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Repsol da por buena su nueva estrategia dos años después de comprar los activos de Viesgo
Sacará a bolsa su negocio de renovables para financiarse y amortiguar la caída del petróleo
Repsol dará un giro en su política industrial el próximo 26 de noviembre cuando presente el nuevo plan estratégico 2021-2025. La compañía que preside Antonio Brufau anunciará una posible salida a bolsa de la filial Repsol Electricidad y Gas, como una fórmula para financiar los proyectos que tiene en marcha, mejorar su rentabilidad y amortiguar la caída del precio del petróleo. Este cambio radical en toda su estrategia se produce justo cuando se cumplen dos años de la compra de los activos de Viesgo.
La petrolera se ha convertido desde entonces en una compañía multienergética en la que ya no prima solo el negocio del usptream (exploración y producción) y del downstream (refino y marketing), sino también el desarrollo de las energías renovables. A través de Repsol Electricidad y Gas, el grupo ha pasado a ser un actor relevante en el mercado eléctrico y se ha reforzado como proveedor multienergético en España y en el exterior.
Repsol está presente ya en más de 70% del mix energético y suministra electricidad y gas a más de 1.100.000 clientes. Las inversiones en renovables comienzan a tener una relevancia similar a la que desarrollan actualmente la actividad de exploración y producción. En el tercer trimestre de 2020, la compañía invirtió 141 millones de euros en el negocio verde mientras que en la actividad de upstream alcanzó los 163 millones de euros, algo impensable hace años en la sede de Madrid, en Méndez Álvaro, 44.
Esto demuestra la importancia que Brufau y el consejero delegado, Josu Jomn Imaz, están dando al desarrollo de las energías verdes, una política, como ya anunció Capitalmadrid, similar a la que están desarrollando multinacionales petroleras como BP, Shell, Total, Eni y Galp, en Europa. Todas ellas, incluida Cepsa, están redirigiendo el tiro y diversificando sus fuentes de ingresos.
Factores que han llevado al cambio*
El hundimiento del precio del petróleo, la caída de la demanda de combustibles que se va a producir por la implantación del coche eléctrico y la huella de carbono con mayores impuestos medioambientales, obligan a las petrolera a producir un cambio drástico en lo que, hasta ahora. ha sido su actividad comercial.
Imaz reconoció en la presentación de los resultados del tercer trimestre que habrá grandes novedades en el nuevo plan estratégico que se dará a conocer el próximo 26 de noviembre. El consejero delegado dijo ante los analistas que Repsol baraja varias opciones para la actividad de renovables. Una de ellas, sería una posible salida a bolsa de la filial Repsol Electricidad y Gas y, otra posibilidad, es crear joint ventures con otras empresas con el objetivo de maximizar rentabilidad y reducir costes de financiación.
La compañía oficializó el 2 de noviembre de 2018 la compra de activos eléctricos de Viesgo y el nacimiento de Repsol Electricidad, con una cartera de 750.000 clientes y 2.900 megavatios de generación de bajas emisiones procedentes de centrales hidráulicas, ciclos combinados y centrales de cogeneración. A estos activos se sumaban también el proyecto Valdesolar de 264 MW, en Valdecaballeros (Badajoz).
Competidor con las grandes eléctricas
En este tiempo, la compañía ha duplicado su potencial energético y se presenta ya como un competidor serio ante sus rivales históricos como Iberdrola, Endesa y Naturgy. Todavía está muy lejos de las tres grandes eléctricas del país pero comienza a quitar clientes importantes en el suministro a grandes industrias, empresas y consumidores domésticos.
Por ejemplo, ha firmado un contrato de suministro electricidad con NH Hotel Group hasta diciembre de 2021. Y ha alcanzado acuerdos con otros grandes clientes para suministrar electricidad, gas o servicios energéticos a Nestlé, Tubacex, Schweppes o el Athletic Club de Bilbao. Su alianza con El Corte Inglés ha contribuido a expandir su portfolio comercial.
Actualmente, la petrolera tiene 3.000 megavatios de capacidad instalada y en desarrollo otros seis proyectos en España. Tres de ellos, eólicos (Delta, con 335 MW, Delta 2 con 800 MW y PI, 175 MW) y otros tres, fotovoltaicos (Valdesolar, 264 MW; Kappa, 126 (MW) y Sigma, 204 MW).
Además, participa en uno de los parques flotantes sumergibles más grandes del mundo, Winfloat Atylantic), ya operativo. En este proyecto, forma parte del consorcio que han creado EDPR, Engie y Principle Power. En este mismo marco de potenciar su expansión internacional, se sitúa el pacto que ha suscrito con Ibereólica Renovables, en Chile, que le da acceso a una cartera de proyecto en el país andino de más de 1.600 MW hasta 2025, con la posibilidad de superar los 2.600 MW en 2030.
Repsol ha producido ya los primeros megavatios eólicos en España del proyecto Delta. Asimismo, ha apostado por la generación distribuida y el autoconsumo de energías renovables con la puesta en marcha de Solfy. Se trata de una solución integral de autogeneración de energía fotovoltaica para particulares y empresas que ofrece 100% energía renovable y Solmatch, la primera gran comunidad solar de España, con la que fomenta la generación distribuida.
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