Con todos los respetos, me niego a aceptar esta nueva realidad que tan plácidamente algunos foreros parece que aceptan como lo más natural.
Dos casos quiero compartir con vosotros.
Hace un año fui a pagar la matrícula de uno de mis hijos a una oficina de La Caixa de mi barrio, en una localidad a 20 km de Barcelona. Se negaron a cobrarme aduciendo que no trabajan con metálico, que fuera a una oficina del centro de mi localidad que sí lo hacían. El asunto es que yo ciertamente NO SOY CLIENTE (por eso no puedo pagar por cajero) pero si lo es el instituto de Barcelona ciudad que es quien utiliza la red de SU ENTIDAD para cobrar a sus alumnos, provenientes no ya de Barcelona sino incluso de otros puntos de Catalunya (no hay muchos centros que impartan ese nivel de estudios). O sea que a quien hacen la puñeta no es a mi únicamente sino a un cliente institucional al que dificultan su gestión, ya que ellos cuentan que se puede pagar en cualquier oficina de SU ENTIDAD.
Con la extensión de esta nueva política de nada serviría buscar una entidad con gran difusión territorial de oficinas (como gran activo que muchas entidades aun esgrimen) si resulta que solo te tratan como cliente en TU OFICINA y en el resto eres poco menos que un extraño, además si prestas servicios al público tampoco aportan mucho si hay que dirigirse a una ubicación en concreto aunque haya 4 oficinas más que también pertenecen a esa entidad.
En esa misma línea ya hace años que varias entidades han establecido un microhorario para pagar recibos: entre 1 y 2 horas al día. Eso es inaceptable, tanto si eres cliente como si no.
El segundo caso a compartir es cómo la propia Caixa, en políticas "antiguas", cuando aún eran entidades sociales, no solo no cobraba comisiones por todo sino que una cuenta casi 20 años inoperante (máximo plazo antes de revertir a la entidad) con apenas VEINTE PESETAS, al cabo de esos años, al cancelarla, tenía VEINTITRES PESETAS. Hoy eso es imposible, me embargarían por las deudas en comisiones.
Después de casi 30 años como cliente de La Caixa (de los 10 a los 35 años aprox.) les dejé porque no acepto que me cobren por tener dinero en una entidad. Y así sigo.
No es de recibo que después de obligar a todo el mundo -que cobra- a cobrar a través del banco, ahora pretendan cobrar por ello.
Un saludo