Javier Cardaño es subastero en Madrid desde hace unos diez años, en los que ha comprado y vendido pisos hasta hartarse. Podemos suponer, por tanto, que sabe lo que hace si se trata de este negocio.
Su hija, que lleva pocos años trabajando y que vive con su novio, le ha pedido que le compre un pisito pequeño y barato, simplemente como inversión, no para especular sino para dedicarlo a alquiler. Lo que se les ha ocurrido es aprovechar que ahora es buen momento para comprar en subastas judiciales, hacerse con un apartamento barato, aunque sea de VPO. Lo importante es que sea fácilmente alquilable por no más de 600-800 euros.
La idea es que Cardaño le adelante a la niña el dinero y luego, cuando tengan la Posesión, que ella pida un crédito hipotecario y se lo devuelva.
Dicho y hecho, lo que para otros hubiera sido la parte difícil a Cardaño no le costó más de dos meses, al cabo de los cuales había comprado a nombre de su hija un piso de VPO de 70m2 por 145.000 euros. Hasta ahí todo bien, pero cuando empezaron la ronda de visitas a los bancos la cosa se puso francamente fea. Como Cardaño nunca había tenido problemas de crédito no se le ocurrió pensar que con su hija la cosa sería distinta pero el caso es que lo fue, hasta el punto de que ni siquiera con el aval del padre consiguieron que ningún banco les diera el crédito.
Podría haberle dicho a la niña que como el dinero lo había puesto él, el piso sería suyo aunque estuviera a nombre de ella, pero como no quiso darle semejante desilusión, le ha tocado poner buena cara y perdonarle la deuda. ¿Qué no haríamos por nuestros hijos?
Me he acordado de esta historia tan simple al leer el magnífico estudio que han elaborado para Rankia dos de sus miembros, W.Petersen y Jexs71, con el título ¿Vas a hipotecarte? Consideraciones previas y funcionamiento de financiación.
En un estudio muy recomendable y completo y seguro que si lo hubiera leído con antelación Javier Cardaño se hubiera pensado dos veces la operación con su hija, que evidentemente no cumple los requisitos que hoy en día piden los bancos.