La Comunidad de Madrid está ultimando un anteproyecto de Ley para que los créditos hipotecarios sean más transparentes, tanto en la información previa como en la propia escritura de hipoteca. Lástima que llegue un poco tarde para algunos.
Teddy, un lector habitual del blog está muy cabreado y tiene sus motivos: Hace siete años alguien, de quien no se lo esperaba, le preparó una encerrona de la que salió con la hipoteca firmada y habiéndose entregado varias cantidades sin saber muy bien quien había cobrado qué.
Dejemos que sea él quien nos explique lo ocurrido, pero como el asunto está un poco liado voy a redactarlo yo mismo, aunque siempre respetando sus propias palabras:
(...) En el año 2004 nos la jugaron. Aceptamos comprar una casa a mi suegro por cien mil euros y nos dispusimos a buscar hipoteca, pero en seguida nos llamó con el cuento de que en el BBVA nos iría más rápido y quedamos con él en su sucursal, de la que salimos con la hipoteca puesta, sin saber muy bien lo que había pasado.
Resultó que ya tenían la casa tasada (sin que nosotros hubiéramos solicitado la tasación) y nos estaban esperando con una oferta vinculante y en cuanto la firmamos nos hicieron pasar al despacho de al lado donde -oh sorpresa!- nos esperaba el notario para firmar la compra-venta y la hipoteca. Allí es donde descubrimos que la verdadera vendedora era mi suegra, a quien su marido usa como colchón para sus cagadas. Por eso no les demandamos desde el primer día, para no involucrarla a ella en semejante marrón.
El primer gol que nos meten es que la compra ya no es por los cien mil euros pactados sino por ciento tres mil, que parece que era la cantidad que necesitaba mi suegro para saldar ciertas deudas, además de la hipoteca del piso. Luego, cuando pasamos a la escritura de hipoteca, nos enteramos que la misma es para garantizar ciento cincuenta y siete mil euros (no los ciento tres mil) y el notario nos explica que el "exceso" es para cancelar algunos pequeños créditos previos que teníamos con la entidad y también para los gastos de la venta, como impuestos, notaría, registro, gestorías y “otras cosillas”.
Tras leer la escritura, el notario nos presentó no se cuántos documentos y cheques (el notario ¡ojo!) y nos apremió a firmarlos con la cosa de que tenía prisa por ir a otras firmas. Y todos para casa. ¡En una mañana!
Todo fue muy raro y muy rápido y siempre sospechamos. Pero ha sido hace relativamente poco que me ha dado por echarle un ojo a los papeles y he descubierto que las cantidades no cuadraban.
Pero a pesar de que el banco se ha negado a investigar el reparto de las cantidades alegando que “la conservación de los datos por parte de la entidad excede los plazos establecidos por la normativa” yo he conseguido una relación de la misma (me costó Dios y ayuda) a través del Departamento de Atención al Cliente. En la misma aparecen varias cantidades sospechosas (ver enlace).
Concretamente hay varios cheques bancarios que suman unos 9.000 euros que no se quién los cobró y una salida de caja de otros 20.000 euros que yo nunca me metí en el bolsillo. Además, me cobraron un 1,5% en concepto de comisión de apertura, cuando yo se que la comisión del banco por ese concepto es del 0,5%. Esto último me indica que por medio debió de andar algún "prescriptor hipotecario" (quizá el API) pues me consta que cuando existen esos intermediarios financieros, el sobrecoste es del 1%.
Sin embargo, yo en ningún momento había contratado a ningún API ni a ningún intermediario financiero y hasta ese día nunca había ido a esa sucursal para solicitar nada. Por otra parte, ¿qué hacían en el despacho aquellos dos señores que yo desconocía pero que mi suegro me indicó que solo eran unos conocidos suyos que habían ido por otros asuntos no relacionados con el nuestro?
Finalmente, como guinda del pastel, habían tasado la casa en 185.000 euros (aunque entonces no valía ni 100.000) y tres años más tarde todavía tuvieron las narices de cobrarme una tasación que yo nunca había solicitado.
Hasta aquí los sucesos tal como me los ha relatado la víctima, quien quiere emprender acciones legales aunque aún no está seguro de contra quien hacerlo.
Tal como yo lo veo, el suegro es el malo de la historia. Graves problemas económicos le obligan a vender la propiedad y, cuando ya tiene la operación de venta montada y a puntito de firmarse, el comprador se le echa atrás. Es en ese momento cuando el desesperado suegro se acuerda de que su yerno estaba buscando piso y con las prisas le endilga la operación tal como estaba montada y con el reparto de comisiones tal como estaba organizado, sin preocuparse -por la falta de tiempo- de adaptar la venta a las circunstancias personales del yerno, quien no hubiera tenido por qué pagar comisiones de gestión a nadie pues en su compra no necesitó la ayuda ni del API ni del intermediario financiero.
O eso o algo peor, como sería si tanto los cheques bancarios que sumaron 9.000 euros como la salida de caja de 20.000 euros hubieran ido a parar a manos del propio suegro. No hay que olvidar que si los cheques al portador son suficientemente pequeños, no tiene por que quedar reflejada la identidad del que los cobra.
Sin embargo Teddy está convencido de la inocencia de su suegro. Según él semejante plan escapa a su inteligencia. Opina más bien que la trama la urdieron entre el API, el notario y el director del banco. Todo puede ser.
En cualquier caso yo ya le he comentado que no veo probabilidades de éxito a una demanda judicial (¿contra quien?) y que no sirve de nada llorar por la leche derramada.
Pero quizá vosotros, amables lectores, veáis más que yo.