Supongo que a estas alturas es innecesario que explique por qué es muy mala idea emprender cualquier negocio de envergadura en un día tan aciago y funesto como hoy, que es martes y 13. Y la cosa no es de ahora, sino que viene de antiguo, pues ya los romanos y los egipcios sabían lo que arriesgaban si acometían empresas en un día de tan mal agüero.
Yo, por mi parte, escarmenté bien escarmentado aquél día en que me adjudiqué una subasta sin darle importancia a lo que entonces consideraba una simple superstición. Bonita palabra que no significa absolutamente nada si al final los hechos confirman las creencias populares frente a la luz de la supuesta razón.
Creo que el relato ya lo escribí en uno de los primeros post del blog. No obstante lo voy a rememorar.
Corría el año 2000 y la subasta se celebró en uno de los primeros juzgados del Lado Oscuro. Pero en este caso el juzgado era del Lado Oscuro por partida doble, primero por no permitir ver el expediente judicial y segundo porque unos días antes de la subasta los demandados habían presentado una tercería de dominio y el juzgado no consideró necesario ni suspender la subasta ni comunicar ese hecho a los postores.
O sea, unos hijos de la gran puta de tomo y lomo.
Fue alucinante.
Y las consecuencias para mi fueron que perdí una venta que ya tenía hecha y de la que incluso había cobrado el dinero y que tuve que esperar nueve años, ¡nueve!, para que se dictara el Decreto de Aprobación de Remate.
Lo peor de la experiencia, única vez que me ha ocurrido algo semejante, fue la sensación de haber caído en las ruedas de la Justicia y de no ser más que uno más de los miles de expedientes que ahí se pudren eternamente.
Lo mejor, que de esos nueve años siete fueron de increíble inflación inmobiliaria y solo dos de crisis.
Menos mal que, finalmente, mi buena estrella habitual consiguió corregir el desastre de aquél martes trece pero, no obstante, me juré a mi mismo que nunca jamás volvería a saltarme los dichos de mis mayores acerca de los días como hoy.
Por eso he decidido que hoy lo voy a dedicar a ir al Corte Inglés a cortarme el pelo y nada más.
Quizás también me tome unas tortitas con nata y fresa para endulzar la mañana.
¿Y vosotros que haréis?