sucesivos embargos que dicha comunidad de propietarios fue instando en distintos juzgados.
El embargo A, que es el de la subasta de mañana tenía fecha de mayo del 2009 y tras ese embargo venían el B de marzo de 2010, el C de abril de 2010, el D de julio de 2010 y el E de marzo de 2011. Todos de la comunidad de propietarios y cada uno en un juzgado diferente.
Además de esto, la subasta presentaba alguna otra pequeña complicación con un arrendamiento, supongo que fraudulento, firmado en julio de 2013, imagino que con la intención de ejercer el retracto y así recuperar el patrimonio sin el incordio de los más de cien kilos de deudas de comunidad.
Pero no es de ese arrendamiento de lo que quiero hablar.
El verdadero problema de esta subasta es que el embargo A no ha sido prorrogado y, por lo tanto, a estas alturas ya no existe pues caducó hace más de un año.
Pues bien, ayer le llamé al letrado y tuve con él una conversación surrealista, en la que el tipo trataba de hacerme creer que era imposible que la subasta la suspendieran por esa tontería, argumentando en su delirio que no importaba que el embargo original del procedimiento hubiera caducado porque había habido una acumulación de procedimientos y los dos últimos embargos no estaban caducados.
Yo, por mi parte, he comunicado los hechos al funcionario que tramita el expediente con el ruego de que se lo comunicara a la secretaria del juzgado.
Se admiten apuestas, ¿suspenderán o celebraran la subasta?