Hola,
Desconozco como son los modales del consejero ejecutivo, pero de haber conocido que no se consideran buenos, tampoco lo habría incluido en mi catálogo de sorpresas. Le serán de ayuda para integrarse más rápido mimetizándose con el entorno. Hay cosas que parecen formar parte del ADN de esta empresa, una de ellas es que la dirija alguien de trato difícil y/o sin inclinación a escuchar a los demás.
Tampoco me sorprende la capacidad de perdón de un nuevo CEO hacia los directivos preexistentes en la compañía a la que llega. Pero qué en los mentideros se diga que dos de esos directivos se están metiendo el dedo en el ojo, y les haga “intercambiar las sillas”, eso sí, si qué sí, sorprende. Era el siguiente punto en la lista de sorpresillas cuando decidí dejarlo ya. Me gustaría saber si también jugaba a las sillas con los directivos de la línea de construcción de Sacyr, mientras yo acumulaba perdidas con ese valor.
Sin duda me sorprenderé con cualquier historia que pueda inventar un director comercial para explicar estos datos de contratación: respecto al 2017, que ya fue nefasto, se ha contratado un 86% menos en el conjunto del grupo y un 99,7% en la sociedad dominante. Cada vez quedan menos argumentos para usar en una junta, ya se usó hasta el de “la tormenta perfecta” y en esa novela mueren todos … ¡a ver quién supera eso!
“Contratos de agencia” es un eufemismo ;-) y a nadie le importaba un comino cuando aplicaba a proyectos con márgenes que permitían a la empresa dar dividendos.
Visto desde Asturias y gastando mucho sentido del humor, más que vergonzoso es tragicómico.
Respecto a los que participaron en el road show directamente y todos los que cantaron a coro el “vamos a contar mentiras tra la la”, solo espero que sus 30 monedas de plata les cundan exactamente lo mismo que la inversión a los pequeños accionistas que pillaron en la AK, con ese pedazo de plan estratégico.
Este post ha ido tomando un tono cada vez más serio. Sigo con el tema de las mentirijillas en un tono más alegre en otro post, en cuanto me cambie el talante.
Un abrazo virtual