TSK está empezando a bajar la escalera.
Se notan los problemas familiares en la gestión, que tampoco era tan brillante en los últimos tiempos.
Sus "satélites" como PTSI y otras marquitas van a empezar a notar la falta de ayuda en la contratación. Algunas por deméritos propios.
Martín es de suponer que acabará plenamente involucrado con lo de Venezuela, pues - supuestamente - fue quien lo cocinó con Torres (cierto que actuando de palanganero).
El proyecto de Bolivia es posible que vaya viento en popa; pero no es eólico.
Si 750 te dejan 17, algo no está bien hecho y se trabaja en la cuerda floja.
Si Sabino abre la puerta a nuevos inversores, la cosa podría estabilizarse. Sería una pena que TSK no pudiera consolidarse.