Telefónica busca encarrilar las dos operaciones de
venta de fibra en Brasil y Chile, mientras
negocia con Liberty Latin America y otros potenciales compradores por la 'colocación' de algunas de las filiales de la región. La operadora
ha sometido al examen de la Comisión Europea las dos transacciones para compartir la inversión de la red fija en ambos mercados con las 'joint ventures' creadas junto a los fondos KKR y el canadiense CDPQ. El objetivo del regulador de Bruselas es alcanzar a
una resolución por la vía rápida y tenerla lista como máximo a principios del próximo mes de mayo.
La operadora presidida por José María Álvarez-Pallete continuó el pasado mes de febrero con la
estrategia de compartición de inversión en fibra y venta de parte de estos activos tras completar una unión con
Allianz en Alemania.
Primero lo hizo con su socio preferente durante los últimos años, el estadounidense
KKR, al que le vendió el control de la red lo que permitía rebajar la deuda neta financiera en 400 millones de euros.
Dos semanas después anunció la creación de una filial conjunta en Brasil junto a la canadiense
Caisse de dépot et placement du Québec (CDPQ) para la construcción, despliegue y comercialización de este tipo de infraestructura en el país, convirtiéndose en un operador mayorista independiente, que dará conexión a otros competidores.
Ambos han entrado en paralelo en el área de Competencia de la Comisión Europea. En el caso de la fibra chilena, deberá estudiar cómo afectará al mercado mayorista del país este acuerdo con KKR. Telefónica aportará ahí su huella de 2 millones de hogares a un ratio de algo más de 18 veces Ebitda. En Brasil, el enfoque es muy similar. "Fibrasil se dedicará a la construcción, desarrollo y operación de una red mayorista óptica; está preparada para ofrecer acceso hasta el hogar en ciudades de tamaño medio seleccionadas en el país", apunta el documento que acaba de ser remitido a la Comisión. Para ello, pasaron 1,6 millones de hogares pasados con fibra y el objetivo es alcanzar más de 5,5 millones.
Lo lógico es que no haya ningún impedimento en estas autorizaciones, como tampoco lo hubo por ejemplo con
la 'joint venture' que creó la operadora de telecomunicaciones con Atresmedia para la producción de series y películas para las plataformas digitales, pues en este caso
no hay una reducción de la competencia en cada uno de los países. Pero la autorización, lógicamente, es clave para iniciar las operaciones de ambas filiales conjuntas. La fecha límite, que puede ser ampliable, para determinar si hay 'luz verde' o no concluye el próximo 5 de mayo.
Con estas dos operaciones
se cierra el círculo de transacciones para rentabilizar sus redes de fibra o los compromisos de inversión futuros. Y lo hace sin que se haya puesto sobre la mesa
la red de última generación en España, pese a que abrieron la puerta meses atrás. Ante el interés generado y la presión de algunos bancos de inversión para que analizara la venta de una parte de esa infraestructura, la 'joya de la corona', el consejero delegado, Ángel Vilá, tuvo que salir al paso en la presentación anual de resultados insistiendo en que pese a ser un activo "muy valioso" que les da "opcionalidad para el futuro", no están contemplando transacciones. "Es estratégico", apostilló.
Otras operaciones, a la espera
Esta no es la única transacción corporativa que Telefónica
tiene aún pendiente de la resolución de los organismos de la competencia. La que lleva más retraso es la de
Costa Rica. Se trata de la venta de la filial del país a Liberty Latin America
por 425 millones de euros que entró a mediados del pasado mes de noviembre en lo que se conoce como Superintendencia de Telecomunicaciones, es decir, el regulador del sector. Aún hoy no ha recibido respuesta. Estos activos están clasificados como 'mantenidos para la venta' pero no se han podido transferir para recibir el dinero con el que recortar la deuda financiera.
También está a la espera de todas las bendiciones para
la 'joint venture' con Virgin Media (propiedad de Liberty) en el mercado británico y
Telxius. En este último caso, la única que sí que
ha recibido es la de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en España, que respaldó recientemente la venta sólo de las torres españolas y alemanas al gigante estadounidense
American Tower Corporation. Pero aún queda toda la transacción relacionada con los activos en Latinoamérica que, previsiblemente, necesitará autorizaciones de manera independiente por cada uno de los países.
Mientras todo esto se encarrila, Telefónica
mantiene el 'tira y afloja' con Liberty Latin America, como comprador favorito, y otros potenciales socios para alcanzar un acuerdo de venta de algunas de las
filiales latinoaméricas como Colombia o Perú.
Tal y como avanzó La Información, la que fuera filial latinoamericana del gigante estadounidense ha presionado de manera importante para rebajar la valoración de los activos. Eso ha llevado a que aún no se haya firmado ninguna de las transacciones. "Vemos oportunidades, pero sólo si esas oportunidades se materializan al valor correcto; somos disciplinados en nuestro proceso para comprar activos", advertía el consejero delegado del grupo, Balan Nair.
Telefónica lleva a Bruselas las ventas de su fibra en Chile y Brasil a KKR y CDPQ (lainformacion.com)