Cuando la prima de riesgo rondaba los 300 nos echábamos las manos a la cabeza y pensábamos que íbamos a morir al día siguiente. Ahora que estamos casi en el doble creemos que es posible fallecer en septiembre. Será que los humanos somos como las ratas y terminamos haciéndonos inmunes al veneno conocido.
Cuando la prima se cabrea en Bruselas sueltan unos dinerillos y unos pocos embustes más y se arregla un par de días. Hasta que se demuestra que es una trola más y vuelta a empezar. En estos momentos cotiza más la credibilidad o más bien la ausencia de ella. De hecho la prima no es más que un reflego de esa ausencia.
No se dónde irá a parar el Ibex, pero me temo que una buena corrección en EUA no descartable, podría hacer mucho daño o que los del norte empiecen a creer que les sale más barato dejarnos caer que mantenernos a flote y entonces así lo harán. Para este último caso tenemos a Grecia como referencia.
Me pongo el paracaidas:
Caida del noventa por ciento: Ibex en 1.600.
Como no somos Grecia, al menos de momento, nuestras empresas están más internacionalizadas, somos bicampeones de Europa y bla, bla, bla, seamos un poco optimistas y dejémoslo en sólo el ochenta por ciento: Ibex en 3.200.
La bruja LOLA ha hablado.