Buenas,tras la reunión del consejo de administración de Repsol de este miércoles, la petrolera comunicaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) unas provisiones extraordinarias de 2.900 millones
. De tal forma que el resultado neto de la compañía podría alcanzar unas pérdidas de 1.200 millones de euros en 2015, las primeras de su historia –presentará las cuentas el 25 de febrero-. Según las cifras ofrecidas al supervisor, el beneficio neto ajustado del grupo se situaría en los 1.850 millones de euros, un 8% más que en 2014.
Al oír la palabra “pérdidas”, muchos inversores se preguntan si la petrolera podrá seguir pagando su dividendo. Según apuntan fuentes conocedoras, las provisiones son un apunte contable de cara a pérdidas esperadas. Por ello, tal y como reconoce en el comunicado enviado a la CNMV, “podrán revertirse positivamente en las cuentas de resultados de próximos ejercicios, cuando cambie el escenario de precios”. Es decir, en el caso de que el precio del petróleo suba, esas provisiones podrían liberarse y por lo tanto podrían pasar directamente al beneficio.
Así, Repsol no tendría por qué suspender o recortar su dividendo; ya que es capaz de generar caja para pagarlo. Incluso como apuntaba Goldman Sachs en unos recientes informes, podría optar por el scrip dividend, como ya ha hecho en otras ocasiones. En el periodo que va de 2016 a 2020, Repsol tiene previsto repartir, según su plan de negocio, 5.000 millones de euros en dividendos. Estas previsiones están basadas en un escenario adverso, llamado “ácido” que supone que el barril esté de media “constante” en los 50 dólares.
Las compañías solo tienen limitaciones legales en el reparto de dividendos cuando el patrimonio neto es inferior al capital social, tanto antes del reparto como consecuencia de este. Según reconoce la propia Repsol tras el profit warning anunciado el miércoles, la compañía va a recortar un 20% las inversiones previstas para 2016 y acelerará las sinergias con Talisman, la compañía que recientemente compró. Dos medidas de shock que podrían permitir a la petrolera seguir manteniendo el flujo de caja necesario para pagar dividendo.
En el último dividendo que abonó Repsol, y que lo hizo en modalidad de scrip dividend, solo un 35% de los accionistas optó por cobrarlo en efectivo. Tanto CaixaBank como Sacyr, dos de los principales accionistas de Repsol, son los más interesados en que se mantenga el dividendo. Ambas siempre han optado por recibirlo en cash, ya que parte de su negocio depende de este. El banco catalán controla casi un 12% de Repsol, que supone unos 150 millones de euros en dividendo, parte clave de su obra social. Sacyr, por su parte, tiene un 8,5% en la petrolera, algo más de 120 millones de euros en dinero.
PELIGRO CON EL RATING
Todos los analistas coinciden en que si Repsol no tomaba medidas, su rating podría ser revisado a la baja. Y es que en los últimos 12 meses, Repsol ha caído un 45% en Bolsa, lo que se traduce en una pérdida de 10.000 millones de euros en capitalización.
Según recogía hoy Reuters, que el mes próximo Repsol tiene programadas reuniones con las principales agencias de crédito. “En las que tratará de convencerlas para que dejen intactos los rating”, apunta. Por el momento, tanto S&P como Moody´s tiene su rating bajo revisión.
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