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La operadora brasileña Oi, inmersa desde 2016 en una intervención judicial, con una deuda de más de 10.000 millones de euros, deberá darse prisa para desprenderse de su operación móvil, que tendrá que cerrarse antes del próximo 6 de noviembre, cuando expira el plazo fijado para la próxima junta de acreedores. Pero sus dos principales competidores, Telefónica/Vivo y la italiana TIM, se adelantan a marchas forzadas a la fecha, pese al coronovirus, y aceleran su oferta conjunta, que comenzará por la telefonía móvil, y que según algunos expertos rondará los 2.800 millones de euros.
Ambas operadoras brasileñas han iniciado ya el proceso de “due diligence”, que consiste en estudiar los riesgos potenciales y las oportunidades de negocio de la operación, y a la vez han iniciado las conversaciones para sopesar las reacciones eventuales de las autoridades brasileñas.
Sin garantías por parte de Oi de la exclusividad en las negociaciones, los máximos responsables de Vivo y TIM, respectivamente Christian Gerbara y Pietro Labriola, no esconden su optimismo y apuestan claramente en que para antes de final de año, ya con la luz verde de la junta de acreedores de Oi, quedará más que cerrada y completada la operación de adquisición conjunta, que será positiva no solo para las tres partes firmantes, sino igualmente para el sector y para los intereses nacionales brasileños.
Informe favorable del regulador
Hasta la autoridad reguladora del sector, Anatel, reconoce que la operación reúne todas las condiciones para llegar rápidamente a buen puerto, teniendo en cuenta no solo la dramática situación financiera de Oi, sino además la actual coyuntura marcada por el Covid-19. Brasil es uno de los principales focos mundiales de contaminación (el miércoles sumaba casi 178.000 diagnosticados con el virus y 12.461 víctimas mortales), y en lugar de frenar la operación pone aún más presión sobre Oi para llegar a un acuerdo con Vivo y TIM.
Con la venta de activos 'no core', como torres de antenas, centros de datos e inmuebles, más una capitalización de 2.500 millones de reales, Oi creó condiciones para financiar el plan de inversiones previsto para este año. Sin embargo, necesita desprenderse urgentemente del negocio móvil por dos razones principales: al tener un 66% de sus 37 millones de clientes en prepago, Oi es la operadora más afectada por la crisis del Covid-19, y sobre todo, necesita hacer caja para apostar exclusivamente en negocios de mayor valor, empezando por las redes de fibra.
De no ser así, Oi no tendrá gran futuro. Las previsiones barajadas por los analistas es que su nivel de ingresos anuales bajará a los 19.000 millones de reales, o sea entre 2.000 y 3.000 millones menos de lo previsto para 2020 y 2021. De ahí la percepción casi general de que, al vender su negocio móvil, donde ocupa la cuarta posición, con un “share” del 16,2% del (frente al 33% del líder Vivo), lo que hará Oi será no solo garantizar su futuro cambiando de estrategia, sino permitir que el negocio móvil quede dividido casi a partes iguales entre Vivo, TIM y Claro.
Previsiones patronales
Los analistas de la patronal del sector apuntan hacia un escenario que sitúa a TIM como la operadora más beneficiada. No tanto por el reparto de clientela (Oi tiene 24,5 millones de prepago frente a solo 12,5 millones de postpago), sino por el reparto de 92MHZ de espectro. Para que Brasil pueda tener tres operadoras prácticamente del mismo nivel, 68% de dicho espectro seria para TIM, y 32% para Vivo, con que ambas operadoras sumarían 179 MHz y 185MHz, respectivamente frente a los 177MHz de América Móviles (AM) con Claro/Nextel.
Si ese fuera el caso, y tomando como referencia el precio de unos 2.800 millones de euros que los analistas brasileños ponen a la operación móvil de Oi, la adquisición conjunta tendría para la operadora brasileña de Telecom Italia un coste situado entorno a los 1.900 millones, con que Vivo solo tendría que poner unos 900 millones. Sin embargo, nadie descarta todavía alguna sorpresa mayúscula, como la presentación de una oferta más suculenta por parte de AM, que lleva tiempo denunciado las operaciones conjuntas de Vivo y TIM.
De hecho, la operadora de Carlos Slim no descarta la posibilidad de presentar una oferta por la operación móvil de Oi, aunque para ello tuviera que pelear duro con las autoridades brasileñas. Hace días presentó un recurso contra una operación que recibió la luz verde oficial: el acuerdo de “RAN sharing” entre Telefónica Vivo y TIM, relacionada con la parrilla de redes 2G, 3G y 4G. La tesis de AM es que dicha operación representa una amenaza para la competencia, con que reclama una serie de límites para sanear la situación.
AM acusa la autoridad de la competencia CADE, que dio su visto bueno al acuerdo, de ignorar aspectos nocivos para la competencia y, en consecuencia, exige que sean garantizadas ofertas de “roaming” en aquellas ciudades que tienen a Telefónica Vivo y a Tim como únicas operadoras. A la vez reclama libertad de acceso a la información sobre “sites” afectados por el acuerdo autorizado, exige tener información sobre la inversión prevista en las redes 2G, 3G y 4G compartidas, y que las condiciones de acceso a dicha información sea especificadas y garantizadas por el CADE.
Coincidencias mínimas
Lo único en que coinciden todas las operadoras, al margen por lo tanto de sus rivalidades, es que ante la situación provocada por el Covid-19, habrá que aplazar todo lo relacionado con la subasta de las licencias 5G, que las autoridades brasileñas todavía quieren realizar este año. Es que además del coronavirus, está también la fuerte depreciación de la divisa brasileña que ha caído a 6 Reales por dólar, que es la moneda de referencia en el sector, y en la que se tendrá que abonar las importaciones de Estados Unidos para la infraestructura necesaria en la red 5G.
La gran preocupación ahora en el sector, que es líder en inversión en Brasil, con una media anual de 32.500 millones de reales, consiste en resistir lo mejor posible a la hecatombe económica provocada por el coronavirus, que tiene en este país uno de sus principales focos infección, y cuya dimensión final nadie puede prever, pero que ya afecta gravemente la actividad y las finanzas de las operadoras: los altos niveles de morosidad y la pérdida de ingresos registrados sobre todo en el prepago, recargas y venta de aparatos, con más de 50% de las tiendas cerradas.
Telefónica se adelanta
De ahí el gran mérito que tuvo Telefónica Brasil, que pese a la extrema gravedad de la situación provocada por el coronavirus pudo terminar el primer trimestre con una buena nota global, con un volumen de ingresos de 2,215 mil millones de euros y un resultado neto positivo de 191 millones, con descensos de un 13,6% y un 14,1%, respectivamente, atribuidos principalmente a la fuerte depreciación del real brasileño.
En términos operacionales, Vivo sigue ganando terreno a los rivales, principalmente en su actividad de telefonía móvil, con un “share” líder del 33%. Uno de los aspectos mas positivos estuvo en el despliegue de la infraestructura óptica hasta el hogar (FTTH), que llegó a 22 nuevas ciudades (suma ahora 186), con un registro de 739.000 de nuevos servicios “homes passed” (HP’s), cuyo numero total asciende a 11,7 millones, con un 22,7% de conexiones efectivas.
La inversión en fibra (incluyendo la tecnología de cobre FTTC utilizada por la operadora GVT adquirida en 2016) creció un 46%, y Vivo cuenta ahora 2,6 millones de clientes de banda ancha, de los cuales 175.000 adicionados entre Enero y Marzo.
https://www.capitalmadrid.com/2020/5/15/56501/vivo-telefonica-y-la-italiana-tim-ultiman-su-oferta-por-la-telefonia-movil-de-oi.htmlSalud y buen domingo!