Una de los mayores beneficios de publicar este blog, aparte de los clientes que me ha aportado y de la cercanía con los lectores, ha sido que algunos de ellos, y casi desde el principio, han tenido la iniciativa de hacerme llegar info de subastas que se iban a celebrar en sus respectivas localidades y para las que ellos no tenían liquidez suficiente o la experiencia necesaria.
No siempre ha sido posible participar en dichas subastas, a veces porque eran bodrios infumables, otras veces porque la deuda reclamada superaba la cifra máxima que se podría invertir según el valor de la propiedad o, finalmente, en otras ocasiones, simplemente porque la subasta era un marrón.
Pero quiero que todos los que habéis sido tan amables de pensar en mi cuando os habéis encontrado con una buena oportunidad sepáis que siempre, pero siempre siempre, le he dedicado la máxima atención y que si al final (o al principio) he tomado la decisión de no acudir a la subasta siempre ha sido una decisión bien informada.
Aunque sí, también es cierto que algunos se han apresurado a enviarme datos de subastas que ni siquiera habían estudiado mínimamente y que solo eran interesantes por la dirección de la finca subastada, sin tener en cuenta que salían a precios estratosféricos o que la deuda reclamada era de dimensión griega.
No obstante lo que cuenta es la intención y esos contactos también los agradezco un montón.
El caso es que en los seis años que lleva este blog en la nube ya casi no se pueden contar con los dedos de la mano las subastas que me he adjudicado (para mi o para algún cliente) por este medio. La última, recién llegado de mis vacaciones de invierno, hace bien poquito, un caserón de más de doscientos años sito en un bonito pueblo castellano. Gracias Fer.
Y precisamente ahora hablo de ello porque quiero que esta tendencia continúe y que incluso aumente.
Y otra cosa, siempre he ofrecido gratificaciones por compartir conmigo esta información, pero éstas cada vez han sido distintas. Unas veces he pagado mil euros, otras veces un porcentaje sobre el precio de adjudicación y en alguna ocasión no he pagado nada pero le he permitido al informante que comercializara él mismo el piso en competencia con la agencia inmobiliaria. Lástima que en estas ocasiones la agencia siempre se haya llevado el gato al agua.
Por eso ahora me he estado devanando los sesos en busca de la gratificación perfecta, aquella que por un lado os anime a colaborar conmigo pero sin llegar a comprometer el éxito de la inversión.
Menciono esto último porque en alguna ocasión me he pasado en el porcentaje que he ofrecido y resulta que ese ha sido precisamente el fracaso en la subasta pues el resto de los postores asistía a la misma libre de compromisos y yo, en cambio, llevaba una mochila de casi tres mil euros. Y eso es demasiado dinero si se quiere triunfar en cualquier subasta.
Conclusión, que lo que ofrezco es:
- Pagar el 2% del precio de adjudicación con un máximo de 2.000 euros.
- O bien pagar el 1% del precio de adjudicación + permiso para comercializar el piso en competencia con la agencia inmobiliaria y cobrando el mismo porcentaje sobre el precio de venta que haya firmado con la agencia.
La elección es vuestra, pero antes de elegir la segunda opción hay que estar muy seguro de uno mismo porque las pocas agencias que han sobrevivido a la hecatombe son realmente buenas y profesionales.
Ahora bien,
enviarme info de las subastas que son una buena oportunidad no significa ir a los tablones de los juzgados o acceder al buscador de subastas del Ministerio de Justicia y ponerse a disparar a todo lo que se menea. Eso también lo puedo hacer yo y no merece ni un euro. Y tampoco significa que tengáis que examinar vosotros mismos el expediente judicial.
No, nada de eso.
Os pido por favor que no me enviéis basura que nos haga perder el tiempo a todos. El expediente judicial lo veré yo, que soy el que se va a jugar su dinero, pero las subastas que me ofrezcáis deberán haber pasado un pequeño filtro. A continuación os detallo por encima las condiciones mínimas que deben tener las subastas que me interesan:
- Propiedades de calidad media o media/alta (en Madrid me atrevo con casi todo, pero en otros sitios prefiero no arriesgar)
- Propiedades sin cargas anteriores.
- La deuda ejecutada debe ser inferior a la mitad del valor real de la propiedad subastada,sión de la subastapero no tan pequeña que sea segura la suspensión de la subasta.
- Me encantan los locales comerciales, pero solo los mejor situados.
- Nada de naves industriales, ni plazas de garaje, ni trasteros, ni solares ni fincas rústicas ni mierdas en bote.
- Y naturalmente que me encantaría que las viviendas estuvieran vacías, pero ese detalle no me va a frenar para hacer una buena inversión. O sea, que el punto seis lo podéis borrar.
O sea, que ya lo sabes, si te encuentras con una subasta a la que no puedes acceder por falta de pasta o porque no tienes ni idea de cómo proceder y si quieres de paso lucrarte a costa de Tristán y que él se lucre haciendo lo que mejor sabe hacer, no tienes más que contactar conmigo y enviarme la info de las mejores subastas de tu localidad.
Y que sepas que Tristán el Subastero, al igual que los Lannister, siempre paga sus deudas.
¿Alguna duda o comentario?