Anécdotas de banca... curiosidades y clientes varios

Yo intento evitar las oficinas todo lo que puedo, más que nada por las colas, las odio. De todas formas no tengo que hacer muchas operaciones, y algo de lo que contais arriba me suena bastante a chino.

Una anécdota que no olvido es de cuando era un chaval, mis padres me mandaban de recadero al banco a veces, una vez había la típica cola de 15 o 20 personas para una ventanilla. En un momento en la ventanilla de al lado llega uno de los empleados y la abre. Entonces el cliente que acababa de entrar en el banco, de unos 60 años, como el cajero, se va directo hacia esa venanilla. Los que estaban en la cola se pusieron a gritarle que no veas. El primero que estaba esperando casi lo echó a patadas, parecía que querían lincharlo pero el viejo estaba como si la cosa no fuera con él. (Típica picaresca, yo ya he tenido que sufrir a los caraduras que se cuelan varias veces en otras ocasiones). Me extranó que el cajero no dijera algo como "pasen por aquí los primeros", que es lo que suelen decir las cajeras de supermercado.

La unión hace la fuerza, como lo que contáis de las preferentes. Si solo hubiera dos personas esperando, igual no le gritaban así. Y con las preferentes, si solo hubiera unos pocos afectados seguramente se quedaban sin nada...

Y otra cosa que me extrañó algo es lo que me ocurrió hace unos días. Entro en una sucursal en la que ya había entrado, voy hacia un cajero que ya me había atendido, a pedirle cambio de 50. El tio me dice: eres cliente del banco?? Me pareció algo cutre que siendo un banco pusiera peros a dar cambio. Sería otra cosa si hubiera ido 4 o 5 veces, pero por una vez....

Tengo un familiar que trabaja en un banco, y no de cajero, y me dijo que a veces le insultan sin más, inesperadamente, también por teléfono.

En mis oficinas no se da cambio al que no es cliente. Esto como regla general. No hemos perdido ni un solo cliente por ello.

Alguien se ha abierto cuenta y contratado varios productos porque le cambiaron un billete?

Lo digo para reflexionar.

Pues una familiar que conozco bien, y no es precisamente inculta ni irresponsable, siempre ha pedido asesoramiento del empleado del banco (siempre el mismo) y está muy contenta.
Le propusieron un seguro de hogar con capitales que revalorizaban de forma errónea, eso sí, a favor de la aseguradora, inflando la prima, sin que este pobre empleado pudiera conseguir que desde la compañía corrigieran el error, nunca cubrió ningún siniestro, y por supuesto, no podía devolver el recibo del seguro. Un acierto. Para el empleado, que a finales de año se fue a Caldea con los bonus. Ella no recuerda en ese caso que la estuvieran apuntando con un arma.
Le propusieron un plan de pensiones el cual venía acompañado de las máximas comisiones legales, cuando había otros de la misma gestora y mismo perfil con comisiones mucho más bajas. Una maravilla. Para el empleado, que pudo divertirse en Port Aventura con los bonus. Ella no está segura en este caso de si le pusieron una navaja en el cuello.
Con un fondo de inversión, lo mismo. Ahí sí notó cómo desde el fondo de la oficina alguien le miraba mal.
Le abrieron una cuenta que por apunte le cobraban 50 céntimos de euro, supongo que se le olvidó advertírselo... Ahí debo reconocer que se portó porque consiguió que lo retrocedieran...
La hipoteca que contrató, resulta que llevaba una cláusula redactada de manera nada comprensible (En todo caso, aunque el valor del índice de referencia que resulte de aplicación sea inferior al 2,250 %, éste valor, adicionado con los puntos porcentuales expresados anteriormente para cada supuesto, determinará el “tipo de interés vigente” en el “período de interés”), de la cual ella no estaba advertida, supongo que el empleado con el cual estuvo negociando dos meses no tuvo nada que ver en que lo que se firmó no era lo que se acordó en la oficina. Eso sí, probablemente el chico ese año pasó un fin de semana romántico gracias al bonus.
Tú dices que no ponéis una pistola a nadie cuando contrata productos, expresión que habéis abanderado para defenderos pero que es de un cinismo extremo: reconoce que a menudo ocultáis información crítica a la hora de contratar productos, cantáis las bondades y atenuáis hasta el extremo la letra pequeña. Te recuerdo que la gran mayoría de preferentistas (aunque tú defiendas en tu post que "algunos" no sabían lo que firmaban, hay que tener cara dura) son viejos que no tienen cultura financiera, que hasta hace poco confiaban en su banco, que les proponía depósitos sin riesgo y que un día toparon con que el mismo empleado ha sufrido una transformación y ahora se la ha clavado entera y los han dejado en calzoncillos. A esa transformación la puedes llamar como quieras: presiones del director, presiones del de zona, presiones del de riesgos, política de la empresa, bonus, medro laboral... pero para mí tiene siempre un origen común: la codicia, tanto la de tu jefe como la tuya. No sigáis excusándoos en que sois empleados. Si a mi no me gusta matar corderitos lechales no voy a pedir trabajo al matadero. Tú eres dueño de ti mismo y si te obligan a engañar a la gente y no quieres hacerlo, deja ese trabajo, cambia de entidad, pero si aceptas hacer lo que te digan, acepta también que haya gente como yo que te critique por actuar como un autómata y contribuir a que este mundo sea peor.
En cuanto a los que han contratado preferentes y sí eran conscientes de lo que firmaban, al igual que los suelos y demás productos "problemáticos", estoy contigo en que deben apechugar.
Un saludo

Hola

Es el problema de siempre, los malos empleados salpican con su mala imagen a los buenos empleados, da igual que sea el mercado financiero o el mercado de abastos, destaca más la mala imagen que la buena. Nunca olvidaré la vez que saqué una piedra del saco de patatas.

Por cierto, yo considero al personal de mi oficina decente, sólo quedan dos de los que había cuando me hice cliente en el 2005, curiosamente son los dos un poco bordes, pero los considero legales.

Saludos

Lo del billete es una anécdota sin importancia, al menos comparada con las que contaron otros más arriba.

Olvidé comentar que sí soy (sigo siendo) cliente de ese banco.

Y que me ocurrió alguna vez el caso contrario: pedir cambio en una caja que no era la mía y me dieron cambio, pero fue hace bastante tiempo.

Bueno, me parece algo fuerte lo de que algunos preferentistas "se merecen" las quitas.

Es como si yo digo que hay empleados de banca que se merecen haber sido despedidos.

Creo que con tu mensaje retratas moralmente a una gran parte de los "bancarios", tu incluido.

"Quizás las entidades financieras tienen algo de culpa..."
"No creo que ningún cliente se le haya puesto una pistola en el pecho y se le haya obligado a firmar un contrato"
"Pues ahora te embargamos la casa"
"Lo que pasa que fuiste gi.....as por firmar"
"A muchos clientes les esta bien merecida las quitas que están sufriendo"

Cuanto sinvergüenza suelto...

En mi opinión habrá algunos preferentistas que sean como los que has descrito tu, pero no puedes negar que muchos otros firmaron los contratos por desconocimiento y por confianza en el director del banco.
Entiendo tu postura como trabajador en la banca, pero también debemos ponerlos en el lugar de los afectados por las preferentes
Un saludo