Como sabéis esta empresa se ha visto afectada en los últimos tiempos por la evolución del precio del petróleo que ha descendido más de un 40% en unos pocos meses. Básicamente el precio ha descendido por lo que parece una “guerra geopolítica y contra el fracking”, aunque en este sentido creo que pesa más lo primero y que lo segundo ha sido el daño colateral, guiado tanto por Estados Unidos como por Arabia Saudí: los perjudicados principales, como digo han sido Rusia que depende enormemente del precio del petróleo y las empresas puras de fracking. Y de resultas, todas las demás petroleras han visto cómo el precio de su materia prima ha descendido a niveles que no se veían desde hace años.
Esto, lógicamente afecta a las empresas: si lo que produces has de venderlo por menos dinero, evidentemente a igualdad de condiciones o ceteris paribus que nos decían en la Universidad sus márgenes operativos serán menores y por ende ganarán menos,…y el valor de una compañía no es otra cosa que todos los flujos de caja (beneficios reales si queréis) traídos al momento presente aplicando una tasa de descuento determinada. Por ello, es lógico pensar que el valor de una determinada empresa- Repsol en este caso- se haya visto mermado por efecto de estos menores precios del petróleo.
Sin embargo, el efecto que estos precios tienen sobre la valoración de una empresa, Repsol, son menos importantes de lo que el mercado descuenta. Por un lado, sólo llevamos unos pocos meses y la valoración incluirá el efecto de muuuchos años; salvo que estos precios se mantengan durante muuucho tiempo, su efecto- ceteris paribus- no será tan grave como pretende el mercado. Además hemos de recordar que las empresas petroleras han pasado ya antes por situaciones de precios aún más bajos, recuerdo que en 1998 el barril de petróleo llegó a bajar a los 18 dólares y las petroleras ganaban dinero. Las empresas no son entes muertos, sino que están vivas y se adaptan- como os indicaba al principio de la Carta- a las situaciones e intentan sacar partido de sus fortalezas en cada momento.
De la misma forma que los precios actuales- que no serán para siempre- afectan negativamente y en el corto plazo la valoración de Repsol o de BP, por ejemplo por dos vías: los beneficios esperados y la valoración de sus reservas, principalmente, también es cierto que les permite (hablando de Repsol) aprovechar la enorme liquidez que tenían para realizar alguna operación corporativa y adquirir alguna empresa cuya valoración haya caído mucho más y que le aporte algo que nos faltaba desde que el gobierno argentino decidió expropiar la parte de YPF.
Y es lo que ha hecho. Ha adquirido la empresa canadiense Talisman Energy que le aporta principalmente los recursos que había perdido tras la expropiación de YPF. Recordad que en un primer momento parecía que de dicha expropiación no íbamos a recuperar nada, finalmente nos pagaron unos 5.000 millones de dólares que, con buen criterio, vendió automáticamente en mercado para quedarse con el efectivo (y el riesgo de Argentina que se lo quede otro) y con esa liquidez, aparte de que nos había pagado un dividendo extraordinario podía hacer varias cosas: entregárnoslo a los accionistas, mantenerlo en liquidez o adquirir otra compañía. Durante los meses de Verano estuvo viendo la posibilidad de adquirir Talisman, pero entonces los precios del petróleo estaban muy por encima y Talisman exigía un pago mayor, la caída de los precios del petróleo les ha permitido adquirirla empresa a precios mucho más razonables.
Cuando los mercados se centraron únicamente en el aspecto del precio momentáneo del petróleo y se olvidaron de todo lo demás haciendo que la empresa cotizara a precios muy bajos, aprovechamos para incrementar nuestra posición en Repsol y reducir nuestro precio de compra. No descartéis que sigamos actuando así.
opinion de argos capital
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