Los inversores value tienen como máxima la preservación del capital, y por ello qué mejor una empresa que, en caso de problemas, pudieran recuperar su inversión con la venta de los activos, y que actualmente produce un flujo de caja positivo con su actividad típica (es decir, no necesita ir vendiendo esos activos para mantener el negocio).
En otros casos donde fondos value han invertido por el valor de los activos (me viene a la cabeza las cadenas de supermercados británicos como Tesco, donde una gran parte de su valor en bolsa estaba cubierto por el valor de las tiendas, y entró hasta Warren Buffet, que salió trasquilado), parecía claro que esas empresas no podían desprenderse de sus activos sin, como mínimo, realquilarlarlas (un "lease back"), con lo cual aumentarían sus gastos (y su deuda,como ocurre con la nueva contabilidad), y además tenían unos negocios en deterioro por la presión de Lidl o Aldi.
Pero Meliá puede ir desprendiéndose de los hoteles y gestionarlos con los correspondientes contratos con el nuevo dueño, como ya ha hecho con algunos , sin necesidad de re-alquilarlos (a diferencia de los retailers citados),.
En el límite, si se vendieran todos los hoteles, los precios de venta se correspondieran con las valoraciones y ese dinero se devolviera al accionista, el accionista se encontraría con el negocio de gestión, que da beneficios, de "gratis".