Muchas gracias Kcire369.
Ayer, casualidad, necesité un descanso yo también, unas vacaciones psicológicas, como me dio por denominarlas. Ultimamente tengo enfrentamientos allá a dónde voy y soy de las que me planteo que quizá sean por mi culpa y no por la de los demás. Aunque muchos vean una careta dura y fría, porque se queden en lo superficial sin profundizar, (soy de prontos fuertes como un volcán, pero inofensiva), sin intentar al menos conocer el trasfondo del interlocutor, en ese fondo soy sensible, y lo paso mal con las críticas destructivas. Las constructivas que se hacen con respeto y educación, las agradezco siempre. Lo he dicho muchas veces.
Pero un ataque indiscriminado haga lo que haga o diga lo que diga, me supera; porque no entiendo la intransigencia, la intolerancia, que existan personas que hagan daño solo por el placer de hacer daño, que no me cabe en la cabeza, vamos...
He tenido varias veces discrepancia de opiniones en varios hilos, como es lógico y normal en un foro con más de 70.000 participantes durante dos años. Además me gusta la dialéctica, me enriquece como persona, pero lo que me estaba sucediendo ya era inaudito, ilógico y cansino. Me agota tener que estar teniendo que defenderme de cosas que no he hecho o de frases que jamás he pronunciado, conceptos tergiversados por negligencia o maliciosamente, no lo sé, pero que a la larga, van minando tu ánimo, reduciendo tus ganas de seguir y aburriéndote como una ostra.
Así que te entiendo perfectamente.
Pero hay que ser animoso. Pensar que ésos son los menos, que hay mucha gente que también te apoya, incluso que te llega a apreciar. Que cuando te tomas el tiempo que estimes oportuno para poder ver las cosas desde otra óptica, como muy bien expones, después entras con más fuerzas, con más energías y que te apetece seguir aportando ese grano que no hace granero, pero que ayuda, mucho más de lo que nos imaginamos, al compañero, como por ejemplo, acabas de hacer tú conmigo en tu magnífico post. Que sepas que me has emocionado.
Espero de corazón, que tu tiempo de reflexión sea muy corto, ya que te necesitamos, tigrecito. Hoy necesitaba leer tus líneas. Me has adivinado el pensamiento.
Un saludo cordial y, de verdad, gracias.
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.