Una opinión parecida: Fuente Renta4
Definitivamente la idea de un rescate no convencional para España, idea que anticipábamos en nuestro comentario de hace dos semanas bajo el título de "Un nuevo modelo de intervención", se ha instalado ya como una expectativa bastante probable para el otoño. Y ese fue el hilo conductor de las palabras de Draghi el jueves y de las de Monti y Rajoy en su rueda de prensa conjunta ese mismo día, ratificando el viernes nuestro Presidente del Gobierno que la intervención es una hipótesis clara.
Las lecturas sobre ese nuevo modelo de rescate han dominado así la primera semana de agosto, ante la inacción de los Bancos Centrales. La FED el miércoles y el BCE y el Banco de Inglaterra el jueves no movieron ficha y en particular el BCE frustró las expectativas generadas por Draghi en su discurso de Londres. Sin embargo, es dudoso que debamos interpretar los bruscos movimientos de las bolsas del jueves y del viernes como una valoración de los inversores, aunque sea preliminar, sobre el nuevo modelo de rescate que se está diseñando.
Parece obvio que el desplome del jueves respondió a la decepción de las palabras de Draghi, pero no es tan obvio que el intenso rebote del viernes fuese una validación del rescate "light" de España o de Italia.
Hay tres posibles lecturas del sorprendente rebote del viernes. La primera es que se debió al buen dato de empleo americano, con 163.000 empleos generados en julio frente a los 100.000 esperados, y al buen ISM de servicios también en EEUU, unidos ambos a algunos buenos resultados empresariales. Una segunda lectura sería que los mercados celebraron la disposición del primer ministro español a aceptar un rescate suave de España, economía cuyos problemas financieros preocupan hoy seriamente en Europa y en Estados Unidos. Una tercera lectura es que los inversores reinterpretaron las palabras del día anterior de Draghi, viendo en ellas la posibilidad de que el BCE compre bonos españoles e italianos.
Posiblemente en el rebote del viernes hay algo de estas tres cosas, y además también jugó a favor el escaso volumen de negocio de este agosto, que hace que los índices se muevan con muy poco dinero.
Pero en todo caso, lo cierto es que diseñar una modalidad diferente de rescate, un rescate no convencional, es completamente necesario, ya que es la única solución posible para España y para Italia, economías ambas que, por problemas distintos, necesitarán asistencia financiera externa. No hay que descartar tampoco que ese nuevo modelo sea necesario para Francia en un futuro, si no corrige los factores que han motivado en las últimas décadas su persistente déficit público. Es la mejor de las soluciones, la menos mala y además la única posible.
En este sentido Draghi ha cumplido su guión, haya o no diferencias y haya o no sintonía entre él y el presidente del Bundesbank, Jens Weidman.
En lo que a nuestro país respecta lamentablemente y pese a las afirmaciones de que se pedirá o no el rescate en función de como sean las medidas no convencionales del BCE, la realidad es que tenemos muy poco margen de decisión a la vista de los datos de salidas de capitales en mayo que hemos conocido esta semana. Aunque la balanza comercial mejora, la balanza de capitales empeora y se está abriendo un boquete. La brecha de la balanza comercial se cierra con competitividad, pero la brecha de la balanza de capitales solo se cierra con confianza, y lamentablemente esa confianza hoy por hoy no se está generando y sigue saliendo dinero de nuestra economía. El plan bianual presentado por el Gobierno español esta semana vuelve a cargar los ajustes en los ingresos tributarios y no en reformas estructurales de fondo de nuestro aparato público y de nuestro sistema de bienestar y de pensiones lo cual no va a ayudar a generar confianza.
Si comparamos la situación de hace un año por esta fechas con la actual, vemos que el Ibex 35 ha perdido treinta o cuarenta puntos porcentuales con índices de referencia como el Dax o el S&P 500. Un dato demoledor que debería llevar a una reflexión muy seria.
En definitiva hay que analizar las consecuencias del modelo de rescate no convencional, y de la forma en la que se haga, tanto para la economía española como para las bolsas en general. La primera lectura de los mercados, si nos atenemos a la subida del viernes pasado, parece positiva, pero hay que esperar una lectura más sosegada y hay que dejar que las cosas reposen y se clarifiquen. La experiencia hasta el momento nos enseña dos modelos, el malo, que representa Grecia, en el que pese al rescate la confianza no se genera y sigue saliendo dinero del país, y el bueno, que representa Irlanda, en el que la confianza vuelve tras tomar medidas de fondo. El rescate funciona bien solo en el modelo bueno.
Desde un punto de vista más general, el futuro del S&P cerró el viernes en 1389 puntos, un nivel muy alto que, si rompe al alza, auguraría nuevas subidas en lo que queda de mes. Nos sorprendería ver subidas por encima del 1400 pero agosto es un mes atípico en el que todo es posible.
La semana pasada apostábamos por un enfriamiento de las bolsas, que efectivamente se produjo el jueves, para dar luego paso a un nuevo calentón el viernes. Nuestra idea es seguir básicamente prudentes dados los niveles del S&P y dados los datos de fondo que van apareciendo.
Hoy puede ser un gran día, pero tb podría ser el último. Intenta... ser feliz.