El fabricante japonés de vehículos Toyota contabilizó un beneficio neto atribuido de 2,31 billones de yenes (17.547 millones de euros al cambio actual) en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (abril a diciembre de 2021), lo que representa una fuerte subida del 57,8% en la comparativa con el mismo período del año previo.
Según ha informado la multinacional automovilística, a pesar de esta significativa mejoría de su beneficio hasta diciembre, Toyota ha revisado a la baja su previsión de producción para el conjunto del año fiscal, que termina en marzo, a causa de los efectos negativos en la cadena de suministro por la falta de stock de microchips.
La compañía señaló que en este período la firma mejoró su beneficio y sus ventas, gracias a los esfuerzos comerciales, de marketing y en la cadena de suministro, que lograron paliar factores en contra como la crisis de los semiconductores o la persistencia del Covid.
En lo que va de ejercicio fiscal, la empresa asiática facturó 22,26 billones de yenes (168.690 millones de euros), lo que se traduce en un incremento del 19,2%, mientras que el beneficio operativo en el período creció un 67,9%, hasta 2,53 billones de yenes (19.180 millones de euros).
Al cierre de los nueve primeros meses fiscales, la compañía que dirige Akio Toyoda matriculó 6,09 millones de vehículos en todo el mundo, lo que supone una subida del 12,1% respecto al año previo, mientras que respecto a 2019 (antes del Covid) se registró una disminución del 11%.
De cara al conjunto del ejercicio fiscal 2021-2022, Toyota contempla alcanzar una producción mundial de vehículos de 8,5 millones de unidades (Toyota y Lexus), 500.000 unidades menos que su estimación anterior, un 5% menos, mientras que contempla matricular 10,29 millones de vehículos (incluyendo Toyota, Lexus, Hino y Daihatsu), igualando la previsión anterior y un 3,7% más que el año previo.
El grupo nipón finalizará el año fiscal con un beneficio neto atribuido de 2,49 billones de yenes (18.863 millones de euros), un 10,9% más, al tiempo que sus ingresos anuales subirán un 8,4%, hasta 29,5 billones de yenes (223.484 millones de euros)