Lo que dijo José Antolín Toledano el pasado sábado al recoger la Medalla de Oro de la Ciudad de Burgos tiene una importancia que va mucho más allá de la frase con la que titularon los medios de comunicación: "Sobran el 50% de los políticos", que dicho delante de los propios políticos refleja una valentía sin igual.
El presidente del Grupo Antolín, líder mundial en la fabricación de componentes del automóvil, con más de un centenar de empresas, distribuidas en más de una veintena de países, con cerca de trece mil trabajadores en su nómina, vino a decir que la situación de este país es insostenible, "lo que ocurre en España es una tomadura de pelo. Sobra la mitad de los políticos. Tenemos más que en Alemania y no me parece lógico". Alemania casi nos dobla en población y sus ratios económicas no son comparables con las nuestras.
Antolín fue más lejos al señalar que lo que ganan sus empresas en el extranjero sirve para tapar los agujeros que aparecen en las factorías nacionales que son deficitarias; y ofreció un dato demoledor que debe servir para sonrojar a los dirigentes españoles: su grupo en el exterior producirá el doble en los próximos cinco años. El Grupo Antolín genera el 82% de su facturación en los mercados exteriores. Los datos de 2011 reflejan que la multinacional burgalesa ha aumentado un 15,7% su cifra de negocio hasta los 2.459 millones y un 80% su beneficio neto hasta los 50 millones.
José Antolín mostró su hartazgo cuando se preguntó sobre la absurda situación de crisis que padecemos para la que no ve salida, "no veo ni la semilla de posibles brotes verdes". Y no hace EREs aunque él mismo manifiesta que motivos no le faltan, muy posiblemente porque no quiere defraudar a sus paisanos y, sobre todo no desea que sus trabajadores sufran un quebranto económico.
Todo lo que dijo Pepe Antolín -como le llaman los próximos- invita a pensar que el Grupo se irá de Burgos y quizá de España. No hoy, pero sí mañana, si las cosas siguen así. En Burgos, además de la sede central, ubicó un Centro de I+D+i para dar servicio a todas las factorías del mundo, con cientos de ingenieros trabajando en lo que es la joya de la corona. La investigación se va a hacer ahora en lugares de India o China, con lo que el Centro de Burgos no se potenciará; y ya se sabe la máxima "aquello que no crece desaparece".
Lo de José Antolín Toledano es el lamento de un empresario indignado que paga impuestos desde que era un muchacho y trabajaba en el taller con su padre y su hermano Avelino, el otro gran talento del Grupo ya fallecido, que crea riqueza y puestos de trabajo en su ciudad y en su país, y en la fase final de su vida ve que lo que ha creado en su entorno más próximo se desmorona.
Lo suyo es un grito, un aldabonazo a la clase dirigente, ¿qué estáis haciendo con nuestro dinero? ¿Cómo es posible que hayamos llegado a una situación tan crítica cuando los empresarios y los trabajadores de este país hemos sido y somos capaces de liderar procesos industriales en el mundo? Y su Grupo es un buen ejemplo.
Justamente cuando todos los diagnósticos y tratamientos para solventar la crisis indican que se precisa una base industrial sólida y diversificada en España para crear valor y asentar nuestra economía advertimos el enfado de un hombre que ha sido y es un referente en la industria mundial del automóvil. Un cabreo comprensible, porque fuera de aquí las cosas funcionan de otra manera y su Grupo crece y crece.
Dos días antes del acto de entrega de la medalla, el Ayuntamiento de Burgos presentaba la nueva marca de ciudad. 'Sonríe, es Burgos' reza el nuevo eslogan que pretende promocionar la ciudad. Justamente todo lo contrario a sonreír es lo que hizo José Antolín sobre el mismo escenario del Teatro Principal en el que se presentó la marca. Con rictus serio dio un puñetazo en el atril para criticar la actuación de los políticos a los que él sí hubiese aplicado un ERE del 50% de haber militado en su empresa
“Los dos guerreros más poderosos son paciencia y tiempo.” (León Tolstoi)