Ayer fue uno de esos días en los que da gusto despertarse y abrir la ventana a un nuevo día. Uno de mis primeros alumnos, Juan Zhang me envió un entrañable whatsapp de los que te llegan directo al corazón.
Juan fue cliente mío antes de ser alumno. Es uno de esos clientes a los que llamé en 2016 para comunicarle que estaba desarrollando un curso de subastas y que no tenía tiempo para seguir atendiendolos. Y que tras abrir las puertas del curso tampoco volvería a trabajar con ellos porque la etapa de buscar buenas subastas para clientes se había acabado. Y que a partir de entonces no iba a disponer de tiempo más que para mis propias inversiones.
Y también les dije otra cosa, que como ellos mismos habían experimentado por las compras que habíamos hecho juntos, el negocio de las subastas era suficientemente sencillo como para que, si se matriculaban en el curso de subastas y se lo tomaban en serio, a la vuelta de unos meses ya no me necesitarían nunca más.
Así conseguí convertir en alumnos a varios de mis clientes.
Pues bien, ayer Juan me envió este whatsapp.
No hay nada como impactar de esta manera en la vida de alguien. Esto es lo que más me mola de haber desarrollado el curso de subastas, el saber que de verdad es capaz de cambiarle la vida a la gente. Algunos se matriculan solo para participar en alguna subasta de vez en cuando para redondear sus ingresos anuales. Pero también los hay que lo hacen para dedicarse al negocio de las subastas. Y no son pocos los que lo consiguen. Lo se porque muchos me lo hacen saber por un medio u otro. Aunque ninguno es tan agradecido como Juan, que incluso me envió hace un par de años un vídeo de testimonio para ayudarme a convencer a más inversores a unirse al proyecto.
Y lo cierto es que mensajes como este me motivan y animan mucho. Y además, que tiene mucho ojo el tío, porque acaba su mensaje comentando que 2022 viene cargado de oportunidades y yo estoy más que de acuerdo con eso. Si 2020 fue el año en el que la pandemia del Covid impactó con mayor fuerza en el mercado inmobiliario español, 2021 ha sido el año de la recuperación. Y 2022 va a ser el año del despegue.
El mercado de la vivienda ha dado por finalizada la crisis y los últimos 7 meses han sido bastante frenéticos en cuanto a número de compraventas, terminando el año con bastante más de 600.000 ventas en España, niveles de hace casi 14 años. Esto es lo que se vendía justo antes del pinchazo de la burbuja.
Según idealista, una de cada tres casas vendidas en octubre duró menos de un mes (32%) y otro 23% de ellas estuvo en el mercado entre uno y tres meses. Esto significa que 55 de cada 100 viviendas desaparecieron del mercado en menos de tres meses. Es decir, que el plazo que se tarda en vender una vivienda se está acortando mucho.
Y ojo, esta vez sin peligro de burbuja, porque las instituciones financieras han prestado hipotecas con cautela y sin asumir riesgos extremos, lo que evita las burbujas y garantiza un aumento saludable de los precios de la vivienda.
Según las previsiones de los profesionales del mercado, en 2022 se producirá un crecimiento continuado del número de compraventas.
Y la inflación también impactará en los precios y lo hará por una doble vía:
- Por un lado llegarán más ahorradores al mercado inmobiliario buscando protegerse contra la inflación
- Y por otro lado, la inflación provocará mayores costes de construcción, lo que aumentará el precio de la vivienda nueva y, por ende, también el de la vivienda de segunda mano.
Así que yo no tengo ninguna duda de que nos vamos para arriba.
Y ello a pesar de estar sufriendo el Gobierno más anti-negocios de la Historia de España. Un Gobierno que odia el ladrillo. Que nos amenaza con una Ley de Vivienda que seguramente entrará en vigor, como elefante en cacharrería, en el segundo semestre.
Así que estas son mis previsiones para 2022 acerca del mercado inmobiliario español.
¿Y a vosotros qué os dice vuestra bola de cristal? ¿También sois optimistas?