Las claves de lo ocurrido y, sobre todo, la importancia que tiene como detonante de la crisis y reordenación bancaria que se nos avecina creo que están muy bien recogidas en el excelente artículo de McCoy:
La desfachatez de Solbes o lo grave de la intervención de CCM
Destaco algunos parrafos especialmente importantes:
"El derrumbe de la entidad presidida por Hernández-Moltó ha estado desgraciadamente envuelta en el halo de chapuza que persigue el modo en el que se ha gestionado en España la crisis financiera desde un principio. Nuestras autoridades han gastado meses y meses complaciéndose de la solidez del sistema bancario, aún a sabiendas de que las causas que habían conducido al colapso a numerosas sociedades financieras más allá de nuestras fronteras eran similares a las que afectaban al entramado financiero nacional: exceso de crédito sobre activos sobrevalorados, especialmente suelo y segunda vivienda. El español era un modelo a exportar simplemente por el hecho de que había establecido una suerte de aprovisionamiento anticíclico que le daba colchón, aunque todos sabían que tal protección se había visto claramente desbordada por la voracidad de los prestamistas, que nunca se vieron constreñidos en su libertad para conceder financiación a diestro y siniestro."
"Una vez sabido que subprime en España se traduce por promotor, era momento de analizar la solidez de los pilares que sostienen el edificio bancario patrio. Porque si, como parece, esta casa puede llegar a ser una ruina, no tiene sentido dejarse la mayor parte del presupuesto en arreglar el parquet, intervención de CCM, mientras los cimientos tiemblan"
"A partir de ahora, las autoridades irán obligatoriamente a remolque cuando, por el contrario, podían haber liderado de forma ordenada un proceso que necesariamente pasaba por el establecimiento de un valor razonable para los activos en balance, la determinación de las sociedades viables con base en tales parámetros, una liquidación ordenada de las no solventes con ayuda de las solventes y el balance estatal e inyecciones selectivas de capital. El llamado modelo sueco."
"Pone de manifiesto, en primer lugar, el suicidio financiero que supone el haber dejado durante años la gestión de unas entidades esenciales para la actividad de sus respectivas áreas de influencia en manos de unos políticos carentes de las aptitudes y actitudes adecuadas y que se han dedicado a servir sus propios intereses en la creencia de que los recursos privados son tan ilimitados como los públicos de donde proceden; en segundo término que, pese al mito que se ha construido sobre la excelencia en la labor de control del Banco de España, los excesos en la actuación de esos advenedizos no podrían haberse llevado a cabo si no hubieran contado con la aquiescencia del supervisor, temeroso de enfrentarse a la clase política que se beneficiaba, a través de la ilusión de riqueza de la ciudadanía, del engorde de las burbujas; tercero y último, por si había alguna duda, el año y medio perdido hasta la firma de la primera orden de defunción de una entidad en España revela que, pese a las constantes advertencias desde los foros más ilustrados, no se ha sabido gestionar en tiempo y forma una crisis bancaria que, como Saturno, amenaza ahora con devorar alguno de sus hijos."