Permitidme, compañeros, que descarrile un poco. Es domingo y hay tiempo para escribir y leer.
A mediados del siglo pasado, en que muchos no habíais nacido, tomar un tren de largo recorrido era una especie de aventura.
Era fácil que el tren se retrasase 1, 2 ó más horas.
La locomotora, de leña y carbón, era una especie de bestia negra. La solían manejar dos personas: el fogonero y el maquinista.
Al llegar a la estación, alguno de ellos se asomaba con la cara y el cuerpo ennegrecido. Manejaban una bestia que arrojaba chorros de vapor y que se alimentaba de carbón y agua.
Solía salir de la estación inicial a su hora; pero la llegada a la terminal de destino era una auténtica incógnita.
A todo esto, llegó la televisión a España.
Solo había 1 cadena y sus retrasos, en la programación, eran parecidos a los de los trenes.
Estabas viendo una película, o mejor dicho alguna serie made in USA y, de pronto, se cortaba la emisión. No sabías si era la antena que fallaba o si era una interrupción involuntaria de la programación.
Que el televisor se quedase sin señal y la pantalla se quedase solo con "la nieve" era bastante frecuente.
Los retrasos en la programación me sacaban de quicio, porque al día siguiente había que ir a trabajar.
Sin embargo, para compensar los retrasos ¡No se suprimían los anuncios! y eso, para mi, era lo peor, ¡qué poco respeto para con el espectador!
Pero eso era lo normal, se atrasan los trenes, se atrasaba la TV, etc. éramos un país atrasado.
Pero cierto día apareció T5 y sus famosas "mama chichos". Unas "atrevidas" que cantaban "mama Chicho me toca....". Aparecían y cantaban en bikini y eso era todo un atrevimiento. Pero venían con ideas italianas y había que dejar un poco de "apertura" a lo europeo.
Bastantes años más tarde, y ya con más cadenas de TV, decidieron que las 2 cadenas nacionales y oficiales, dejarían de emitir publicidad. Las privadas, incrédulas, se frotaban las manos. La TV nacional pasaríamos a pagarla, con nuestros impuestos, los jubilados (así nos va) y los activos.
Las privadas iban a hacerse de oro con los anuncios; pero....resulta que la gente ya estamos cansados de anuncios.
El bombardeo de perfumes, yogures, etc. nos tiene ya más que hartos.
Las películas de A3M de las 10 de la noche, por ejemplo, nunca suelen empezar a la hora programada, pero tenemos que chuparnos unos 20 min. previos de publicidad, varios cortes de unos 7 min. pasada la mitad de la película y ya, cerca del final, un nuevo corte de otros 20 min. ¿A ti no te cabrea esto? A mi sí, y mucho. Muchas veces, en el segundo corte, ya me voy a dormir.
¿Con estos mimbres qué cestos queremos hacer?
La TV pública sigue compitiendo con las privadas, por la audiencia, y aquello que se recibió con alegría, por parte de las privadas, por el beneficio extra que les iba a generar el aumento de la publicidad en sus cadenas, se ha vuelto contra ellas. La gente prefiere ver películas, repetidas, sin publicidad, antes que tragarse horas de publicidad.
Y llegamos a las TVs de pago. ¡No tienen ninguna película "buena"! pero no tienen publicidad. De hecho, después de que me "cazaron" por un año, voy a darme de baja. Dicen que lo que tienen bueno son las series....pues vale...
Y mientras, nuestras privadas, compiten para captar más publicidad...¡Grave error! que las lleva a fatales resultados.
Sí, ya sé que estoy "redescubriendo la rueda", pero os agradezco que hayáis leído cómo se descubrió...
Gracias, por haberme leído. Ahora os toca, a los más técnicos, que me digáis si sigo invertido en esta acción, o si salgo corriendo, aunque sea con mis muletas.
Saludos