Algunos ya sabíamos que la SGAE no pone límites a su afán recaudatorio. Lo que no sabíamos es que tampoco tiene límites su megalomanía.
En el exterior, tienen ya una sede en Buenos Aires y otra en México, y tienen el objetivo de comprar dos edificios emblemáticos en Nueva York y uno en Río de Janeiro.
Y en España está prevista la inauguración de sedes en Bilbao, Barcelona, Sevilla y Valencia y hay un proyecto para dos nuevos centros en Madrid, uno de los cuales estará ubicado en Boadilla del Monte, en el Palacio del Infante Don Luis (hermano de Carlos III), diseñado nada menos que por Ventura Rodríguez, en el que además pretenden construir cinco chalets y un auditorio y realizar una profunda reforma de los interiores a pesar de ser un edificio del Patrimonio Histórico Nacional. Olé y olé.
Por lo visto el presupuesto inicial para la creación de éste holding inmobiliario es de 300 millones de euros, casi nada, todos recaudados céntimo a céntimo de los perplejos "piratas" españoles.
Está visto que en España aún es mucho lo que se puede conseguir siendo amigo del poder, desde subvenciones millonarias a un producto que no gusta y que por lo tanto no se vende (el cine español) hasta colocar a "una de los nuestros" de ministra de cultura u otras "canonjías" o conseguir que el gobierno-amigo dicte impuestos especiales "ad hoc".
Pero me froto las manos porque esta vez se han pasado de la raya: el español perdona muchas cosas pero no la megalomanía, y si no me creéis preguntadle a Aznar, cuyo mayor error político no fue el apoyo a Bush en la guerra ni nada de eso... no, sino el bodorrio de su hija en el Monasterio de El Escorial, ahí empezó a declinar su estrella.