02/06/2012 06:00h
Con Europa caminando por la cuerda floja y sin red, los inversores no saben ya cómo poner a salvo su patrimonio. El pánico les ha llevado, incluso, a aceptar pérdidas de dinero –comprando deuda alemana con rentabilidades del 0,007% en el dos años y una inflación del 2,1%- con tal de salvar algo. La situación no es baladí, Grecia amenaza con la ruptura del euro y España, que es demasiado grande, necesita ser rescatada.
En este escenario, el capital está poniendo pies en polvorosa y saliendo a toda prisa de la eurozona. Si esta semana, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, amenazaba con actuar para evitar la salida masiva de depósitos, a su homólogo suizo se le están poniendo los pelos de punta sólo de pensar la entrada descontrolada de dinero en el país, disparando el franco a niveles desorbitados.
De hecho, si el cruce entre el euro y el franco suizo (EUR/CHF) se ha mantenido por encima del nivel de 1,20 ha sido por la agresiva intervención de su banco central desde el verano, cuando en el mes de agosto llegó casi a la paridad coincidiendo con la constatación de que los líderes europeos son incapaces de resolver el problema de la crisis de deuda griega. En septiembre, el regulador del país vecino comenzó a comprar a manos llenas euros y a vender francos suizos, lo que desvió la presión sobre su divisa y la devolvió al nivel en el que sus exportaciones son competitivas.
“Es una divisa completamente intervenida, con el banco central inyectando muchísimo dinero porque, de lo contrario, el flujo de capitales hacia el país sería insostenible”, asegura a Cotizalia.com Pablo del Barrio, analista de XTB. “De hecho, están intentando hacer su sistema bancario menos atractivo para disuadir al capital de entrar. Y es que corre el riesgo de que les ocurra lo mismo que a Japón con el yen, afectando a sus exportaciones y, por lo tanto, a su PIB”.
Tal es así que esta misma semana se ha conocido que Suiza está elaborando un plan de emergencia ante la posible desmembración del euro. En declaraciones a un periódico local, el presidente de su banco central, Thomas Jordan, aseguró que, aunque confían que no será necesario aplicarlo y de momento van a seguir defendiéndose con el franco intervenido, “tenemos que estar preparados en caso de que la unión monetaria colapse” y eso pasa por impedir la entrada de capital. El suelo del franco está en 1,20 unidades por euro y de ahí no tienen intención de dejarlo pasar.