Los subasteros somos esa gente extraña que por haches o por bes hemos acabado en un negocio muy exigente pero en el que se puede vivir muy bien. Y no me refiero a que estemos forrados ni nada parecido sino a que, con la única condición de no meter nunca la pata para evitar arruinarte antes de haber llegado a acumular unos ahorrillos, a la vuelta de unos años es difícil no haber alcanzado ese nivel en el que de repente puedes mandarlo todo a la mierda sin convertir tu vida en un drama de Dickens.
Eso se llama alcanzar la "libertad financiera".
Y no es lo mismo que estar forrado.
Por otro lado, según mi opinión, el incentivo económico no es lo mejor que nos ofrece esta profesión, sino el tener la oportunidad de poder vivir como nos gusta.
Por ejemplo:
- El buen subastero no traiciona sus principios para ganar más dinero
- El buen subastero es responsable de su futuro. Toma sus propias decisiones sin depender de terceros. De él depende su éxito o su fracaso
- El buen subastero disfruta de su actividad, que no es un trabajo en el que se aburre como una ostra sino que es un estilo de vida.
- El buen subastero es un artesano con una productividad limitada. Llega hasta donde llega y ni un milímetro más allá.
- El buen subastero trabaja con moderación y se toma largos periodos de vacaciones y muchas minivacaciones.
- El buen subastero no quiere tener empleados porque lo que más le importa es su propia libertad y los empleados la limitan. Tampoco necesita crecer.
- El buen subastero no se jubila, sino que como disfruta de su actividad la puede extender tanto como su cuerpo aguante.
- El buen subastero elige a sus clientes, huyendo de los pesados y de los que solo buscan chollos.
- El buen subastero quiere clientes pero huye de los inversores, que no son más que una pesadez, que tratan de influir en las decisiones y no hacen otra cosa que tocar los huevos.
- El buen subastero es libre y huye de intermediarios, que reclaman su 50% sin haber hecho el trabajo.
- El buen subastero no se endeuda. Y si lo hace es que es imbécil, luego no es subastero.
- El buen subastero no es un llorón y no reclama ayudas del gobierno. Que le den al gobierno, a todos los gobiernos.
Algunos acomplejados prefieren llamarse a sí mismos licitadores.
Como si fuera lo mismo una cosa que la otra.
Y no es lo mismo.
No tiene nada que ver.
Licitador o postor lo es cualquiera que, en un momento dado y de manera ocasional, participa en una subasta con intención de comprar. Es licitador en ese momento y lo deja de ser en cuanto se acaba la subasta.
Subasteros solo lo somos quienes vivimos de este negocio invirtiendo en subastas judiciales para sí y o para terceros y que realizamos esta actividad una y otra vez porque es la fuente de nuestros recursos.
Y lo somos las 24 horas del día de la misma forma que un abogado no deja de ser abogado durante el fin de semana o cuando está paseando a sus hijos por el parque.
Es decir, que ser subastero es una profesión y un negocio y ser licitador solo es participar en una subasta.
Y yo sería muy estúpido si no mencionara que este es el tercer post que publico sobre los subasteros como protagonistas del negocio de las subastas judiciales y que los dos post anteriores los he publicado en Subastanomics y que son dos post magníficos que sin duda merecen que les hagáis una visita y los leáis como quien lee la Biblia.
En el primero respondo a la pregunta de si las subastas judiciales podrían funcionar sin la presencia de los subasteros profesionales, respondiendo naturalmente que no y acreditándolo con varios ejemplos.
Ahí va el post. Haced click en la imagen y la magia de internet hará el resto:
¿Son necesarios los subasteros en las subastas judiciales?
Y en el segundo hago una propuesta de buenas prácticas siguiendo las cuales el subasteros profesional no tendrá ningún problema en recuperar para la profesión la fama de honestidad que debería caracterizarnos a todos.
Y os digo lo mismo, haced click en la imagen y disfrutad del decálogo propuesto:
Decálogo del subastero honesto
Y este es el momento en el que doy paso a que los sabios lectores de este blog aporten al post lo que tiene de más valioso que no es otra cosa que sus comentarios, siempre lúcidos y, a veces también, críticos.
Adelante pues...