Vamos a ver lum una cosa por puntos.
- Primero. Dime si no conoces casos de pleitos que no han llegado al final a juicio porque ha habido un acuerdo previo??? Si no los conoces dudo que seas de este mundo y más con tu edad
- Segundo. Cualquier gestor que hubiera sido medianamente decente, ve que ante una situacion de gran quebranto que provoca la ejecucion de los avales por parte de Samsung, haría algo para en el corto/medio plazo evitar la situacion que tenemos ahora. Te puse como ejemplo de lo que se puede hacer a Repsol cuando la expropiacion de YPF, ante un quebranto contable acojonante, actuaron y rápido. Desinvirtieron en activos no estretégicos y negociaron con el gobierno argentino. El gobierno argentino les entrego bonos soberanos y estos los monetizaron rápido. Eso es actuar, no esperar y esperar años hasta que la justicia nos de (o no) la razón y mientras no hacer nada en paralelo. Eso es de no tener dos dedos de frente.
- Tercero. Te pongo otro ejemplo más sencillo. Suponte por ejemplo un trabajador, le meten un despido disciplinario, con lo cual 0 indemnizacion y 0 paro. El trabajador sabe que no ha hecho nada malo y va a juicio contra la empresa. El juicio se celebra 5 años despues, le da la razón al trabajador y le reincorpora a la empresa. Pero mientras ese trabajador ni ha contactado con la empresa, ni ha buscado un trabajo alternativo, ni ha hecho nada de nada. El tio encabezonado en que debe volver y no ha hecho nada malo y punto. En esos 5 años por no estar trabajando no puede pagar la hipoteca y se queda en la calle deshauciado. Pues la actitud del trabajador es la de duro felguera, exactamente la misma. Creo que mejor no te lo puedo explicar el concepto de lo que quiero transmitirte. No hay que ser un cerril cerrado de mente, porque con esa actitud proteccionista y de estar en la zona de comfort mal vamos. Pero es un problema que teneis en tu generacion, que buscais el proteccionismo, la zona de comfort y el camino fácil, cuando en la vida las cosas no son asi. Hay que actuar en esta vida y no quedarse de brazos cruzados nunca.