Sucedió el 8 de abril en Zaragoza.
Mr. Cousin asistía con muchos nervios pero ilusionado a la subasta de una cuarta parte indivisa de una vivienda de 79m2 en este edificio.
Ignoramos por qué podría tener interés este señor en comprar una cuarta parte indivisa, pero seguro que tenía muy buenas razones, porque además Mr. Cousin estaba muy bien acompañado por dos asesores de una reconocida gestora de allí que además tiene una empresa de activos inmobiliarios.
El tipo de subasta de este lote es de 23.612 euros, cuyo 75% son exactamente 17.709 euros.
La subasta de los anteriores lotes se van sucediendo y cuando se llega al lote en cuestión el secretario pregunta si alguien quiere consignar depósito para la subasta verbal y los protagonistas de este relato se levantan y consignan 7.084 euros ante el asombro de todos los presentes.
Entonces, cuando se abre la puja, como en la subasta verbal solo está Mr. Cousin, el secretario le dice que haga su oferta y el tipo va y dice que ofrece 500 euros.
Silencio sepulcral.
Y algunas risas.
Entonces el secretario le informa que según el Reglamento de las subastas de la Seguridad Social, cuando se consigna para las pujas verbales se entiende que se acepta que el valor de la puja mínima es el 75% del tipo de subasta y que dicha puja se entiende entonces por ofrecida tan solo por haber hecho el depósito.
Más silencio y más risas.
Entonces Mr. Cousin balbucea que se ha equivocado y que quiere retirar su oferta.
Ejem, ejem, lo lamento mucho señor, por supuesto que puede retirar su oferta, Mr. Cousin, pero antes de hacerlo quiero que sea consciente de que si lo hace perderá, de acuerdo con el mencionado reglamento, el depósito consignado de 7.084 euros.
Así, en un pin-pan, un-dos-tres, siete mil euros menos.
Pobre Mr. Cousin, se ha puesto blanco y empieza a discutir con sus asesores pero, finalmente, acuciado a decidir por la impaciencia del secretario de la mesa de subasta, sigue adelante y se adjudica la cuarta parte indivisa por el 75% del tipo de subasta cuando, si hubiera estado bien asesorado o si se hubiera tomado la molestia de informarse por sí mismo, podría haber empezado pujando tan solo 5.903 euros.
Lo lógico para que te asesoren sobre las subastas es pedirle ayuda a cualquier subastero de Zaragoza, que hay muchos y con mucha experiencia.
Y si dispones de menos recursos y no tienes más remedio que informarte por tu cuenta, al menos tómate la molestia de leer el mega súper tutorial sobre las SUBASTAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL que he publicado en Subastanomics.
Y por cierto,
¿alguno de mis ilustres lectores ha presenciado alguna vez algo así, o peor aún, lo ha sufrido?