Breve interrupción veraniega para comentaros que si la semana pasada me llevé un disgusto muy gordo con la salida de pata de banco del secretario de cierto juzgado de Torrejón de Ardoz, hoy he recibido una llamada que me ha alegrado el día y posiblemente la semana entera.
¿Recordáis mi metedura de pata con aquella casa en la que me tomé la posesión por mi mano y el lío en el que me metí porque el expropietario no quería negociar a pesar de que no habitaba en la casa desde hacía años y que prefirió denunciarme para hacer el mayor daño posible?
Pues esta mañana me ha llamado.
Resulta que en julio me dieron el Decreto de Adjudicación (ya debe estar inscrito o casi) y pedí la Posesión. Y resulta que la tramitadora del expediente no coge vacaciones hasta finales de agosto, de manera que cuando vuelva a Madrid seguramente me encuentre con que ya habrá fecha para dicha actuación judicial.
O quizás ya la haya hoy mismo. La fecha, digo.
Porque resulta que el tipo aquél que en su día no quiso saber nada de mí y que en la última conversación telefónica me despidió diciendo que a partir de entonces no quería volver a hablar conmigo y que todo lo que tuviera que decirle lo hiciera a través de sus abogados; ese mismo tipo me ha llamado más suave que un guante y me ha ofrecido generosamente comprarme la casa...
... por el mismo precio que yo pagué por ella.
Así, sin ningún rubor me lo ha soltado, que no piensa ofrecerme más dinero para que yo me enriquezca con su desgracia.
O sea, que de golpe se ha olvidado de que poco menos que me envió a freír espárragos y que presentó una denuncia contra mí, de la que supongo que en algún momento tendré noticias. Tampoco ha mencionado que cuando mi título esté inscrito se habrán borrado registralmente las cargas posteriores que pesaban sobre la propiedad por lo que si yo se la vendiera él se beneficiaría de esa circunstancia y sus acreedores se quedarían con un palmo de narices.
Todo eso se le ha olvidado. Por lo visto él sí puede aprovecharse de la situación pero yo debo renunciar a sacar beneficio de ella.
Ahh y lo mejor de todo, que si no se la vendo la destrozará.