Dia logra un acuerdo para prolongar la deuda y evitar una asfixia financiera
La cadena de supermercados refinanció el vencimiento de pago de 40 millones que llegaba en julio y modificó los términos de los acuerdos adoptados para Brasil de 130 millones de reales.
on la convicción de haber completado tres cuartas partes de su plan de transformación y la esperanza de que la inflación dé un respiro,
la cadena de supermercados Dia ha logrado durante el mes de julio poner en orden su pila de deuda y renegociar un nuevo calendario de pagos para no verse ahogada en los próximos meses. Este acuerdo llegar tras la compleja reestructuración anunciada en septiembre del pasado año, en la que se alejó a la compañía de la causa de disolución. Ahora ha sido el momento de renegociar los primeros vencimientos de pago para la segunda mitad de este 2022.
La compañía, según detalla en sus cuentas semestrales y amplió su director financiero, Jesús Soto (ex VIPS), ha evitado hacer frente al pago de un tramo de deuda de 40 millones de euros marcado para este 17 de julio y, en cambio, ha logrado una prórroga de tres meses. A ello se suma la extensión por un año de dos líneas de crédito distintas para sus filiales de Brasil y Portugal, segunda y tercera plaza generadora de negocio, respectivamente. Allí ha prolongado otros 42 millones de euros al cambio, aproximadamente.
"Venimos trabajando con normalidad con la banca", relativizó Soto en la posterior rueda de prensa tras ser preguntado al respecto, para más tarde añadir que el verdadero grueso de su deuda no vence ni este año ni el siguiente, sino para finales de 2025 y ejercicios posteriores, principalmente por la deuda senior comprometida y el desembolso pendientes a sus bonistas, cuyo pago en un primer momento estaba fijado para 2023.
El acuerdo llega tras el gran pacto de reestructuración que la firma
anunció la noche del 2 de septiembre del pasado año y fue bautizado como la
operación global. En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (
CNMV), Dia explicaba que había llegado a un complejo acuerdo con acreedores -desde la banca hasta proveedores- para reestructurar su deuda a corto y largo plazo, al mismo tiempo que se cancelaba deuda vieja y, en paralelo, se reforzaba la estructura de capital con una nueva ampliación de su accionista mayoritario.
Con esta batería de medidas, quedaba sellado su objetivo de dejar a la compañía lo más lejos posible de la causa legal de disolución, habida cuenta que solo dos meses antes contaba con un patrimonio neto negativo (quiebra técnica). La compañía también lograba al mismo tiempo rebajar el pago total de intereses frente a su anterior situación y mejorar su calificación crediticia para poder acceder en mejores condiciones al mercado de capitales.
Transformación de tiendas
Esta operación permitió a la compañía rebajar enormemente sus compromisos, pero a día de hoy mantiene todavía una pila de deuda, incluso, con su propio accionista, el fondo de inversión Letterone. De hecho, Dia ha incrementado la deuda financiera ha doble dígito durante la primera mitad de año por el acelerón en la reconversión del parque de tiendas, que le ha obligado a comprometer más capex, y la disminución de las líneas de efectivo.
En total, la compañía ha sumado hasta junio casi 72 millones más de deuda, quedándose así con una relación entre deuda y resultado de explotación ajustado de 3,7 veces (antes de la gran reestructuración era de 12 veces). Esta ratio sería mucho más bajo si la compañía no se hubiera topado en la segunda mitad de año con los sobrecostes de la energía y el gasoil por la elevada inflación, que golpeó con un impacto extraordinario de 40,9 millones de euros a la compañía.
Por el lado de la cuenta de resultados, la gran noticia para la cadena de supermercados ya ha llegado: vende más con menos superficie. Los ingresos aumentaron durante el semestre, en un momento en el que el plan de transformación se ha logrado al 80%, sobre todo en sus dos principales mercados. La apuesta por la proximidad, según explicó su presidente, Stephan Ducharme, es "la gran palanca" de una hoja de ruta "consolidada".