Lum43, me ha gustado mucho tu contestación (como la de Eurípides, en el mismo sentido), aunque sea para llevarme la contraria. :)
Ahora bien, no me parece pertinente establecer una comparación con Amancio Ortega. Ortega levantó una compañía y, a su momento, le cedió el testigo a Pablo Isla, para que Inditex tuviera una dirección profesional.
Ni Arrojo ni del Valle han levantado nada (bastante es con que no hagan lo contrario). De hecho, del Valle llegó a la presidencia después de que la anterior directiva habían salvado la bola de partido, de ver cómo se secaba de forma abrupta la contratación en España con la crisis. Una vez más DF se tuvo que reinventar y hacer las Américas, haciendo de la necesidad, virtud. Este magnífico comportamiento frente a la adversidad, defendiéndose como gato panza arriba, es lo que me hizo entrar en DF. Es de largo la mayor posición de mi cartera y, hasta hace pocos meses, un valor del que me podía despreocupar.
No entendí el relevo de Presidente, y aún menos de Director Económico (el señor Blanc contaba con el respeto de todo el sector), después de haber sabido gobernar el barco en una tormenta que amenazaba con engullirlo.
Bueno, entender lo entiendo, el accionista mayoritario puso al yerno al frente del cortijo. Es muy sencillo de entender, pero no me pidas que lo comparta.
Y desde entonces, simplemente, la empresa ha seguido un rumbo caótico, cual navío errante (o, menos poéticamente, como gallina sin cabeza). De ser una empresa fácil de evaluar, predecible y muy rentable, ha pasado a ser una colección de interrogantes y excentricidades en mi cabeza.
Quizá sea por la genialidad de la nueva dirección, que mi ignorancia y limitado entendimiento no me permite valorar en su justa medida. Como siempre, el tiempo dictará sentencia (y espero no me pille los dedos con el mazo).