Abengoa lanza otro SOS a los acreedores para evitar un concurso exprés en junio
La compañía ha pedido a los tenedores de bonos que le dispensen de cumplir sus obligaciones para poder compensar a los inversores con los que perdió el juicio
07/05/2018
Un año después de firmar el acuerdo para reestructurar más de 9.000 millones de deuda,
Abengoa vuelve a estar en serio riesgo de impago. Según han confirmado fuentes financieras, la compañía de ingeniería ha pedido
una nueva dispensa o
‘waiver’ a varios acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones financieras. Un incumplimiento que, de no ser aceptado por los tenedores de bonos de aquí al
próximo 30 de mayo, llevaría al grupo andaluz al preconcurso de acreedores.
La petición de Abengoa viene derivada de la
pérdida el pasado mes de octubre del juicio por la oposición voluntaria de varios acreedores al acuerdo inicial de refinanciación, bendecido por un juzgado de lo mercantil de Sevilla en octubre de 2016 y rubricado por los prestamistas en mayo del pasado año. La compañía tenía que hacer frente a reclamaciones que ascienden a cerca de
450 millones de euros, 60 de los cuales están en manos de
l Import-Export Bank of United States (Banco Americano del Crédito a la Exportación), la aseguradora
Zurich,
Liberty, Portland General Electric, The Islamic Corportation for the Insurance of Investment and Export Credit y Haitong Investment.
Para cubrir este pasivo, Abengoa les ha propuesto pagarles con deuda adicional de la sociedad, que, para tener una calidad superior a la de los actuales acreedores, tendría
un carácter más sénior y, en consecuencia, prevalencia en caso de que el grupo cayese en concurso. Además,
será a la par, por el 100% de su valor, sin quita, y vencerá seis meses antes que la previa. En otras palabras, serían los primeros en cobrar, por delante de los actuales prestamistas, los cuales aceptaron en el acuerdo de refinanciación de 2017
una quita del 97%.
Con el fin de poder cumplir con los que la demandaron, Abengoa, presidida por
Gonzalo Urquijo, ha pedido una dispensa para incumplir sus obligaciones con los primeros acreedores. En concreto, a los tenedores de los bonos sénior y júnior que vencen
en 2021 y en 2023, emisiones que suman
770 millones de euros. Unos valores que la semana pasada se desplomaron en los mercados de renta fija tras la petición oficial de la compañía a sus propietarios el 30 de abril. Otras fuentes agregan que la exención o ‘waiver’ también afecta a otros
916,8 millones de dólares que expiran en 2022, por lo que en total la dispensa afectaría a un total de
1.686,8 millones.
Para conseguir este perdón, Abengoa necesita que una mayoría de más del 50% de los acreedores antiguos acepte esta propuesta, decisión que deberán de adoptar antes del 30 de mayo. Algunas fuentes indican que muchos bonistas y bancos se opondrán, ya que rechazarán estar en un segundo grado de prevalencia en caso de impago. Otras fuentes matizan que probablemente no tendrán más remedio que firmar la exigencia de la compañía andaluza, puesto que la otra alternativa es denegarla y forzar el preconcurso de acreedores. La posición formal se conocerá
el 5 de junio, momento en el que tendrá que hacerse pública la situación.
Las cuentas de la venta de AY
En la solicitud de dispensa enviada a un grupo de acreedores, Abengoa les ha pedido que renuncien a una cláusula del acuerdo de
la venta del 41% de Atlantica Yield (AY), cuyo importe, 953 millones de dólares (795 millones de euros), debía ir totalmente a repagar la deuda. La compañía les ha solicitado que
cedan 60 millones de esta cantidad para
abonar 20 millones al Departamento de Justicia de los Estados Unidos y formalizar
un depósito como garantía por 40 millones por posibles pasivos contingentes futuros.
Cuando Abengoa cerró en marzo la venta del primer 25% de AY por 608 millones de dólares, la compañía con sede en Sevilla destinó 510 millones a cumplir con los acreedores, por lo que redujo la cantidad pendiente con los bonistas del llamado tramo NM1A a 242 millones. Con los 345 millones obtenidos por el traspaso del 16% restante de la filial estadounidense, el grupo andaluz podría amortizar ese tramo, pero no tendría dinero suficiente para liquidar el denominado tramo NM1B, que asciende a 140 millones, debido a la cesión de los citados 60 millones.
Un problema que podría resolverse con la desinversión de la
planta mexicana A3T, otro de los activos clave de la multinacional española, pero que varios acreedores no creen posible porque necesitaría venderse por un precio cercano a los 400 millones, superior a los 300 millones estimados. Sobre todo porque la finalización de las obras, previstas para el próximo 30 de junio, se ha retrasado al primer trimestre de 2019, según ha comunicado Abengoa a los acreedores
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